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Más de 400 llamadas. De Holanda, Alemania, Francia y de casi todos los puntos de España. Daba igual Tenerife, que Barcelona o Sevilla. Todos estaban interesados en la posibilidad de hacer las maletas y trasladarse con la familia a una vivienda en Tabanera de Cerrato, para dirigir la nueva tienda de ultramarinos situada justo debajo de la misma. El anuncio, que no lo era en realidad, consistía en un mensaje que la alcaldesa de la localidad, María Luz Íscar, envió a otros dirigentes de la zona para dar a conocer su nueva iniciativa y por si acaso alguien conocía a una familia que encajase en este nuevo proyecto.
El mensaje terminó en redes sociales y los retuits hicieron el resto, y la vorágine de llamadas y llamadas colapsó los teléfonos de la edil y de su esposo. «Ha sido una locura de llamadas de día y de noche. Mucha gente no busca lo que ofrecemos nosotros, necesita ayuda, son situaciones desesperadas, que se te cae el alma a los pies. Pero no es lo que nosotros ofrecemos», argumenta.
La vivienda de 85 metros cuadrados, que se comenzará a construir estos días sobre una casa vieja del pueblo, estará lista para finales de mayo. «La Junta nos ha concedido el segundo programa Rehabitare, a través de la Diputación de Palencia, que se ha implicado mucho con nosotros y se lo agradezco», afirma. Este programa rehabilita viviendas en el medio rural para uso social. «La casa la ha comprado el Ayuntamiento de Tabanera para hacer una tienda, que aquí no hay nada para surtirte de las cosas básicas, ni en ningún pueblo de alrededor», explica. «La Diputación nos ha subvencionado para poder hacer la tienda», agrega.
La más cercana está en Baltanás, a 16 kilómetros, aunque tienen una carnicería en Quintana del Puente, a 13. «Tenemos muchos pueblos alrededor que podríamos surtir también y el que venga puede tener una clientela fija. Se pueden hacer montones de cosas», continúa.
«Buscamos una familia que pueda y que quiera hacer un cambio de vida para venir al pueblo. Alguien que encaje aquí y que tenga un poco de capacidad económica para surtir a la tienda de productos y ponerla en marcha. Nosotros ayudaremos en todo lo que podamos, pero tiene que tener iniciativas e ideas. No damos trabajo, sino que facilitamos la inserción de una familia en el medio rural», explica.
El pueblo cuenta con 150 personas empadronadas, mientras que unos 80 vecinos viven en el mismo en invierno. Eso sí, en verano se triplica de habitantes.
De las más de 400 llamadas que han recibido, cuentan ya con cinco familias que pueden encajar en su nuevo proyecto para seguir dando vida al medio rural. «Agradecemos mucho a todos los que se han interesado por venir, pero ya tenemos unos candidatos seleccionados y ya no queremos que llamen más», concluye.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
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