Alfonso Díez muestra la réplica de la iglesia de San Miguel entregada por el alcalde de Palencia, Alfonso Polanco.

Alfonso Díez presume de palentinismo y evoca a Cayetana de Alba en su pregón

El teatro Principal se llena para escuchar al marido de la duquesa en el Día del Palentino Ausente

Raquel Martínez Carrascal

Sábado, 30 de agosto 2014, 23:25

En el Día del Palentino Ausente, donde muchas ausencias se transforman en presencias con la llegada a la ciudad de los socios de las casas palentinas dispersas por el territorio nacional y de otros palentinos en la diáspora, hubo este sábado una ausencia importante, pero solo físicamente hablando, ya que su nombre fue pronunciado en varias ocasiones durante el pregón ofrecido por su esposo, el palentino Alfonso Díez Carabantes. Esa significativa ausencia fue la de Cayetana Fitz-James Stuart, duquesa de Alba, que no pudo acompañar a su esposo, aunque él, que se mostró en todo momento orgulloso de su designación como pregonero, la tuvo presente a lo largo de toda su alocución.

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«Cuando decidí que iba decir que sí, le pedí a San Antolín que no hubiera ningún percance en mi vida que pudiera impedirlo. Siendo sinceros, que la salud de Cayetana...», interrumpió su intervención Alfonso Díez tras quebrársele la voz al recordar a su esposa. «...me permitiera estar hoy aquí con vosotros. Los últimos meses han estado un poco complicados», acertó a proseguir el pregonero, quien se disculpó ante el auditorio del teatro Principal por su falta de soltura para hablar ante tantas personas. «No tengo mucho desparpajo para hablar en público, aunque hoy aquí estas palabras me salen del corazón», prosiguió, consiguiendo ganarse el favor de los asistentes, que escuchaban con atención el discurso preparado por el pregonero para la decimanovena edición del Día del Palentino Ausente.

Alfonso Díez hizo un recorrido por sus años de juventud en Palencia, de donde marchó con 24 años con destino a Madrid para seguir estudiando y trabajar. Fue precisamente en la capital palentina donde comenzó a forjarse una de sus mayores pasiones confesas, el cine, y quiso la casualidad que el Teatro Principal, lugar escogido este año para los actos del Día del Palentino Ausente, tenga un especial significado para él. «Es un sitio lleno de recuerdos. Muchas mañanas, camino del colegio, y sobre todo los viernes, cuando se estrenaban las películas, desviaba mi camino para ver las carteleras del Teatro Principal, y ya de paso veía las del Ortega», recordó Díez Carabantes, quien reconoció haber visto el estreno de Lawrence de Arabia hasta en tres ocasiones. «¡Imaginad, a los quince años, en época de colegio, inventar excusas para justificar tres tardes, además, de una película que duraba más de tres horas!», interpeló al público.

Además de su hablar de sus recuerdos de juventud vinculados al séptimo arte, el pregonero presumió de palentinismo. «Palencia está metida dentro de mí y hago gala de ello por donde voy», reconoció orgulloso antes de contar una anécdota con la que de nuevo se granjeó el favor de los asistentes. «Os voy a contar un pequeño detalle que espero no salga de aquí: la Casa de Alba desde siempre ha tenido un trato especial con la Casa Real. Cuando decidimos casarnos Cayetana y yo, Cayetana pidió al Rey verle para comunicárselo. Nos recibió en Zarzuela, acogedor y muy cariñoso. Al poco rato de sentarnos, me dijo: vaya, vaya, Alfonso, ¡así que tú eres palentino! ¡Vaya tierra más buena, nunca tenéis miedo de nada!», relató el pregonero. «Y es verdad», aseveró, antes de terminar su intervención con una petición dirigida al patrón. «Pido a San Antolín salud para todos y que el próximo año pueda traer a Cayetana a disfrutar de las fiestas de nuestra ciudad», concluyó Alfonso Díez, no sin antes entonar un ¡Viva Palencia! que hizo romper en aplausos al teatro, ovación que agradeció saludando desde el atril.

El alcalde de Palencia, Alfonso Polanco, agradeció a Alfonso Díez su presencia en Palencia y su «sentida intervención» y le hizo entrega de una réplica de la iglesia de San Miguel. «Alfonso Díez representa a una familia con DNI y sangre palentina, alejado unos kilómetros de nosotros, pero que siente como el que más lo bueno que tiene esta tierra. Y cuando puede, no solo visita con su esposa, la duquesa de Alba, nuestra ciudad, sino que como hombre de buena memoria recuerda su pasado como si fuera el más reciente presente», elogió Polanco.

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