Los dos acusados niegan que dejaran morir a dos gatos encerrados en un piso

Los hechos se remontan al 10 de noviembre de 2021, cuando, según el escrito de la Fiscalía, la Policía Local, mientras desempeñaba funciones de auxilio judicial para la práctica de un lanzamiento, encontró dos gatos muertos en el interior de una vivienda en la calle Bailén de la capital en la que habían estado residiendo ambos acusados.

«Los acusados, con flagrante desprecio por la salud y el bienestar de los animales, hicieron voluntariamente dejación de los mínimos deberes de cuidado, dejando morir por falta de alimentación y de las atenciones mínimas para su supervivencia, de tal manera que los abandonaron a sus suerte cuando se marcharon de dicha vivienda, dejando cerradas puertas, ventanas y persianas, impidiendo así que los animales pudieran escapar del lugar y buscar alimento fuera. Como consecuencia, los gatos fallecieron», relata la Fiscalía.

«El primer gato fue hallado en una de las habitaciones de la vivienda sobre una alfombra en avanzado estado de descomposición, quedando tan solo intactos la cola y las extremidades delanteras desprendidas del cuerpo. El segundo fue hallado tras un armario de la encimera de la cocina, acostado sobre basura, en estado de extrema delgadez y castrado», concluye.

Los dos acusados, que no llegaron este jueves a un acuerdo con el fiscal en la vista preliminar, sostienen que vivían de alquiler y dejaron la casa en septiembre de 2021, dos meses antes del lanzamiento judicial, entregando las llaves a la inmobiliaria. Aseguran que los gatos son callejeros porque no tienen chip y que entrarían en la vivienda al estar situada esta cerca del río.