Hosteleros y vecinos afectados por las terrazas, durante el pleno. Marta Moras
Palencia

El PP exige al alcalde la retirada inmediata de las terrazas con «mal gusto» para aprobar la ordenanza

La nueva normativa prohíbe expresamente los cerramientos con palés de madera y obliga a que presente servicio 20 días al mes

Jueves, 16 de febrero 2023, 18:39

No estarán permitidos los cerramientos con palés de madera, con cuerdas o con otros elementos de dudoso gusto. Tampoco aquellas que presenten daños en la plataforma, que no guarden las distancias reflejadas en la normativa o que no cumplan con las directrices de accesibilidad. Tendrán ... que prestar servicio un mínimo de veinte días al mes, aunque no es necesario que cuenten con la atención en mesa -ese requisito resultó rechazado durante el debate-, y para su autorización deberán superar diferentes informes, de Policía Local, Bomberos, Tráfico, Urbanismo... Y, además, tendrán un coste sensiblemente superior al de las licencias que se concedan en aquellos espacios en los que tradicionalmente ha estado autorizada la instalación de terrazas de hostelería y que se recogía en la normativa anterior, de 2016.

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Estos son algunos de los requisitos que se fijan en la nueva ordenanza de terrazas de hostelería aprobada este jueves por el pleno municipal, por la que para algunos se legalizan las llamadas terrazas covid, mientras que otros defienden que es la regulación que pone punto final a este tipo de concesiones extraordinarias. Y de algún modo, ambos posicionamientos tienen razón.

La bula concedida a los hosteleros durante la pandemia para que instalasen sus veladores prácticamente en cualquier punto de la ciudad (dicho sea de una forma un tanto exagerada) finaliza con la nueva ordenanza, puesto que esta normativa establece una serie de requisitos para limitar la proliferación de este tipo de instalaciones y clausurar todas aquellas que no cumplan una serie de características de ornato, limpieza y buena imagen. Pero también es cierto que se sigue ofreciendo a los hosteleros la posibilidad de ocupar con sus mesas y sillas espacios que antes de la pandemia habrían resultado inimaginables, como las plazas de aparcamiento, incluso las de la ORA, o zonas ajardinadas, siempre bajo el mantra defendido por el equipo de gobierno municipal de favorecer la actividad económica en la ciudad.

Pero este es solo uno de los aspectos que todos los grupos políticos han querido conjugar durante la elaboración de la norma y que durante el pleno también han salido a relucir, como el derecho al descanso de los vecinos o la ordenación de la vida en la ciudad, dado que el modelo aprobado supone la pérdida de forma permanente de un buen número de plazas de aparcamiento, con incidencia especial en algunos barrios como el de La Puebla.

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Y ese derecho al descanso de los vecinos ha marcado buena parte de las intervenciones de todos los portavoces de los grupos políticos, que han puesto un especial énfasis en el análisis de los horarios que se fijan. La una de la madrugada como tope para el cierre durante los días laborables y las 2:30 horas en fines de semana y festivo. Sin distinción del momento del año, algo que sí han reclamado los socialistas, y un aspecto que desde el equipo de gobierno se ha garantizado con el máximo rigor por parte de la Policía Local.

Y ese rigor en los controles ha sido precisamente el compromiso demandado por el Partido Popular a su socio de gobierno para otorgar su voto favorable a la ordenanza, puesto que se trata de una norma que parte de Ciudadanos y que en principio no convencía al PP. Sin embargo, finalmente la ha apoyado y ha sido defendida por los populares como un incentivo al fomento de la actividad económica, pero ese apoyo ha llegado con un cierto condicionante que barrunta ya la próxima división del equipo de gobierno ante la cita electoral de mayo.

