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El Puente Viejo, todo un emblema de Saldaña, ha vivido este martes en torno a las 13.00 horas uno de los momentos más complicados de su dilatada historia después de que el petril y buena parte del mortero que conformaba el arco de uno de sus 22 ojos se viniera abajo en un derrumbe que ha obligado a cortar el tráfico de la carretera CL-615, que une la capital palentina con el norte de la provincia.
La riada que sufrió el río Carrión en diciembre ha sido la culpable de este derrumbe, tal y como indicó el Jefe del Servicio Territorial de Fomento, Teodoro Ozarín. «Suponemos que ha habido filtraciones de agua por los grandes caudales que ha soportado el puente durante las precipitaciones acaecidas en los últimos días de diciembre», explicó Ozarín poco antes de añadir que el puente había sido revisado recientemente. «El problema se ha podido deber a algún fallo que no era perceptible desde la parte superior y que no han detectado las últimas auscultaciones que se han hecho en esta estructura a primeros del pasado año», señaló el jefe del servicio, que no ocultó que en, este caso, sirvieron de poco los trabajos contratados por la consejería de Fomento, a través de la Dirección General de Carreteras, con una empresa de ingeniería para revisar el estado de este ejemplo de ingeniería civil que desde hace siglos es la principal vía de comunicación entre el norte y el sur de la provincia. «Se han revisado las pilas y los estribos y el estado general de puente, pero no presentaba ningún daño estructural importante antes de las riadas», agregó Ozarín mientras inspeccionaba el estado del puente.
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El puente está levantado con sillería, está hecho con piedra, y en su día se macizó con un mortero de cal y canto rodado. Los arcos de la estructura son de medio punto y reparten las fuerzas mediante compresión, por lo que los primeros diagnósticos de lo sucedido apuntan a que la fuerza de las riadas disminuyeron la luz del arco, el agua ejerció una fuerza lateral y la humedad se filtró en el interior de la estructura hasta generar una inestabilidad en la sillería del lado correspondiente a la zona de aguas abajo, que ha terminado con el desplome final del arco.
El derrumbe congregó a decenas de curiosos y la indignación era latente en varios de ellos. «Nos dedicamos a gastar dinero en rayas verdes y se nos caen los puentes», afirmaba uno de los vecinos congregados, en una clara alusión a las líneas verdes pintadas en la calzada que advierten de la presencia de los radares de tramo que controlan que los vehículos no sobrepasan la velocidad máxima de 90 kilómetros por hora en la CL-615, que ahora se tendrá que cortar para arreglar este puente del siglo XVI que ha visto afectada su estructura por la riada.
El desplome se ha convertido en un problema de primera magnitud para el tráfico de la zona, que se tendrá que desviar hasta que finalice la intervención necesaria para reparar los desperfectos. Los vehículos que llegan desde Guardo a Saldaña se desvían por la P-240 y la P-241 hasta llegar a La Serna para retomar el trayecto por la CL-615. Mientras, el tráfico de Palencia a Saldaña se está desviando por la carretera PP-2461, hasta el polígono saldañés por donde se cruza el río para entrar en el municipio hasta regresar de nuevo a la CL-615. Para el alcalde de Saldaña, Adolfo Palacios, esta solución de urgencia no se debería prolongar mucho en el tiempo ya que, a su juicio, puede generar situaciones complicadas. «Se origina un problema, y gordo, con los vehículos articulados que traen mucho peso y no pueden pasar por el casco urbano porque las zonas son muy estrechas», explicó el alcalde, que espera que al menos los desvíos del tráfico pesado se realicen en las próximas horas por la P-240 en dirección a Osorno, desde donde se puede retomar la marcha por la A-67.
La búsqueda de soluciones por parte de la titular de la vía, la Junta de Castilla y León, no se demorará según el Jefe del Servicio de Fomento. «Esperamos que mañana mismo –por hoy– estén los técnicos especialistas en mantenimiento de este tipo de infraestructuras de piedra para evaluar los daños y acometer las obras con carácter urgente. Comprendemos que esta carretera es una de las principales de la provincia, ya que vertebra el norte con el sur. Es intención de la consejería de Fomento, a través de la delegación territorial, trabajar con celeridad para que se interrumpa el tráfico el menor tiempo posible», apuntó Ozarín, que adelantó que el delegado territorial de la Junta, José Antonio Rubio Mielgo, se reunirá hoy con el director general de Carreteras y con el consejero de Fomento para tratar sobre este tema.
El alcalde de Saldaña, el popular Adolfo Palacios, no esconde que la falta de unas labores de conservación han podido acelerar el proceso de deterioro de la infraestructura, que ha culminado con la caída de parte del puente. «Las causas habrán sido de todo un poco. Parte de la culpa la tendrá la riada y otra parte se deberá al estado de conversación del puente. El agua que ha venido por si solo no es para descalzar un ojo», remarcó el regidor saldañés, que ayer tuvo que cambiar su agenda ante esta circunstancia que, previsiblemente, tardará un tiempo en subsanarse ya que puede haber más zonas del paso afectadas.
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