Borrar
Juli Calleja y Juan Luis Franco, antes del paso por el hospital. El Norte
Los eternos 53 días en la UCI de Juan Luis

Los eternos 53 días en la UCI de Juan Luis

Dos meses ingresado por covid ·

«Había días que no sabíamos qué final íbamos a tener», manifiesta su mujer, Juli Calleja, que vivió todas las jornadas pendiente de los teléfonos móviles

Álvaro Muñoz

Palencia

Jueves, 11 de junio 2020, 08:03

Desde el 21 de marzo que ingresó Juan Luis Franco (Bárcena de Campos, 1948) en el Hospital Río Carrión hasta el 29 de mayo que recibió el alta, ha cambiado mucho el panorama en Palencia. Fue camino del complejo asistencial con la ciudad blindada por el estado de alarma por el coronavirus y salió del hospital con una situación más tenue, pero con mucha gente en las terrazas. 70 días en el Río Carrión por la covid-19 –53 en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI)–, que para el propio Franco han pasado como un suspiro al estar sedado, pero que contrastan con la eternidad y la inquietud que han convivido durante estos más de dos meses con su mujer, Juli Calleja, y sus dos hijos.

Lo que eran unas vacaciones en Matalascañas a principios de marzo se convirtieron en una pesadilla. A mitad del viaje, el 14 de marzo, un autobús devolvió a su origen a muchos turistas. Durante el trayecto, Juan Luis empezó a sentir los primeros síntomas con algo de fiebre. «Lo achaqué al aire acondicionado del autobús, pero en Palencia seguía con fiebre y con el Paracetamol no se pasaba. El 21 de marzo fui a Recoletas a hacer la prueba y la misma ambulancia llevó a mi mujer a casa y a mí al hospital», detalla Juan Luis, que hasta el 2008, antes de jubilarse, ejerció de maestro en el País Vasco, Vertavillo, Tariego y Venta de Baños.

Tras unos días en planta, fue derivado a la UCI y ahí sus recuerdos se acaban hasta llegar mayo. Retoma la historia su mujer, a quien realmente se le hicieron eternos los dos meses. «Él no se enteró de nada. Primero le pusieron un respirador. En esos primeros días parece que encontraron uno. 'Menos mal que estábamos en Palencia', decíamos. En la televisión oías que había pocos respiradores en general. Además, el 18 de abril le tuvieron que quitar el respirador, pero tres días más tarde le hicieron una traqueotomía. Y así hasta el 19 de mayo, que salió de la UCI camino de la planta», recuerda emocionada Juli.

«Me desperté y sabía que tenía algo en el cuello. No me imaginaba haber estado tanto tiempo, pensaba que había pasado como mucho una semana. Además, creía que había pasado una catástrofe, pero no sabía de qué tipo al vivir solo los inicios de la pandemia», añade Juan Luis, mientras su mujer sigue conmovida. Le cuesta sacar las palabras por todo lo que ha padecido. Más de dos meses pendiente todos los días de una llamada, esperanzadora en muchas ocasiones o llena de incertidumbre cuando lo que se transmitía no era positivo. «El día solo tenía un aliciente, la llamada de los médicos. A las 20:00 horas salía a aplaudir porque era algo espontáneo, pero siempre portaba dos teléfonos. Después del homenaje, esperaba la comunicación. A raíz de la llamada, me ponía en contacto con mis dos hijos y les contaba la situación. Había días muy duros, y otros llenos de esperanza. Unos días eran muy pesimistas y otros más esperanzadores. Había días que no sabíamos que final íbamos a tener. Lo más importante es que ha salido», incide Juli, que destaca, junto a su marido, la labor de todos los profesionales sanitarios.

Con el paso de las jornadas, la situación mejoraba paulatinamente. Hasta que llegó el 11 de mayo. Día recordado por toda la familia. Ese lunes, aún en la UCI, se produjo el encuentro entre Juan Luis y su familia. «Me pusieron en una habitación aislada para mí solo. Me imagino que a otros les hicieran lo mismo, y así podía recibir visitas por la mañana y por la tarde. No paraba de mirar la puerta el día que me dijeron que iba a venir mi familia. Tenía muchas ganas», recuerda el maestro.

Y esa puerta siguió abriéndose hasta el 19 de mayo, día que abandonó la UCI. En la cama de esa planta estuvo otros 10 días, pero ya era diferente. La larga recuperación que se le avecina ya había arrancado. «El cuerpo ha quedado... Ahora las piernas ya tienen otro aspecto. He perdido muchos kilos –entre 10 y 15 kilos–. Estamos pendientes de la rehabilitación, pero voy ejercitando por mi cuenta piernas, manos, me suben, me bajan… Antes no podía hacer nada de eso. Al principio, con el andador y la ayuda de mi mujer y mi hija caminaba, ahora casi voy solo», recalca Juan Luis.

Ahora, la familia Franco-Calleja pretende recuperar el tiempo perdido. Ya planean pasar el verano en Bárcena y Castromocho, incluso irse de casa rural con los nietos y los consuegros. «Los nietos siempre dicen que es lo mejor del año», concluye Juan Luis.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elnortedecastilla Los eternos 53 días en la UCI de Juan Luis