Henar Macho
Palencia
Lunes, 29 de agosto 2022, 08:06
Los centros privados que se han sumado a la oferta pública de plazas escolares del primer ciclo de Educación Infantil se encuentran sin una hoja de ruta a pocos días de comenzar el curso y sostienen que el sistema de aulas gratuitas que plantea la ... Junta trata de homogeneizar la oferta, reduciendo consigo la capacidad de elección de las familias y la calidad del servicio.
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Entre las novedades del curso escolar 2022-2023 destaca la implantación de la gratuidad en el primer ciclo de Educación Infantil, para niños de 2 a 3 años, que anunció la Junta hace un año. Una nueva oferta educativa pública a la que se han adherido trece centros de la capital y provincia, entre ludotecas y colegios concertados, así como once ayuntamientos. Para ello, la Consejería de Educación ha hecho pública la concesión de subvenciones a estos centros privados y entidades locales que serán abonadas en dos plazos, uno antes de que finalice el año y otro, en 2023.
Sin embargo, poco saben aún los propietarios de estos centros sobre las condiciones que deben cumplir para pasar a depender de Educación y convertir sus ludotecas en escuelas infantiles públicas. Yolanda Rodríguez es una de las portavoces de la Asociación de Centros Infantiles Privados de Castilla y León en Palencia y propietaria de la ludoteca El Gusanito de la capital, y asegura que se trata de un proceso en el que se han visto «obligados» a entrar. «O entras en la gratuidad o estás muerto», sentencia Rodríguez, que insiste en que los centros cargan con la peor parte y que se trata de un proceso complejo.
«A pesar de las ayudas, tenemos que tener hucha para pagar al personal y todos los gastos, porque salimos de una pandemia, muchos hemos estado cerrados, hay mucha gente que ha decidido dejar a sus hijos en casa… Para nosotros es un esfuerzo muy grande», apunta. Sobre todo, económico, que no todo el mundo puede asumir. «Sé de muchos centros de toda Castilla y León que se van a quedar por el camino, que están cerrando porque es materialmente imposible cumplir los requisitos mínimos», afirma. También hay centros privados que prefieren mantenerse al margen «porque todo este proceso les obliga a llevar un proyecto y una forma de trabajo con la que no están de acuerdo y han decidido quedarse fuera», comenta.
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Aun así, todo el sector es unánime ante lo positivo que resulta para las familias. «El planteamiento de la gratuidad de 0 a 3 años y que esos niños estén en un ambiente preparado para ellos nos parece maravilloso, pero no cómo se ha hecho. Dentro de unos años probablemente sí, pero hoy por hoy, y en el formato en el que se ha hecho, deprisa y corriendo y para todo el mundo, no», remarca.
Hoy lunes esperan obtener esa hoja de ruta oficial que tanto han estado esperando y que les marcará las condiciones que deben cumplir. Algo que llega in extremis, apenas unos días antes de empezar el curso infantil el 9 de septiembre. De palabra, al menos en Palencia, sí que han obtenido algunas indicaciones en este tiempo. «El director provincial de Educación está muy pendiente de nosotros, nos ha hecho una reunión telemática para transmitirnos todo lo que le van contando desde Valladolid, cada vez que tiene alguna novedad nos avisa y nos sentimos muy amparados por él», agradece Rodríguez. No ocurre así en otras provincias, «y te encuentras que el 9 de septiembre, de repente, tienes 5, 10 o 20 niños gratis en tu centro y todavía no hay nada firmado ni publicado», explica.
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La mayoría de los centros privados consideran que el formato no ha sido el correcto y apuestan por poner el foco en las familias y ofrecer herramientas como los 'chequeguarderías' que funcionan en otras comunidades para dejarles libertad de elegir.
Existen dos tipos de centros: los incompletos, que son aquellos que tienen una o dos aulas solo, y los completos, que son aquellos que cuentan con dos aulas o más. La normativa para los incompletos hasta ahora era algo más laxa, ya que todas las aulas tenían que tener un mínimo de 30 metros cuadrados. Las ratios con los que se trabaja son: bebés de 0 a 1 años, 8 niños por aula, con una educadora; de 1 a 2 años, 13 niños por aula con una educadora y los niños de 2 a 3, 20 niños por aula con una educadora.
Los profesionales cuestionan la coherencia de que estos márgenes se extiendan a todos los centros. En este sentido, la mayoría de las obras en los centros privados se han centrado en ampliar el espacio de cada aula. «Todos los centros privados han tenido que adecuar sus espacios para cumplir la normativa, pero esto sale del bolsillo de cada uno», remarca Rodríguez. «En mi caso empecé a hacer las obras, pero como se empezó a hablar de que iba a haber una modificación, dije, vamos a esperar que se asiente todo y una vez que lo tenga claro, retomo las obras o no», duda.
Otro de los requisitos en cuestión es el de tener que contar con un patio interior. Los centros concertados Santo Ángel y Blanca de Castilla también han pedido la autorización a la Junta para pasar de ludoteca a escuela infantil. Salvo los concertados, todos los centros privados tendrán que solicitar licencia al Ayuntamiento para ocupar espacios públicos para contar con un patio interior como exige la norma. Algo que para ludotecas como El Gusanito resulta innecesario. «Yo no voy a sacar a bebés de seis meses o a niños que todavía no andan a un patio. En 17 años no he tenido necesidad de usarlo, pero es que a lo mejor por no tener patio el día de mañana me toca cerrar», concluye Rodríguez.
Además, estos profesionales alertan de que la calidad del servicio se puede ver mermada. «Entiendo que todos aquellos centros que son escuelas infantiles y que cumplen toda esa normativa digan: ¿Por qué puede haber centros que no la cumplen y pueden hacer lo mismo que yo? Pero también podría diferenciarse con el IVA, o que unos tengan unas desgravaciones y otros no, pero al menos das a las familias la libertad de poder elegir. De esta manera, al final nos van a dar a todos el mismo dinero», advierte.
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Por todo ello, los centros privados se encuentran inmersos en una vorágine, al tiempo que intentan asumir con garantías esta nueva oferta educativa. «Hace unos años nos echábamos las manos a la cabeza porque metían a los niños de 12 años en los institutos, y ahora les parece maravilloso que entren niños de 2 años a los colegios», recuerda Rodríguez.
Por otro lado, el sector apoya que exista una regulación clara ante la diversidad de centros educativos. «Estamos en un momento en el que hay muchas maneras de crianza, pero no todo vale», subraya Rodríguez. La ley educativa vigente establece que cualquier centro que tenga niños de forma continua de 0 a 3 años debe depender de Educación. Para ello, existe un decreto de 2008 en Castilla y León que indica los mínimos que tiene que cumplir un centro para ser una escuela infantil. Pero los profesionales se encuentran expectantes porque las directrices podrían cambiar en cuestión de días. «Muchos compañeros, dentro y fuera de Palencia, están realizando obras para reconvertir sus centros de acuerdo a la ley «y a lo mejor dentro de cuatro días la modifican y todo ese dinero que han invertido no les sirve para nada».
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Asimismo, se espera que durante el mes de septiembre acudan a Palencia los servicios de inspección para revisar caso por caso, aunque teniendo en cuenta que en la comunidad se han presentado más de 300 expedientes de modificaciones de centros infantiles a escuelas infantiles, resulta entendible que no se dé a basto. «Por eso este año se ha dado un poco de carencia para que se vayan haciendo las modificaciones», recuerda Rodríguez.
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