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Los banderines multicolores que todavía decoran el patio de la residencia Ciudad de Dueñas y las sillas volcadas por el viento tras las verjas cerradas a cal y canto son la instantánea del antes y el después de lo ocurrido en el geriátrico palentino. ... Un centro «modélico», insisten las autoridades locales, que el virus ha respetado hasta esta quinta ola, en la que ha entrado a saco y en apenas veinte días ha diezmado a sus pobladores.
Todos estaban vacunados con pauta completa desde enero, al igual que las personas que los cuidan, por las que en el Consitorio. El desconcierto entre los vecinos, autoridades y familiares de las personas fallecidas (siete mujeres nonagenarias con patologías previas y dos hombres que han muerto en las últimas 48 horas) va a la par del temor a que se avecine una repetición del desastre de los primeros meses de la pandemia, que en las residencias de Castilla y León se ha llevado por delante a más de cuatro mil mayores desde el fatídico 14 de marzo de 2020.
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Por el momento, la Junta de Castilla y León da por controlado el brote y apenas ha reaccionado ante este aviso a navegantes focalizado en el municipio palentino (aunque también se ha registrado un rebrote en la residencia de Doctor Villacián de la Diputación de Valladolid, con un fallecido) y mantiene los protocolos y medidas establecidas en la última guía para residencias, fechada en el 10 de junio pasado, cuando el escenario era diferente porque hace dos meses no se tenían noticias de recontagios generalizados en residentes ya vacunados con la doble inoculación y, en general, se consideraba que las residencias ya estaban limpias de virus, con lo que se habían retomado progresivamente sus actividades comunitarias y las visitas controladas de familiares tras la pesadilla de los nueve meses de confinamiento de los mayores en sus habitaciones. A falta de los nuevos datos que se darán a conocer este viernes, el último día de julio había 243 positivos en residencias y el 90% de ellos se concentran en 12 centros de la región. La afección del virus en estos establecimientos, según las estadísticas oficiales, es del 0,6%. Fuentes de la Junta han indicado este jueves que, en el ámbito del Consejo Interterritorial de Sanidad, el Ministerio está elaborando un documento técnico con propuestas para reforzar la protección en residencias, que el Gobierno autonómico valorará cuando se de a conocer su contenido.
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De los 39 mayores supervivientes del brote letal de la residencia de Dueñas, preocupan los 7 que siguen hospitalizados. Los otros 32 están confinados en el establecimiento, que es de titularidad municipal aunque está gestionado por la empresa Clece, de la que dependen los trabajadores. Estos, desbordados por la situación y muy nerviosos, han declinado este miércoles hacer algún tipo de declaración sobre lo que están sufriendo desde el 17 de julio en que se declaró el brote y se atrincheraron literalmente en el centro a la espera de que desaparecieran de la escena los medios de comunicación. También cuatro de las cuidadoras se han contagiado y dos de ellas, que asistían a los mayores infectados en la «zona sucia» de la residencia, dieron positivo en las PCR realizadas la pasada semana. La buena noticia, dijo el alcalde, Miguel Ángel Blanco, es que parece que la situación está controlada y ya se está produciendo un goteo de altas entre los residentes (la mayoría, asintomáticos) a los que se están repitiendo las pruebas y que están dando negativo. Desde la Junta también se ha confirmado que, tras la comprobación de la inspección realizada tras la declaración del brote, se ha descartado negligencia alguna y no se ha notificado el asunto a la Fiscalía, como sí ha ocurrido en casos anteriores donde se ha producido una alta mortandad. Los familiares con los que ha hablado El Norte de Castilla han coincidido en señalar que «no tienen queja» del trato dispensado a sus seres queridos y que en todo momento «han sido informados» de lo que estaba ocurriendo desde que se les notificó el brote. El único reproche que expresan y que el alcalde afirma comprender, es que, en algunos casos, no se han podido despedir de sus seres queridos en el hospital.
