Dos proyectos de Palencia en los Premios de Arquitectura

Los dos proyectos palentinos se incluyen en el listado de los candidatos que se postulan para lograr uno de los galardones de este concurso, cuya segunda fase, en la que se anunciarán las obras finalistas, se resolverá el próximo 31 de mayo. Veinte días más tarde, el 20 de junio, se dará a conocer el nombre de los ganadores de estos premios en el transcurso de una gala donde se otorgarán seis distinciones basadas en valores y tres reconocimientos especiales (arquitectura, urbanismo y el galardón a la permanencia).

La rehabilitación del convento de San Francisco de Paredes de Nava (siglo XV) y la conversión de su iglesia en centro de artes escénicas, cuya inauguración tuvo lugar el 3 de noviembre de 2023, se han convertido en un emblema de la lucha contra la despoblación a través de la cultura como motor de desarrollo, además de ser un ejemplo de colaboración institucional. Desde la apertura de esta infraestructura bautizada con el nombre del insigne poeta de la tierra, Jorge Manrique (1440-1479), se ha desplegado un nutrido calendario de citas culturales que ha atraído a más de 5.000 personas hasta este municipio que cuenta con una población de 1.900 habitantes.

La intervención global de este inmueble engloba, por un lado, actuaciones de rehabilitación en el propio convento que permitirán solucionar problemas existentes en el mismo, y, de otro, la creación de una dotación específica, enfocada al teatro, y proyectada con la capacidad y dotaciones necesarias para que pueda erigirse en una sala de referencia del sur de la provincia, crecer en público y comodidad y albergar programaciones de mayor calado (congresos, encuentros, certámenes, proyecciones de cine…), abriendo así la puerta a actividades que hasta la fecha no habían tenido cabida en esta comarca por falta de este tipo de equipamientos.

La brigada con la que se ha arropado Pilar Diez a la hora de acometer la obra se ha ceñido a las Cartas del Restauro: intervenciones de mínimo impacto, restauración, consolidación y refuerzo de las estructuras históricas con técnicas compatibles con los materiales existentes (tierra cruda, ladrillo macizo, morteros de cal…) y a las que se suma la generación de una nueva envolvente, la fachada ciega en la zona desaparecida de la iglesia, recobrando su uso como sala principal y protegiendo las estructuras históricas. De ahí que se haya apostado por integrar el edificio en el contexto urbano con tres volúmenes adosados a la sala principal que cambian la escala del inmueble y que quedan integrados en la tradición mudéjar del municipio. En dos de esos volúmenes se han ubicado instalaciones de servicio y, al mismo tiempo, se ha creado una nueva fachada con materiales propios del entorno, así como una celosía decorativa y de ocultación de los huecos menores. Por otro lado, la fachada a la calle San Luis, la fachada ciega, la principal del teatro a la calle pero secundaria del edificio, se ha resuelto con una tapia encadenada y calicostrada –tierra apisonada arriostrada con una estructura reticular de ladrillo macizo–, una ejecución contemporánea de una técnica ancestral que permite conservar la lectura identitaria del edificio en su contexto.

En el tercer cuerpo –zona del ábside y la cripta– la fachada se ha solventado con una celosía de gran formato, con piezas en 'L' de ladrillo macizo que giran sobre su eje y que consiguen tamizar la luz de ese espacio, entrada principal de la sala y morada de la cripta de la família de Jorge Manrique.

Los detalles, la luz, los colores y los acabados del interior del inmueble provocan un juego de múltiples sensaciones al espectador. «La propuesta es utilizar materiales naturales, renaturalizar la arquitectura, la tierra, la cal, la piedra, la madera, lo que permite que la sala nos envuelva con una nueva piel, compatible con la nuestra y que nos transmita confort, calidez y la sensación de estar como 'en nuestra casa' y así queramos siempre volver a ella», explica la responsable del proyecto. Y añade que «es una arquitectura de raíz, naturaleza e identidad. Restauramos el patrimonio y adaptamos el nuevo uso como una lectura de estratos, utilizando materiales naturales y técnicas que beben de la tradición que define nuestra identidad».

Contemporáneo y tradicional

Casa Mobe, construida por la empresa Hitumar en Grijota y cuya ejecución fue gestionada por el aparejador David García Álvarez, es una vivienda en planta baja que se presenta entre lo contemporáneo y lo tradicional, ya que, utilizando un modelo clásico como el de la cubierta inclinada de teja, lo transgrede para convertirlo a una estética más moderna. Este enfoque innovador se refleja en el exterior y en el interior, donde el juego de alturas aporta un carácter distintivo que equilibra una atmósfera acogedora con una presencia monumental.

La orientación principal hacia el suroeste revela la consideración de maximizar las horas de exposición solar en el interior. Esta estrategia se complementa con el uso estratégico de aleros, porches y vidrios de control solar diseñados para mitigar las molestias durante el periodo estival. La conexión armoniosa entre la arquitectura y la naturaleza se fortalece aún más mediante la apertura de grandes huecos que enlazan visualmente el espacio interior con los usos recreativos del exterior.

Los dormitorios, al este, abren sus huecos de forma consciente para garantizar una experiencia de descanso serena y cómoda. El dormitorio principal, que incluye un baño, un vestidor y un pequeño porche exclusivo, garantiza un refugio íntimo gracias al sistema de ocultación de su puerta de acceso.

La estética interior se define por un corto abanico de materiales de líneas limpias. Los detalles de carpinterías paneladas contribuyen a una apariencia pulida y minimalista, enfocándose en la pureza la envolvente arquitectónica.

En un esfuerzo por abordar las preocupaciones ambientales, Casa Mobe se ha comprometido con un consumo casi nulo de energía. La combinación de sistemas activos y pasivos trabaja de manera conjunta para proporcionar confort máximo con gasto mínimo, demostrando así compromiso con la estética, la funcionalidad, y también con la sostenibilidad y la eficiencia energética.

En previsión de un mayor ahorro de energía, sus cubiertas inclinadas favorecen la mejor captación por placas fotovoltaicas para la que ya cuenta con su preinstalación. «Este proyecto es el resultado del compromiso de unos promotores que soñaban con una vivienda a su medida, funcional y singular, y el de unos arquitectos que recogieron sus premisas y las plasmaron en la mejor vivienda que pudieron proyectar», resaltan sus autores. «Como en todos nuestros proyectos, prima la eficiencia energética como aspecto fundamental e ineludible y la perseguimos desde los sistemas activos y pasivos y empleando principios de la arquitectura bioclimática y usando materiales y sistemas que repercutan en el buen aislamiento y hermeticidad de la vivienda».