Palencia

«Le dije a mi marido que yo empujaba y él cogía al bebé, pero entró en shock»

«Llevamos 25 días en Palencia, somos de Colombia y nos están acogiendo unos amigos en Modesto Lafuente. Está siendo muy dificil conseguir piso, somos una familia responsable pero no queremos incomodar más a nuestros amigos, queremos estar en nuestro espacio. Tengo una niña de 12 años y un niño de 9 y tienen que empezar a ubicarse en sus estudios, pero el empadronamiento también está siendo difícil», agrega Angie Carolina, que apela a la solidaridad de los palentinos, como ya demostraron en pasado sábado en su difícil trance de dar a luz a Ethan en un coche.

«Las contracciones empezaron sobre las 4:30 horas y le dije a mi marido que me sentía mal. Eran cada cinco minutos, y aunque a veces hay contracciones falsas, yo sentía que venía ya. Rompí aguas y le dije a mi marido que había que ir al hospital. Él salió a por el coche y los amigos que nos están recibiendo en casa me ayudaron a bajar y montarme, nos dijeron que fuéramos al centro de salud pero allí nos dijeron que no podían atender. Yo estaba montada en el coche y el bebé salió, venía de nalgas y lo alcancé a coger con mi mano. Le dije a mi marido que no aguantaba más, que me ayudase. Le dije 'yo empujo y tu le coges', pero entró en shock porque estábamos buscando el hospital y salió del coche a pedir ayuda. Estábamos en marcha cuando se salió el bebé y paramos, llegaron unas personas y Mauricio, un muchacho que era paramédico y que me ayudó a empujar. Cuando ya salió el bebé llegó la Policía Local y cogió al bebé en las manos, el niño no respiraba. Fue un susto grande, una espera angustiosa a que llorara», recuerda la mujer colombiana de 32 años.

«Nosotros creemos en Dios y yo le pedía por mi hijo, el niño no reaccionaba y le hacían reanimación. Llegó la ambulancia y nos pasaron rápido pero el niño iba muy moradito, porque a esas horas hacía mucho frío», añade Angie Carolina. «Llegamos al hospital y lo metieron en la incubadora, ahora tiene la sangre muy alta, le han puesto lámparas y está muy amarillito», apunta la madre de Ethan, que agradece la ropita, las mantas y los pañales que ese mismo día se acercaron al hospital para ayudar a la familia. «Dios ha sido muy bueno», insiste Angie Carolina, devota de la Iglesia Pentecostal Unida de Colombia y que asegura que «somos una familia echada para adelante, les digo a las personas que no ayuden que pueden confiar en nosotros».