Pablo Quijano, director de cine

«Echo de menos que las instituciones de Palencia apoyen más a los de aquí»

La obra está basada en 'Las Criadas' pero desde el punto de vista de 'La Señora', una mujer que, tras haber alcanzado la fama en su juventud, se encuentra en una encrucijada: ¿Volver a un mundo que ya no reconoce o retirarse de él por completo? Inspirada en hechos reales, esta producción muestra los efectos psicológicos de la censura, desde el punto de vista de una mujer que vive refugiada en la fantasía, tras haber sufrido la prohibición de su proyecto artístico más ambicioso. No haber estrenado su obra la llevó a cuestionar su identidad y a desconfiar de la realidad. «Siempre me ha obsesionado el montaje que hizo en el año 1969 Nuria Espert de 'Las Criadas'», anticipa este joven director de cine palentino.

-¿Cómo ha sido la preparación de la obra?

-Vi esta ficción y pensé en Bibiana porque quería una actriz un poco atípica que entendiera algunas de las circunstancias de la protagonista. Pensé que ella, que era nuestro icono, podía entender circunstancias de este personaje, que es un icono también. Y, además, yo siempre pensé que Bibiana tenía una faceta por explotar y me apetecía que la explotara en este proyecto. Pensé que era una actriz valiente y arriesgada como para meterse en un proyecto de un director joven y la realidad es que lo es. Y está siendo un maravilloso viaje con ella.

-¿Cómo ha sido trabajar con ella?

-A ella le llegó el texto por mediación de Valeria Vegas, una actriz y amiga que tenemos en común, y desde ese momento el trabajo con ella ha sido muy particular porque es una actriz muy particular, hecha en base a muchas referencias. Tiene grandísimas referencias del cine y del teatro, es muy culta y es admiradora de grandes actrices. Es, en definitiva, muy profesional cuando ensaya y se entrega en todos los ensayos. Por eso se ha basado con mucha delicadeza y mucho amor en encontrar el lenguaje particular del dramatismo de esta obra.

-¿Cuánto tiempo se ha trabajado hasta el preestreno?

-Hemos hecho 45 ensayos en dos etapas distintas. Primero ensayamos un mes, descansamos otro y luego lo retomamos.

-¿Cómo vive el preestreno en Palencia?

-Espero el calor de gente, del público palentino, porque es mi ciudad. Para mí estar en el Ortega es un regalo, es un teatro de una infraestructura maravillosa. Además, me gustaría recalcar que estoy súper agradecido al teatro por apoyar esta iniciativa ya que llega a Palencia de una manera completamente privada. O sea, no hay apoyo del Ayuntamiento, no hay apoyo de ninguna institución pública. Se ha aventurado a programar esta función con el riesgo que supone de taquilla para la compañía, para todos, sin tener ningún tipo de apoyo público.

-¿Es difícil ser profeta en su tierra?

-La realidad es que a veces echo de menos que las instituciones de Palencia apoyaran más a los que somos de aquí. Yo no dejo de ser un director que está empezando y me quiero abrir camino en el mundo del teatro, pero voy a llevar el nombre de Palencia a todos los sitios a los que pueda. La realidad es que me hubiera encantado ir al Teatro Principal, pero no ha sido posible. Entonces, estoy 'hiper mega' feliz de ir al Ortega.