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La decisión de realizar test de antígenos en medio centenar de farmacias y clínicas dentales madrileñas ha puesto la pregunta sobre la mesa: ¿recurrirá también Castilla y León a estos recursos, o no se creerá necesario? Ambas profesiones tendrían que seleccionar quién y cómo, pero la mano está tendida, aunque, por ahora, nadie indica que se vaya a dar ese paso. «De momento, la Consejería no lo considera oportuno, pero nuestro ofrecimiento sigue en pie», desliza el presidente del Colegio de Farmacéuticos de Palencia (COFP), José Luis Nájera. Se suma su homólogo en el Colegio Oficial de Dentistas (CODE), que abarca Burgos, Palencia, Soria, Zamora y Valladolid, Víctor Zurita Clariana. «Los dentistas entendemos que deben de ser enfermeras las que fundamentalmente lideren tanto la realización de test de antígenos como la vacunación, pero también somos personal sanitario que podría ayudar si llegase una situación límite», añade.
Víctor Zurita aclara que la colaboración de los odontólogos en la comunidad de Madrid ha surgido porque primero abrió paso el presidente del Consejo Nacional de Dentistas, Óscar Castro, que «se ofreció al Ministerio para que las clínicas dentales pudieran reforzar el sistema en lo necesario, para realizar test o incluso en el proceso de vacunación», especifica.
En lo tocante a Castilla y León, ambos colegios profesionales afirman que mantienen contacto con la Consejería de Sanidad y que se han reunido recientemente. «En principio, nos han transmitido que no tienen problema, ni de falta de personal, ni de falta de instalaciones», recoge Zurita.
Nájera recuerda que si llegase el momento habría que estudiar cómo hacerlo de la mejor manera posible para asegurar «la seguridad del profesional, la del paciente y la eficacia de la realización de test» con circuitos cerrados y diferenciados. Castilla y León cuenta con una red de 1.620 farmacias, observa el también secretario del Consejo de Colegios Farmacéuticos de la comunidad autónoma (Concyl). Pero afirma que el 63% se localiza en el medio rural, de modo que un contagio o contacto estrecho que confinase al farmacéutico podría privar a todo el municipio de medicamentos.
Zurita cifra en unos 800 colegiados a sus efectivos y alrededor de 600 clínicas repartidas entre las cinco provincias. «Sabemos que unos dentistas están a favor de participar activamente y otros en contra, porque en algunos casos resultaría complicado atender a los pacientes de manera separada y eso podría comprometer la seguridad de los clientes o la de los propios profesionales», subscribe.
A pie de farmacia, marcan las opiniones los metros cuadrados, los habitáculos disponibles y el personal. «Todos queremos ayudar de la mejor manera posible», pondera Guadalupe Rodríguez Barbero, farmacéutica en Villamuriel de Cerrato, «pero a mí realizar test de antígenos me parece un asunto muy difícil de gestionar en la farmacia, la mayoría no tienen un espacio privado aparte, así que soy más partidaria de utilizar sitios más apropiados, como carpas y lugares aireados», opina.
En cambio, en la botica de la capital que regenta María Begoña Velasco Sainz, en la que trabajan cuatro personas, se muestran receptivos a la posibilidad de dar ese servicio. «Creo que sería útil en un lugar como Palencia, a todo el mundo le aportaría flexibilidad», valora la licenciada. En la farmacia Sotorrío, junto al centro de salud de La Puebla, trabajan dos farmacéuticos. «Estamos a favor de que se puedan realizar test de antígenos en farmacia, pero en esta en concreto no cabemos», admiten.
Algunas voces entre los odontólogos apuntan a posturas similares: haría falta buena planificación, en cualquier caso. «Nosotros tenemos a nuestros pacientes citados, espaciados, agendados con su dentista y siguiendo unas medidas», responde la gerente de la clínica dental Celada, en Palencia.
«Si fuera necesario, quizás nos podríamos adaptar, pero en nuestro caso ahora no lo veo factible, por espacio y personal, aunque en otras clínicas quizás sí que merecería la pena realizar test», concede. Muchas consultas están volcadas en su trabajo diario, como ocurre en la clínica dental Pastor Casas: «No somos muy partidarios de esa solución, no nos parece adecuada», apuntan. «Es difícil valorar si podríamos o no podríamos proporcionar este servicio sin antes conocer las medidas que tendríamos que tomar», resumen desde la centralita de la clínica dental Santos, en Guardo.
Eso sí, entre farmacéuticos y dentistas se repite una labor de informadores que se ha acrecentado durante la pandemia, y sobre todo de cara a unas medidas cambiantes, la naturaleza de las mascarillas o los cribados masivos de los últimos días. En Sotorrío se pregunta mucho por la nueva FFP3, y Rodríguez Barbero apunta que «la mascarilla FFP2 ha desplazado a la quirúrgica» ya que «la gente tiene miedo porque está habiendo muchos contagios en la zona».
«El miedo es algo muy personal», señalan desde la clínica dental Celada, «depende mucho de cómo sea la persona, algunos pacientes retrasan sus tratamientos o no vienen ni a quitarse los puntos y otros más flexibles siguen con ellos y nos preguntan las pequeñas dudas que podemos resolver». Eso sí, «la agenda es un caos», aseguran desde la clínica dental Santos, en la que dicen que posponen y reorganizar muchas citas en función de los positivos o los contactos y de un panorama muy cambiante.
El presidente del Consejo Farmacéutico defiende que por ahora las farmacias se centrarán en «garantizar el acceso al medicamento y al servicio habitual». «Con la ayuda de Cruz Roja y la Guardia Civil se han habilitado sistemas de atención farmacéutica a domicilio, se proporciona mucha atención telefónica y, al final, si una persona es reticente a acercarse al centro de salud, adonde acude es al establecimiento más cercano, que es la farmacia», subraya.
«Hemos establecido protocolos de barrera con dobles mascarillas o incluso máquinas de ozono», cuenta por su parte el presidente del CODE, «y al comprobar que las clínicas eran seguras, tras el confinamiento, mucha gente volvió a tratarse con normalidad. Aun así, en las últimas semanas notamos que se cancelan más citas, si no son urgentes, como respuesta a ese llamado a autoconfinarse que sigue gran parte de la población», declara. Hasta nueva orden, ambos colectivos seguirán tras sus mostradores y en sus consultas, siempre al servicio del día a día de sus pacientes.
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