Los alumnos de la Escuela Taurina protagonizan la primera cita de la feria

Desde que en 2020 iniciase su actividad, la Escuela Taurina de Palencia se ha convertido en un verdadero ejemplo a seguir debido a una calidad que ya comienza a dar los primeros resultados. Cuatro años de trabajo que se comienza a apreciar en las plazas en las que se anuncia alguno de sus alumnos.

Precisamente, tres de ellos serán quienes hagan el paseíllo el próximo miércoles 28 de septiembre a las 6 de la tarde en el Coso de Campos Góticos, Aarón Rodríguez, Alejandro Chavarri y Patricia Sacristán, que compartirán cartel con el novillero madrileño Alejandro Rubio y con el castellonense Ian Bermejo.

Todos ellos lidiarán cinco novillos de la ganadería de Montalvo, ya que el sexto lo harán entre varios alumnos de la Escuela Taurina de Palencia. De esta forma, la dirección aboga por dar la oportunidad a novilleros de la casa además de fomentar la participación de otros de fuera, quienes, a su vez, también hacen un hueco a los palentinos en sus plazas.

Una participación para la que llevan trabajando todo el año tanto en el centro de entrenamiento de Venta de Baños como también en la propia Plaza de Toros de Palencia. De hecho, lo hacen durante todo el año, exceptuando el mes de noviembre, cuando se les da unos días de vacaciones.

El limeño Alejandro Chavarri dejó todo en su país, Perú, para venir hasta España en busca de un sueño, convertirse en torero. El precio que está pagando por ello es muy alto, ya que vino hasta nuestro país sin su familia y con el único objetivo de hacerse un lugar en el escalafón. Para ello, su padre solo le pidió que, además de ingresar en la escuela taurina, estudiase una carrera universitaria. «Yo no tengo familia aquí en España. Solo los amigos que he podido hacer de la escuela y de la universidad, pero nada más», sostiene Chavarri, quien destaca la evolución que ha tenido desde que conoció a Juan Cantora.

Así es como el joven comenzó sus estudios en la Universidad de Burgos, donde se forma compatibilizándolo con los entrenamientos semanales en Palencia, hasta donde se desplaza semanalmente. El peruano se enfrenta a esta cita con muchas ganas, después de haberse perdido la de la Feria Chica de junio por una cornada.

Por su parte, la riojana Patricia Sacristán cumple dos aspectos poco comunes, quiere ser torero y, además, es mujer. Dos condicionantes que para ella no son un problema y que no la hacen renunciar a la ilusión de su vida, para la que lleva años preparándose. Tras cuatro años en la Escuela Taurina, son muchos los los compromisos que ha ido adquiriendo debido a su buena progresión.

Sacristán destaca la buena salud de la afición taurina, insistiendo en que «eso que dicen de que el mundo del toro está perdido es mentira y así lo estamos demostrando. Ahora va mucha gente a los toros, acompañados por niños y por mayores. Es muy bonito vivirlo». El tío de la riojana es corredor de encierros, pero nadie más de su familia tiene esta vinculación. «Es mi sueño desde que era pequeña. Desde que tengo uso de razón he querido ser torero. Desde hace dos años me lo empecé a tomar totalmente en serio y el mundo del toro ha pasado a ser una forma de vida. Por lo menos, para mí. He tenido bastante suerte porque mi familia y amigos me apoyan», sostiene.

Aarón Navas, natural de Navarra, es otro de los novilleros de la Escuela Taurina de Palencia que hará el paseíllo el próximo miércoles, día 28. Su llegada a Palencia se produjo de mano de la novillera Patricia Sacristán, compañera y amiga, quien le recomendó este centro como el mejor para prepararse para ser torero.

Navas asegura que su experiencia no puede ser más positiva, y para esta cita se ha preparado tanto en la escuela como también en el campo, donde ha toreado con el maestro Gómez del Pilar. «He tenido una buena preparación este año», reconoce el joven, quien agradece no solo la progresión profesional al centro palentino, sino también la acogida que ha tenido desde el primer día por sus compañeros.

El navarro hereda así la pasión por el mundo del toro de su familia materna. que siempre ha estado relacionada con la ganadería y, además, su padre también ha sido pastor en Pamplona y banderillero. «Desde muy pequeño quiero ser torero».