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El portavoz del PP, Alfonso Polanco, ha vuelto a exigir al alcalde, Mario Simón, de Ciudadanos, que ejerza de máximo responsable de la Policía Local y ordene la retirada inmediata de cualquiera de las estructuras que no cumpla con todos los requisitos incluidos en la ordenanza, especialmente los relativos al «buen gusto». Polanco ha sido claro, en el plazo de un mes desde que entre en vigor la normativa todas las terrazas que no se ajusten a los nuevos requisitos deben ser retiradas por los propios hosteleros o lo hará el Ayuntamiento de forma subsidiaria, procedimiento para el que exigió de forma reiterada un compromiso expreso del alcalde.

Estos fueron los votos favorables. Doce en total, como también lo fueron los que se emitieron en contra, once del PSOE y uno de Ganemos. La abstención de Vox propició el empate y obligó a repetir la votación, que se resolvió con el llamado voto de calidad del alcalde, que tiene doble valor, con lo que la nueva ordenanza de terrazas quedó aprobada.

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El posicionamiento contrario y sin ambigüedades a este tipo de nuevas terrazas que se introducen en la ordenanza lo puso Ganemos, cuya portavoz, Sonia Ordóñez, insistió en que se privatiza el espacio público y no se defiende el derecho al descanso de los vecinos, que, según recordó viene garantizado por la Constitución. «Todo un despropósito», resumió.

Por su parte, el PSOE, que también votó en contra, sí se posicionó favorablemente, a valorar la regulación de este tipo de terrazas, pero tomando como punto de partida la anterior ordenanza de 2016 y no la situación de excepcionalidad que se creó con la pandemia. Criticó la portavoz socialista, Miriam Andrés, que no hay criterios expresos y definidos para reducir el número de terrazas extraordinarias y que «lo único que realmente cambia es que se van a prohibir los palés». La dirigente del PSOE calificó además la ordenanza de «arbitraria y contradictoria».

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Mientras, con un discurso similar en algunos aspectos, apelando a una especie de mal menor, la portavoz de Vox, Sonia Lalanda, justificaba su abstención en la necesidad de regular la actual situación, «aunque esta no es la ordenanza que habría hecho Vox». Lalanda también exigió al alcalde la adopción de medidas cautelares contra cualquier terraza ante la llegada de quejas de los vecinos, para los que pidió el máximo respeto, y demandó asimismo que las terrazas que se autoricen debieran estar atendidas en mesa. Para ello, solicitó la inclusión de una alegación durante el transcurso del pleno, aunque su petición fue rechazada por el resto de los grupos.

Mientras, por el PP, primero Luis Miguel Cárcel, concejal de Hacienda, y posteriormente su portavoz y teniente de alcalde, Alfonso Polanco, insistieron en la necesidad de ofrecer una regulación a un tipo de nuevo concepto de hostelería que ha surgido como un cambio en los hábitos de consumo de los ciudadanos tras la pandemia, pero que, según insistieron, debe hacerse con criterios estéticos y de respecto a los vecinos. Cárcel recalcó también que quienes quieran legalizar sus terrazas en espacios extraordinarios tendrán también que pagar unas tasas extraordinarias, y Polanco insistía, para cerrar su posicionamiento, en la necesidad de actuar de forma inmediata contra quienes no cumplan.

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La postura más favorable fue, por supuesto, la de la concejal de Tráfico y principal promotora de la ordenanza, Carolina Gómez, quien recalcó que no se trata de una regulación de las terrazas covid, sino de las terrazas de hostelería en general. «Es un texto muy bueno y muy trabajado», recalcó, al tiempo que indicó que conjuga perfectamente el derecho al descanso de los vecinos, con una medida que fomenta la actividad económica de sectores muy diversos como la hostelería, la distribución, la música, la cultura o la gastronomía. La concejal de Tráfico quiso también dejar claro que los controles por parte de la Policía Local serán continuos y estrictos y señaló que cualquier autorización contará con informes de la propia Policía, de Bomberos, Urbanismo, Tráfico, Recaudación...

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