Josema Yuste: «Cuando actúo en Palencia, tengo un nudo en la garganta difícil de explicar»

-Esta es una obra que se estrenó en 1972 y que llegó a estar casi 15 años en cartelera. Como director de la adaptación, ¿ha tenido que modificar mucho los diálogos?

-Muchísimo. Cualquier comedia de los años 70 ha quedado obsoleta. He hecho un trabajo de filigrana, porque no ha sido fácil coger una comedia de 40 años y actualizarla para que no huela a rancio. No deja de ser un bodevil, un género que gusta mucho, pero que se hace poco. Le he dado un toque moderno y actual que la gente agradece. Los 'gags' son prácticamente todos nuevos y está impregnado de mi estilo, aunque he mantenido la columna vertebral de la obra, un lío de cuernos, en una casa donde nadie sabe nada de nada.

-¿Cómo son su personaje y el de Teté Delgado?

-Soy Óscar, un espectador de lo que pasa en la casa, que llega como decorador contratado por Teté, dueña de la casa, para redecorarla. Además, soy muy cotilla y me entero de lo que está ocurriendo esa noche. Es un personaje muy divertido. Teté es la única que sabe lo que puede ocurrir y la que calla. Ella reparte el juego. Aunque es una comedia muy coral.

-Claro, entre otros está un viejo conocido de la escena como Santiago Urrialde…

-Sí, Santiago hace de marido de Teté. Un personaje de los que siempre están enfadados, aunque sea una comedia (risas), pero es muy divertido.

-¿Cómo ha sido la sensación de volver a pisar las tablas después de tanto tiempo?

-Emocionante. Hace poco leía un artículo sobre la vuelta de los espectáculos en Broadway y algunos de sus actores decían que en el regreso tratarán de no emocionarse, porque creen que se van a poner a llorar. Yo me he emocionado en más de un bolo porque ves a la gente emocionarse y, aunque les veas con la mascarilla, sabes que se están riendo. Es muy emocionante en ambos lados.

-Precisamente, ustedes tuvieron que suspender esta obra en el Teatro Amaya de la capital...

-Sí, aunque yo me olía la tostada cuando vi lo que ocurría en Italia. Las dos últimas funciones las hicimos con separaciones y no hubo ni besos ni abrazos. Ya teníamos miedo.

-¿Cree que se han hecho bien las cosas en cuánto a las restricciones ?

-No se han hecho mal. Más no se podía hacer. Limitar el aforo y dejar butacas vacías alrededor de las tuyas. Además, no hablas y encima estás con mascarilla, así que más seguro, imposible. La cultura es segura.

-Y ahora que parece que todo va mejorando, ¿cómo ve la situación actual del teatro de este país?

-Hace tres meses no era tan optimista como ahora. Si Broadway y Londres abren es buena señal. Se ha demostrado que el teatro es un lugar seguro y además, se da una circunstancia importante y es que la gente quiere volver a disfrutar del teatro y ese sentimiento no se le puedes robar a la gente así cómo así. Además, vivimos rodeados de virus y bacterias y no pasa nada (risas).

-Y en cuanto a su futuro, ¿se encuentra embarcado en más proyectos?

-Tengo listo el próximo proyecto que estrenaremos en febrero en gira por España, una comedia llamada 'El aguafiestas', de Francis Veber. Es una versión mía y protagonizada por Gabino Diego y por mí.

-Es usted uno de los principales cómicos de este país, no podría hacerle una entrevista sin preguntarle por su etapa anterior junto a Millán Salcedo en Martes y Trece. ¿Cómo fueron aquellos tiempos y sobre todo, ha cambiado mucho el humor con respecto a nuestros días?

-Ha evolucionado. Nosotros fuimos precursores en esa evolución del humor en los 70, 80 y 90. Ahora es más agresivo e intolerante a veces. Eso me gusta, porque te puedes reír de todo, siempre y cuando lo hagas con respeto. Dicho lo cual, siempre hay excepciones y eso debe saberlo el cómico y si no lo sabes, corres el riesgo de que te critiquen.

-Hace unos meses volvían a reencontrarse en el programa de Dani Rovira en Televisión Española. ¿Cómo fue ese reencuentro?

-Millán y yo nos vemos de vez en cuanto y hablamos mucho. Él quiere descansar y yo seguir currando. Pero le vi muy bien.

-Estará harto de que se lo digan pero, ¿qué siente un cómico como usted cuando compañeros como el propio Dani Rovira o Berto Romero dicen que Martes y Trece han sido sus referentes en la comedia?

-Es algo muy bonito y de agradecer. Para nosotros, fueron referentes Gila o Tip y Coll. Eso significa que has escrito una página en la enciclopedia del humor de este país. Eso es sumamente gratificante.

-¿Un deseo para la representación en Palencia?

-Es la segunda vez que voy allí con esta obra. Además, Palencia es la tierra de mi madre, concretamente Mave, de hecho la fábrica de harina era de mi abuelo. Cuando voy a Palencia, siempre tengo un nudo en la garganta que no se puede explicar. ¡Qué te voy a contar! Alguna vez me escapo por allí y cuando voy por trabajo y salgo al escenario salgo de otra manera, con una emoción añadida.