
Palencia
Muere Nicolás Castellanos, el obispo que lo dejó todo para ayudar a los más pobresEl religioso agustino renunció a la Diócesis de Palencia en 1991 para dedicarse a las misiones en las zonas más desfavorecidas de Bolivia
Se ha apagado su luz, el faro que ha guiado durante las últimas décadas a las poblaciones más desfavorecidas de Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia, pero también se ha marchado una de las figuras más destacadas de la conciencia social de Palencia. Ha muerto Nicolás Castellanos, el obispo eterno de Palencia, el que enmudeció a toda la Diócesis cuando en 1991 rompió todos los códigos episcopales conocidos hasta ese momento y anunció su decisión de renunciar a su ministerio para dedicar su vida a servir a los más pobres, a los más desfavorecidos entre los desfavorecidos, a las poblaciones indígenas, casi olvidadas de una remota región boliviana.
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Fue el también desaparecido ya Juan Pablo II quien aceptó su renuncio y le permitió marchar a las misiones. Pero no se fue solo, acompañado de un grupo de laicos y también de sacerdotes obreros, emprendió su sueño de crear la Fundación Hombres Nuevos, con la que ha venido sacando del olvido a todo esos barrios y aldeas deprimidas hasta el infinito.
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Nicolás Castellanos cumplía este martes 90 años, con lo que su muerte le ha llegado solo un día después de su cumpleaños. En los últimos días había sufrido un ictus y tuvo que ser operado de un coágulo en el cerebro, intervención que no ha podido superar. Con él se marcha una de las figuras fundamentales de la lucha por los derechos humanos de la España de las últimas décadas.
Castellanos recibió premio Príncipe de Asturias de la Concordia en 1998 y fue candidato al premio Nobel de la Paz en 2022.
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