«No hay nada en la Edad Media que no pase por la religión y las cofradías en Palencia fueron clave»

–¿Qué papel cumplen las cofradías en aquella época tan convulsa como la Edad Media?

–Básicamente cumplen varios papeles. Primero, por supuesto, dedicarse al culto divino. Después, la fraternidad entre sus miembros, entre los cofrades. Las obras sociales son también una manifestación importante. Y, de alguna manera, vivir la religiosidad colectiva. Quizás esta sea una de las cuestiones menos estudiadas y que más han elevado la atención. Cómo estas cofradías eran como un vehículo de transmisión de esa religiosidad popular, de ese imaginario colectivo que la religión expresaba o simbolizaba en la Edad Media. No hay nada en la Edad Media que no pase por el camino religioso. Y las cofradías medievales se significaron también por ser un vehículo de transmisión de la religiosidad y de la piedad, que así se titula la conferencia, y de todas aquellas cuestiones que tienen que ver también con la pobreza, con la asistencia a los ancianos, a los pobres, a los vagabundos, a las prostitutas, etc. Entonces, bueno, pues es una manera de contar la historia medieval fuera de los acontecimientos estrictamente políticos y hablar un poco de las mentalidades sociales.

–¿Cómo se ha documentado?

–A veces es muy complicado encontrar en las fuentes medievales, son fuentes muy concretas, no son privilegios, actas concejales, actas del cabildo, a veces es muy difícil de entresacar en esas actas información que no tenga que ver con lo estrictamente político, con lo estrictamente económico. Entonces, cuando te encuentras algún documento donde hablan de ese tipo de cosas, es una alegría encontrarte noticias sobre lo que pensaban los palentinos o cómo vivían sus vidas los que no estaban cercanos al poder. Sí que tenemos información de regidores, de alcaldes, o de obispos, pero de lo que es el pueblo considerado como un sujeto colectivo de la historia, a veces tenemos muy pocas noticias.

–¿Las fuentes consultadas han sido en Palencia?

–Sí, fundamentalmente he acudido a dos archivos de la ciudad. Uno, el Archivo Catedralicio, que es una auténtica joya, el archivo de la Catedral de Palencia, siempre, en cada conferencia que doy, en cada acto, lo destaco. Tiene una riqueza tremenda y es una pena que esté, no digo en estado de abandono, pero que no esté digitalizado y se ha hecho mucho esfuerzo en ese sentido. El Archivo de la Catedral es un archivo muy, muy rico. Y el municipal de Palencia también es muy interesante. La historia es una especie de río donde tú te llevas la caña y escoges el pez que quieres pescar. Entonces, es muy fácil pescar un obispo, es muy fácil pescar un rey o un emperador, pero es muy difícil pescar un campesino, un pobre, una prostituta o un desterrado.

–¿Queda algo del germen con el que nacen estas cofradías?

–No, prácticamente nada. La mayoría las cofradías no penitenciales han desaparecido. Y sí que, de la Edad Media como tal, cofradías que todavía perviven en nuestra ciudad son las cofradías de la Vera Cruz y el Santo Sepulcro, que son las dos cofradías más antiguas. Hablo de cofradías penitenciales. Son las cofradías más antiguas de la ciudad, después han sido refundadas en la Edad Moderna, pero sí que hay documentación de las más antiguas, de la Vera Cruz y el Santo Sepulcro.

–¿Y qué tiene de singular la Cofradía de Jesús de Medinaceli?

–El año 1934 es el año de la fundación de la cofradía en Palencia, en concreto el 1 de marzo de 1934, una cofradía que fue ganando peso específico en la ciudad. Es verdad que nació en un momento, en el año 34, muy convulso, estábamos en la Segunda República y después va a venir la Guerra Civil, y va a haber un parón en cuanto incluso a la propia documentación que se conserva en la cofradía. Ya después de la Guerra Civil, en los años 40, 50, se vuelve a refundar. Es una cofradía que tiene, además, la particularidad de estar vinculada con otras cofradías de Jesús de Medinaceli del resto de España. Y por supuesto, la figura del rey, la figura de la monarquía como institución importante en la consolidación de la cofradía, no solo en Palencia, sino en todo el país.