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Los embalses gestionados por la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) están sufriendo las consecuencias de la sequía del presente año 2023. La CHD ha finalizado la segunda ronda de reuniones de las juntas de explotación con los regantes de la cuenca. El objetivo es lograr ... la optimización del uso del agua en la actual campaña de riego. Estos encuentros se suman a los mantenidos de manera periódica por parte de los técnicos del organismo con los representantes de aquellos sistemas condicionados por las características de un año hidrológico seco.
Los embalses de la demarcación gestionados por la CHD se encuentran al 50,7% de su capacidad, con un volumen total de agua almacenada de 1.450,4 hm3. Un valor similar al de 2022 por esas fechas (50%) y casi doce puntos por debajo de la media de los últimos diez años (62,2%).
En cuanto al Carrión, la bonanza de la climatología en mayo y junio ha permitido también mejorar las expectativas de la presente campaña y retomar la asignación de 4.500m3/ha prevista en el mes de abril. El sistema tiene 72,6 hm3 en la actualidad, 25 hm3 más que el año pasado. Sin embargo, sigue siendo un valor que se encuentra lejos de los cerca de 90 hm3, la media de los diez últimos años.
El sistema más condicionado sigue siendo el Pisuerga-Bajo Duero, lejos de una campaña normal, donde existe una limitación para todos los usuarios de regadío de consumo máximo (3.500 m3/ha). En este ámbito se distinguen dos casos: por un lado, aquellas zonas con comunidades de regantes no modernizadas, que se están acercando a un alto grado de consumo de la dotación asignada y que podrían terminar su campaña de riego en la segunda quincena de agosto; frente a comunidades modernizadas donde la eficiencia en la aplicación del recurso permitirá una mayor extensión de la campaña.
Después de la sequía del año hidrológico 2021-2022, se está sufriendo de nuevo un año seco en la cuenca. Pero, la situación general es más favorable, en cuanto al nivel de reservas almacenadas, que en gran parte del territorio nacional. Las restricciones en la cuenca del Duero al regadío afectan a los sistemas Pisuerga, Bajo Duero y Torío – Bernesga. Por ello, desde la CHD se insiste en la importancia de la gestión del agua en un contexto de cambio climático, así como del trabajo y la implicación de todos para cuidar de este recurso indispensable, pero cada vez más escaso.
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