'Que Dios nos pille confesados' es la que comedia que Josema Yuste (70 años), junto a los actores Javier Losán, Santiago Urrialde y Esther del Prado, está paseando este verano por contadas ciudades del país; entre ellas, Palencia. El teatro Ortega servirá este ... sábadol dos funciones de esta obra –19:00 y 22:00 horas– en la que el actor madrileño con ascendencia palentina –su madre nació en Santa María de Mave– y con una trayectoria ininterrumpida de 24 años sobre las tablas ejerce también como director.
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–Tiene una vinculación muy especial con Palencia.
–Mi madre, que ya murió hace muchos años desgraciadamente, nació en Santa María de Mave y su padre, mi abuelo, fue el propietario de la fábrica de harinas de Mave, un pueblo en el que he estado sólo una vez. Pero a Palencia he ido con bastante frecuencia, sobre todo, a trabajar y solía comer mucho en Casa Damián, un restaurante que ya cerró y del que me encantaba su menestra de verduras; era un lugar al que tenía mucho cariño.
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–Este año llega a la capital palentina, junto a Javier Losán Santiago Urrialde y Esther del Prado, con 'Que Dios nos pille confesados'. Una comedia de enredo…
–Es una comedia diferente porque tiene una trama al estilo de las películas de Agatha Christie, el robo de un cuadro del Greco. Tiene misterio e intríngulis y cuya trama suscita el interés entre los espectadores y está contada en clave de humor. Es un guion original de dos buenos amigos míos, especialistas en comedias que trabajan como guionistas para televisión desde hace muchos años. Y, como dato constatable, subrayaría que en la primera temporada que estuvimos en Madrid, desde noviembre de 2023 hasta finales del mes de mayo de este año, hemos llenado el teatro todos los días de representación, de miércoles a domingo. ¡Un éxito inesperado! Nunca imaginé llenar el teatro todos los días en Madrid. Por otro lado, cinco días a la semana de representaciones agota porque para hacer reír al público tienes que meter muchísima carga de energía. Y como soy un poco asmático, no quería forzar y allí no hicimos ningún doblete.
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–¿Cómo va la gira de junio a agosto?
–Hemos hecho pocas representaciones. Yo ya he cumplido setenta años y en verano quiero descansar y trabajar en menos, que creo que me lo merezco. En junio habremos hecho dos actuaciones, tres en julio y haremos cinco en agosto. Y lo hago así para que la comedia siga fresca y no se nos olvide el texto. En Palencia hacemos doblete y, si no me falla la memoria, será el primero de la gira.
–En esta función comparte la faceta de actor con la de director.
–No es la primera vez. Ya lo hice con 'La cena de los idiotas' y con 'Taxi'. Cuando controlas el producto desde el principio hasta el final, te da mucha tranquilidad. Si me equivoco, me equivoco yo y no le puedo echar la culpa a nadie. Además, como sé lo que quiero hacer, cómo lo quiero hacer y con quién, la única solución es hacerlo tú. La faceta de director me gusta mucho y, antes del primer día de los ensayos, yo ya he hecho mis deberes en casa: me he leído la comedia veinte veces, he estudiado los personajes, he estructurado el tráfico en el escenario y el movimiento de los actores… Tengo todo planificado; voy a la compra con la lista hecha.
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–En la comedia que representará en el Ortega se mete en la piel de un cura ladrón.
–Es un papel muy bonito porque es un cura que tiene que estar engañando permanentemente al resto de los personajes y, en algún momento que otro, soy un ladrón de guante blanco, aunque chapucero, y tengo que cambiar la voz y la forma de moverme. Son, por tanto, dos personajes en uno.
–¿Josema Yuste es católico?
–Soy católico, nacido en el seno de una familia católica, aunque no practico; no voy habitualmente a misa, aunque la religión me merece todo el respeto del mundo.
–¿Y ha cometido muchos pecados?
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–Sí, como todo el mundo, pero ninguno de los que me pueda avergonzar; todos son veniales.
–Cambió los platós de televisión para centrar su carrera en los escenarios. ¿Es más difícil hacer reír en el teatro que en la tele?
–Sí, por una razón: en la tele no sabes si finalmente se van a reír o no. En el teatro tienes que hacer reír sí o sí y tienes que ponerle el doble de energía porque el público te sigue en cada momento; tienes que entregarte una barbaridad.
