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Minutos antes de que Palencia Plaza Mayor del Vino se inaugurase a las doce del mediodía, un puñado generoso de curiosos confirmaban la operativa que les permitiría disfrutar de los mejores vinos de Castilla y León y de productos gastronómicos de la tierra. Todavía los augurios no eran más que eso cuando una familia, amante del enoturismo y llegada expresamente desde el País Vasco, recogía sus copas en la carpa habilitada. Apenas empezaba la ruta por los 27 expositores presentes la alcaldesa de la capital, Miriam Andrés, cuando la sensación de éxito de convocatoria empezaba a reinar, habida cuenta del público presente.
Palencia Plaza Mayor del Vino, iniciativa de El Norte de Castilla, que contó como patrocinador principal con el Ayuntamiento de Palencia, así con Cajamar y Multiservicios Aguado como patrocinadores y con Hervi Motor, Clínica Dental La Puebla, Restaurante Maño, Hotel La Casa del Abad y Chaval de Lorenzo como colaboradores, suscitó el interés de muchos amantes del buen vino desde las primeras horas, en las que tan emblemática plaza de la capital palentina se fue llenando de curiosos consumidores, que en cada expositor prestaban atención a las indicaciones de los artesanos del vino presentes, de las denominaciones de origen Cigales, Rueda, Ribera del Duero, Arlanza y León y a la IGP Vinos de la Tierra de Castilla y León.
Entre ellos se encontraba la alcaldesa Miriam Andrés, que, uno por uno, saludó a todos los responsables, quienes coincidían en el acierto de promover una actividad como esta en el corazón de Palencia, ya que servía para reunir al cliente final con productores de calidad de nuestra tierra. «Han notado la expectación y estaban contentos. Yo tenía mucha esperanza en que esto funcionara. Es un evento que les ayuda a visibilizarse y a potenciar su negocio. Yo estoy encantada, y la gente también. No han hecho más que felicitarnos por la actividad», dijo sonriente la primera edil.
La satisfacción en el Consistorio con Palencia Plaza Mayor de Vino es total, lo que llevó a Miriam Andrés a definir esta primera edición como «el inicio de una feliz aventura en común, que, seguro, se va a asentar» en el calendario de citas ineludibles de la ciudad. No en vano, la alcaldesa percibió ya interés de otros empresarios en participar en futuras ediciones, lo que puede llevar a que se amplíen los espacios o incluso a que se pueda ocupar algún lugar adyacente. «Confío en que tengamos que ampliar a la Plaza San Francisco porque algún hostelero más y más bodegas se quieran sumar a esta iniciativa, que sirve para dar cuenta de la calidad de lo que hacemos en Palencia y en Castilla y León. Para el Ayuntamiento es importante dinamizar con actividades de este tipo la economía local, con todo lo que tiene que ver también con el complemento hostelero, porque en el impás de mediodía la gente se ha quedado a comer o a picar por la zona», arguyó.
Estos días, «de socialización y de sana convivencia alrededor de la cultura del vino», como lo definió Miriam Andrés, han sido, a sus ojos, «todo un acierto, que va a venir bien de cara al futuro», al que, como los 27 participantes, ya mira. Todo después de contar con el favor de los amantes del buen vino, que, fueran palentinos o llegados de otros puntos de nuestra geografía, disfrutaron de esa calidad de lo nuestro.
Y es que Palencia Plaza Mayor del Vino contó con el favor del público, pero no solo con el del local, sino también con visitantes llegados de diferentes puntos de la geografía española. Así, una familia gaditana de cuatro componentes presumía de haberse recorrido 800 kilómetros para pasar unos días en la capital palentina, aprovechando el periodo estival... y para no perderse esta cita con los mejores vinos de España.
Lo mismo sucedía con un grupo de cinco personas, reconocidos aficionados al enoturismo, que llegaron desde Valladolid, donde residen, aunque ostentan distintas nacionalidades, como la francesa o la mexicana, y quienes acostumbran a viajar juntos para saborear las nuevas y diferentes propuestas que ofrece el mercado vitivinícola y para disfrutar con una pasión compartida.Era, además, un grupo joven, un perfil de público al que los bodegueros reconocen no tener el mismo acceso que a otros públicos objetivo, aunque en este evento sí que pudieron hacerlo.
Así sucedió, también, en el habitual tardeo, cada vez más frecuente en las calles de Palencia y entre el público de mediana edad, que se mezcló con apasionados más veteranos; los unos, más expertos, y los otros, más profanos, pero todos deseosos de catar vinos de calidad.
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