«En Escocia solo podemos pasear una hora al día, pero nadie nos controla el tiempo»

Ocho son los años que lleva Diana Ramón residiendo en Glasgow, la capital escocesa y trabajando como profesora de guardería. Esta palentina de 36 años es una de las pocas que puede desempeñar su trabajo educativo. «El día 26 de diciembre, la primera ministra, Nicola Sturgeon, decidió cerrarlo todo, bares y tiendas. Yo tengo la suerte de seguir trabajando pero solo para niños con padres que trabajan en servicios esenciales, el resto de niños deben permanecer en casa. El lunes que viene se abrirá la guardería para todos», explica Diana.

El país no ha restringido las libertades de sus ciudadanos con un toque de queda pero sí ha impuesto condiciones muy restrictivas para poder viajar. «Pude ir a Palencia en el verano pasado, ya que en Escocia quedó todo cerrado durante el primer 'Lockdown' en marzo de 2020 hasta casi agosto».

Los escoceses tienen permitido el poder salir de casa no solo para hacer sus compras, también disponen de una hora al día para poder ejercitarse. «Nadie controla el tiempo que estás paseando por los parques lógicamente. En verano esos parques estaban completamente llenos y la policía no paraba a nadie para advertirle. Lo cierto es que aquí hemos tenido más libertades que en España. Cuando he hablado con mis padres les notaba bastante agobiados», comenta la profesora palentina.

En cuanto a las restricciones, Diana advierte que «el ministro de Sanidad de Reino Unido, Matt Hancock, ha anunciado que las autoridades castigarán con penas de hasta diez años de cárcel a quienes oculten que han visitado uno de los más de 30 países incluidos en la 'lista negra'», en su mayoría países de África y América Latina pero también uno de la Unión Europea, Portugal, por la prevalencia del coronavirus. «En todo Reino Unido no se andan con bobadas y se lo están tomando todo muy en serio», advierte Diana Ramón, que anhela que toda esta pesadilla acabe rápido para poder regresar a Palencia y poder volver a abrazar a sus padres.