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Dos colas, con dos entradas diferentes y puntos de vacunación distintos avanzaban ayer -a buen ritmo- en el polideportivo de Campos Góticos. No era una estampa usual. Normalmente, una sola fila, situada en el lateral del complejo deportivo y organizada por vallas, abarca a todos ... los llamados a la vacunación. Pero ayer era distinto porque por la entrada habitual al 'vacunómetro' accedían los llamados a recibir la segunda dosis de AstraZeneca, mientras que por la puerta principal lo hacían los trabajadores de Renault censados en Palencia -nacidos entre 1972 y 1982-, a los que se administró la primera dosis de Pfizer.
En total, ayer fueron vacunados 3.010 personas, de los cuales 370 eran de Fasa. A la vez, completaron el ciclo 2.640 vecinos de Palencia y del alfoz con AstraZeneca, ya que estaban llamados los que hubieran recibido la primera dosis hasta el 2 de abril -aunque también podían acudir y completar ciclo los citados la semana siguiente- y los trabajadores esenciales a los que aún faltaba la segunda dosis.
Muchos de ellos, mientras esperaban los rigurosos diez minutos sentados, hacían ejercicios con los brazos, siguiendo las indicaciones de la televisión que prevenía futuros dolores tras el pinchazo con un vídeo.
Ese, las sillas en mitad del pabellón, era el único punto en el que coincidían los vacunados con AstraZeneca y los trabajadores de Fasa. «Hemos ofrecido la vacunación en todas las plantas de Renault de España para que sea más cómodo para la plantilla y para dar velocidad al tema de las vacunas, que nos interesa a todos. Igual que nosotros hay muchas empresas que lo están haciendo», señaló ayer la responsable de Recursos Humanos de Palencia, Maite Rodríguez.
Se esperaba que acudieran hasta 900 empleados, pero finalmente fueron 370 los que recibieron el primer pinchazo hacia la nueva normalidad, ya que muchos de ellos -por edad- ya habían comenzado con la inmunización. El siguiente objetivo de la empresa automovilística es vacunar a los de 1982 a 2002, aunque aún no hay fecha.
'Yo necesito la tarjeta de Renault y ella la del Sacyl', le decía una empleada médica de la fábrica a cada uno al entrar. Enfrente, la mesa con las enfermeras de Sacyl que se encargaban de inocular el suero. «Me parece muy bien que lo haga la empresa, es una medida de seguridad, es una labor social y demuestra que se preocupa por sus empleados», señaló Enrique Monjo, de Fasa Villamuriel.
«Me parece bien, pero esto tenían que haberlo hecho mucho antes y en su centro médico, no aquí», afirmaba, por su parte, Sheila Montero. «La mayoría de los trabajadores no nos reincorporamos hasta el 12 de julio, así que mejor, si tenemos reacción lo pasamos en casa», concluyó.
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