Juan Amodeo | Humorista e 'influencer'

«Entiendo que podamos molestar a los actores formados»

–De pequeño ya anhelaba ser humorista y actor…

–Sí, la verdad es que cuando era niño y veía en la tele los típicos programas del sábado por la noche en los que salía algún humorista, me gustaba cómo hacían reír a la gente y a mí y pensaba que, de mayor, yo quería dedicarme a eso y, a medida que iba creciendo, ese pensamiento no se me quitaba de la cabeza. Entré en el teatro amateur con el grupo teatral de mi colegio y cuando representábamos obras de Jardiel Poncela y de Mihura, me di cuenta de que el humor era mi vocación.

–Se cumplieron sus deseos...

–Desde luego, y como actor me han dado algún 'papelito' y este año me han llamado para encarnar a Luisito, un personaje con más presencia que mis anteriores trabajos audiovisuales en la serie 'El Marqués'.

–¡Ha sido un tipo con suerte!

–Sí, soy un tío muy afortunado. Creo que es fundamental el talento y el trabajo, pero es muy importante tener una pizca de suerte de estar en el momento y en el sitio adecuado. Me siento suertudo por haberme dedicado a aquello con lo que siempre he soñado.

–En 2015 comenzó a subir vídeos en Instagram. Y luego, ¿llegaron los monólogos?

–No, fue al revés. Al principio, hice monólogos en bares, pero no venía nadie a verme. Entonces, decidí hacer vídeos en redes sociales para que la gente viera lo que hacía y así poder tener público en los escenarios.

–Y, al cabo de dos años, dio el salto de las redes sociales a la gran pantalla con 'Fogueo'...

–¡Exacto! David Sainz y Diego Villalba se pusieron el reto de hacer una película en un fin de semana y lo consiguieron. Fue mi primera experiencia en el cine y lo disfruté muchísimo porque tuve la suerte de estar entre amigos. Y en 2022 participé en otra comedia, 'El mundo es vuestro', en la que tuve un pequeño papel como camarero catalán, que también fue una experiencia maravillosa.

–En julio de este año se estrenó la serie 'El Marqués', basada en el crimen de la finca sevillana de Los Galindos...

–Sí, aunque ya hacía tiempo que se grabó. Para esta serie me afeité la barba, que la llevaba desde los 17 años, y cuando me vi en la tele, casi no me reconocía; parecía otra persona. Y, aunque conseguí el cometido, me vi muy mal físicamente: sin barba y con diez kilos de más. Y, puede que la tele engorde, pero yo puse de mi parte (risas).

–Ser 'influencer' le ha salido muy rentable profesionalmente...

–Totalmente. Yo empecé a utilizar las redes como instrumento para dar a conocer mis shows, pero no esperaba que iba a tener tanta repercusión. Poco a poco, mi popularidad fue creciendo al tiempo que se disparaba el número de seguidores en Instagram. No pensaba que a la gente extranjera también le pudieran gustar mis monólogos. Además de mis espectáculos y mis incursiones en la interpretación, colaboro en dos programas de radio.

–Lograr un millón de seguidores en Instagram es una locura…

–En mi caso, el incremento de seguidores fue muy escalonado, por lo que pude disfrutar de ese proceso, pero si eso me hubiese ocurrido de la noche a la mañana, me habría vuelto loco.

–Y, económicamente, no le irá nada mal…

–No, no me va mal. Es una cadena. Yo conseguí esos seguidores, a pesar de no ser famoso y de no tener un amplio currículum.

–¿Entiende que llegar por esta vía a la interpretación puede molestar a aquellos que han invertido años en formarse como actores?

–Claro que sí. Por desgracia, hay mucha gente que estudia interpretación y que se lo curra y, a pesar de ello, no les han brindado las oportunidades que yo he tenido. Pero lo asumo con tranquilidad porque, a pesar de no haber estudiado interpretación, actúo cada vez que me subo a un escenario con mis monólogos, y eso me da un bagaje. Y sí, entiendo que pueda molestar a los actores con formación que las productoras contraten a alguien por el número de seguidores que tenga, aunque, al final, tienes que demostrar tu valía y dar el callo para mantenerte ahí y que te sigan llamando.

–¿Le engancha más subirse a las tablas o los rodajes?

–Sin duda, me engancha mucho más el escenario porque el 'feedback' con el público en directo no se puede vivir cuando participas en una película o serie, ya que en el mundo audiovisual la recompensa llega más tarde.

–Ha labrado su carrera sin moverse de Sevilla, su ciudad...

–Yo creo que ese ha sido mi mayor logro. Siempre tuve claro que quería trabajar sin cambiar mi residencia y tuve el reflejo de otros artistas sevillanos que habían decidido no moverse a Madrid para proyectar su carrera. Yo seguí sus pasos y lo conseguí. Vivir en otro lugar era mi última opción, pero, afortunadamente, en nuestro país las comunicaciones te permiten ir a cualquier rincón en un tiempo razonable.

–¿Le han llamado recientemente para embarcarse en algún otro proyecto audiovisual?

–Sí, tengo cosillas, pero no puedo adelantar casi nada, a pesar de que me cuesta muchísimo mantener un secreto. En septiembre empezaremos a rodar un proyecto en el que tendré más peso que en los anteriores y podré decir que he logrado estar presente dos años consecutivos en el ámbito audiovisual.

–¿Todavía le quedan sueños por cumplir?

–Mi sueño es dedicarme a esto toda mi vida. Poco a poco, los sueños se van cumpliendo, pero al final sigo soñando con mejorar profesionalmente porque a veces te acomodas, algo que he vivido, y hay que seguir avanzando. Sueño con que nunca se me acaben las ganas de trabajar en la actuación.

–¿El cine o la ficción televisiva podrían apartarle de los escenarios?

–Nunca. Quizás podrían apartarme de los escenarios un tiempo, pero no siempre. El humor es para lo que más valgo, como diría mi abuela.

–Presenta 'Avenate' en el teatro Ortega de Palencia...

–Avenate es un vocablo que siempre he escuchado en mi familia y me apetecía hacer un espectáculo basado exclusivamente en esos avenates, en esos arranques de locura. Este espectáculo se basa en mis propias vivencias, solo cuento tres historias que no me han pasado. Son experiencias que todos hemos vivido y que cada espectador se llevará a su terreno. Lo hice también como una terapia para mí mismo y, así, darme cuenta de que no estaba tan loco. El show dura hora y media y va de menos a más para que a la mitad coja un ritmo más frenético.

–Lleva año y medio girando con este espectáculo por toda España y con gran éxito de público...

–El público está respondiendo muy bien con 'Avenate' y tenía mis dudas de que funcionara porque mi anterior espectáculo, 'Avangelio', recibió una respuesta increíble. La gente disfruta mucho con 'Avenate', así me lo hace saber cuando bajo del escenario, y estaré girando con él hasta mayo. Suelo estar con cada espectáculo un año medio o dos como mucho porque me canso de decir siempre lo mismo y, mientras mi cabeza me lo permita, presentaré uno nuevo en ese transcurso de tiempo.

–¿Había pisado Palencia antes?

–No, he pasado de largo y veía el cartel de 'Palencia', pero nunca me he parado. Espero que el público palentino disfrute con 'Avenate'. Antes, cuando iba a ir a un sitio que no conocía, solía preguntar por la respuesta del público en otros espectáculos de humor, pero ya no lo hago porque, al final, iba a ese lugar con ideas preconcebidas. Prefiero comprobar yo mismo la reacción del público.