Desde la plaza del Cuartel, la residencia parecía un edificio fantasma, en contraste con lo que ocurría en ese momento a unas pocas calles más allá, a las puertas del tanatorio, la familia de Catalina Marcos Trejo,una de las dos residentes fallecidas el pasado 3 de agosto, recibía el pésame de los allegados que se iban acercando en un goteo constante. Uno de sus nueve hijos, Vicente Sedano Marcos, improvisado portavoz de la familia, explicaba que su madre, de 97 años, que llevaba desde hace tres en el centro, «era dependiente cien por cien, ya ni nos conocía» y que «ya había vivido una vida», pero lo que más les apena es que «no nos hemos podido despedir de ella, es lo más duro». Recuerda que todas las tardes salían con ella a dar un paseo, «sin sentarnos en los bares ni nada» hasta que les llamaron desde la dirección de la residencia para comunicarles que se había producido un brote y que tenían que suspender las visitas. «El viernes anterior la ingresaban por le faltaba el oxígeno, mi madre estaba limpia del todo, días antes había dado negativo», explica. Todos los días llamaban a una de sus hermanas desde el centro para comunicarles la evolución de la paciente. «Esto del brote nadie se lo explica y nadie lo entiende», añade, «porque se cumplían todas las normas de seguridad, nosotros no veíamos a mucha gente, en los paseos buscábamos lugares donde no había personal....».
Para dar el pésame a la familia se acercó al restringido velatorio el obispo de Palencia, Manuel Herrero, junto al prelado emérito de Tarija (Bolivia) y antiguo párroco de la localidad, Javier del Río Sendín, que enterró hace casi tres décadas al marido de la finada. Monseñor Herrero, que a principios del año pasado también estuvo 11 días ingresado por covid, explicó que había querido compartir con la familia este momento de dolor y en especial acompañar a su exsecretario y nieto de la difunta, Eduardo, que en la actualidad es misionero en Kazajistán.
Poco antes del velatorio de Catalina, los familiares de Gregoria Tristán Torres, de 96 años, fallecida el pasado lunes, se despedían de ella. Begoña Bravo García, nuera de 'Goya', conmocionada por la pérdida, custodiaba las cenizas de la abuela. El viernes 23 la nonagenaria, que había entrado en la residecia en marzo del año pasado, ingresaba en el hospital por coronavirus. En el bar que detenta la familia en la localidad, Begoña manifestaba que su suegra, en principio, había dado negativo pero que le llamaron de la residencia el pasado viernes 23 para notificarle que la iban a ingresar en el hospital Río Carrión de Palencia. la anciana entró en el complejo hospitalario sobre las ocho de la tarde y este lunes falleció. «No nos la dejaron ver», se lamenta. «Yo ya sabía que la abuela era mayor y estaba preparada, pero ese fin de semana estuvimos pegados al teléfono y el dolor que tenemos es que no nos avisaron de que había empeorado y que haya fallecido sola».
El brote de la residencia ha impregnado el día a día en Dueñas y hay cierto desasosiego en los corrillos y terrazas próximas a la plaza de San Agustín. Quien más y quien menos conocía a cinco de las siete primeras fallecidas o a sus parientes, pues eran vecinas de esta localidad palentina de 2.624 habitantes, donde la incidencia de los contagios en la quinta ola es alta. «Al final, lo que ocurre en las residencias es un reflejo de la sociedad», indica la teniente de alcalde y concejala de Obras y Servicios, María Amparo Gutiérrez. Ella ha trabajado en residencias de ancianos durante años y conoce bien el sector. Pone la mano en el fuego por la gestión de la pandemia desde la primera ola en el centro, donde «se han tomado medidas muy estrictas y adecuadas desde el primer momento y funcionaron, aunque fueron difíciles de entender por los familiares». Cuando se le pregunta sobre el origen del brote en el geriátrico que ha causado tanto daño, la edil señala que «las causas yo creo que no las saben ni los propios sanitarios, pues los residentes recibieron la pauta completa en enero y también están vacunados la veintena de trabajadores».
Las autoridades municipales consideran que el brote está controlado y que la treintena de mayores que están en el centro se encuentran bien, la mayoría son asintomáticos. Pero lo ocurrido a estas alturas de la pandemia, indica Gutiérrez, «hace que se susciten muchas dudas y te preguntas si la vacuna no hace efecto ante esta variante, es que nos falta mucha información sobre la covid». Sobre si va a hacer falta una tercera dosis de refuerzo, la concejala manifiesta que «nos lo tendrán que señalar las autoridades sanitarias y los entendidos». La moraleja de esta tragedia en la residencia municipal, afirma, es que «en esta quinta ola todos nos hemos creído que la vacuna es infalible y no es así. No se puede tampoco aventurar a señalar a alguien como culpable porque la culpa la tenemos todos: nos hemos relajado».
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