La central térmica de Palencia firmada por el estudio FRPO ha resultado finalista a los premios FAD de arquitectura. La central de Palencia que ha diseñado el estudio FRPO para DH Ecoenergías es un proyecto redondo que aúna arquitectura con sostenibilidad a todos los niveles. La de Palencia, y todas las centrales térmicas que van a levantar en ciudades de la llamada 'España fría', además de servir energía más económica, mas limpia y renovable, llevan la arquitectura industrial contemporánea mas puntera hasta ciudades de provincia, generando nuevos puestos de trabajo y dotando de un icono de la arquitectura industrial contemporánea a sus maltrechas afueras.
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El estudio FRPO está detrás de construcciones bastante punteras también fuera de España, y ha ganado el concurso Magnifica Fábbrica con un proyecto que aspira a regenerar la zona milanesa de Lambrate y que incluye la construcción de un nuevo complejo para el teatro de la Scala. Este proyecto que es uno de los mas punteros a nivel internacional, junto a Madrid Nuevo Norte por cierto, esta ya en fase de desarrollo.
La red de calor de Palencia discurre bajo las calles, llevando agua de calefacción producida con energías renovables -principalmente biomasa forestal- a los edificios de buena parte de la ciudad. La central, por su parte, cumple una función técnica -albergar los procesos de producción de agua caliente-, pero al mismo tiempo tiene una vocación marcadamente pedagógica, que es la de visibilizar la transformación y apoyar y permitir su divulgación.
Según los autores del diseño, esta doble condición requiere el planteamiento de la problemática de la construcción industrial no como un asunto estrictamente funcional, donde sólo tiene valor el rendimiento económico de la edificación, sino de un modo más ampliamente arquitectónico. Teo López, fundador de DH Ecoenergías, destaca que «este proyecto debe ser icono y referencia de la transformación energética y medioambiental, y que su arquitectura simbolice las fuentes de las energías renovables, el cambio de paradigma y, a la postre, la mejora de la salud pública de las ciudades».
Zócalo y linterna
La arquitectura de la central es simbólica, tanto en su geometría -que se basa en la circularidad energética y económica- como en su materialidad –que apuesta por la transparencia literal y pedagógica-, presentando todo el conjunto como una identidad. Dos elementos principales componen el edificio: una bañera de pesado hormigón y una ligera linterna de acero y plástico -reciclable-.
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La bañera-zócalo sirve de apoyo a toda la maquinaria y establece las conexiones terrestres con el exterior -a través de dos grandes portones de acero galvanizado- y con el silo de biomasa situado bajo tierra. En el interior, el zócalo de hormigón presenta una tapa que se convierte en una pasarela perimetral que rodea toda la maquinaria. La planta en forma de pastilla permite una circulación óptima de los visitantes alrededor del proceso energético completo.
La linterna de acero y plástico reinterpreta soluciones económicas propias de la edificación industrial para, transformando su geometría, establecer un vínculo significativo con la comunidad a la que sirve: una pequeña catedral de la energía. La fachada de planchas de policarbonato -estriado en tres escalas- se configura como una suave veladura blanquecina que se apoya sobre una delicada estructura alámbrica de acero galvanizado y pintado. Como remate final, una torre traslúcida expulsa los humos blancos resultantes de un proceso de filtrado que ocupa la mayor parte del espacio industrial, según recoge la memoria del proyecto.
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