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–¿Qué gusanillo le entró para haber permanecido casi un cuarto de siglo sobre las tablas?
–Soy un actor, un intérprete, un artista o un cómico, como se quiera llamar, vocacional porque desde pequeño sentí la llamada de la interpretación sin saber por qué y la perseguí con absoluta seguridad. A partir de ahí, viene el esfuerzo, la constancia, la dedicación, la tenacidad, el trabajo, la confianza en uno mismo, el caerte y saber levantarte… Ésa es la clave, si es que la hay.
–Antes de salir a escena, ¿qué sentimientos le afloran?
–Estoy relativamente tranquilo, como un toro dentro del toril esperando que alguien le abra puerta, y estoy pensando que mi obligación es que la gente se parta de risa y que lo voy a conseguir; me como un plátano y salgo a escena. Mi único objetivo es que el público ría a carcajadas.
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–¿Se ha planteado en algún momento hacer drama?
–Jamás. Hace más de veinte años hice un papel dramático en un capítulo de una serie para televisión, pero nada más. Soy productor y podría embarcarme en una obra dramática porque tengo dos socios fantásticos que me apoyarían, pero, hoy por hoy, no me llama. Soy feliz donde estoy, pero no es por comodidad, sino porque es lo que quiero hacer.
–Lleva mucho más tiempo siendo actor que formando parte de 'Martes y Trece' y aún se le sigue sacando a colación su ruptura con Millán Salcedo.
–Si alguien no me preguntara por 'Martes y Trece', diría «aquí pasa algo». Es mi pasado profesional y al que le estoy inmensamente agradecido. Cada vez me siento más orgulloso de lo que hice en 'Martes y Trece', junto con Millán y, al principio, con Fernando. Y estoy muy agradecido al público, sin ninguna duda.
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–¿Imaginaba que esa formación cómica iba a dejar tanto poso en nuestro país?
–No, no, no. Durante el tiempo que formé parte de 'Martes y Trece' jamás fui consciente de que pudiera tener la trascendencia que ha ido teniendo hasta nuestros días. Aunque ocho años después de la separación de Millán, que se produjo en 1995, ya empecé a decirme que nuestro dúo podía estar escribiendo una página de la historia del humor de nuestro país. Hoy, siguen reponiendo algunos de nuestros números en La 2 de Televisión España y con buenas audiencias.
–El 2 de marzo cumplió 70 años. ¿Qué balance hace de su paso por la vida?
–Soy una persona que pasa por la vida con tranquilidad. Cuando me tocó hacer la mili en Ceuta, ¡qué depresión!, alguien me dijo que tratara de pasar por la mili ni fu ni fa, ni listo ni tonto; le hice caso y me fue muy bien y aplico eso a la vida. Procuro volar por debajo del radar, tranquilo, pero me entrego en todo lo que hago, tanto en el trabajo como en el deporte, que practico bastante. Soy muy competitivo conmigo mismo, pero siempre he sentido una gran admiración y respeto por mis compañeros. De hecho, no estoy en ninguna red social ni se me espera. Intenté que mi boda pasara desapercibida, aunque no lo fue; nunca he vendido una exclusiva de mi vida privada y no lo haré; he protegido a mis hijos en este aspecto.
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–¿Cuál es el secreto de un matrimonio tan duradero como el suyo?
–Llevamos juntos alrededor de treinta y siete años, pero quién sabe el secreto. Hay que ceder, aguantar, discutir de vez en cuando, pasar buenos y peores momentos… Nada es perfecto, pero en el fondo debe permanecer una base de cariño y de admiración.
–¿Hay algún detalle personal o aficiones suyas que no hayan trascendido?
–No bebo alcohol asiduamente, tomo alguna cerveza o vermú de vez en cuando; no fumo; no me drogo, estoy totalmente en contra de las drogas porque es el mayor error que puede cometer el ser humano y me da igual por la puerta que sea, todas son nocivas y te llevan al caos. Hago deporte porque me parece que es el mejor 'trankimazin' que uno puede tomarse y procuro hacerlo tres o cuatro días a la semana. Me gusta comer sano porque me gusta; me encanta la fruta, desayuno cuatro o cinco piezas por la mañana, también las verduras, la cuchara, el pescado… Como de todo, pero trato de llevar una alimentación saludable. Además, por mi trabajo tengo que estar presentable y en forma y sentirme bien.
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