«La densidad de trabajo es uno de los problemas de la Administración de Justicia»

Tiene más de 20 años de experiencia en el ejercicio de la Abogacía y conoce bien el funcionamiento del Colegio porque ha sido vicedecano durante nueve años junto a Santiago González Recio, al que ahora sustituye en el cargo. Le acompañan en esta nueva etapa compañeros de la Junta de Gobierno del Colegio, como Arancha Pérez Álvarez, Francisco Pérez Paredes o Eduardo Bueno Sebastián, y otros que han participado activamente en las comisiones de trabajo de la institución como Óscar Bilbao González, María de la O Revilla del Campo, María José Gil Ibáñez y José María Rebollo Rodrigo.

Su propósito es seguir trabajando para lograr «un trato digno» para la Abogacía en general y para el turno de oficio en particular, mantener las buenas relaciones institucionales con Jueces y Fiscales y continuar en la apuesta por la formación de los colegiados y la transformación digital y el uso de nuevas tecnologías tanto en el Colegio como en la Administración de Justicia, bajo la perspectiva de que la inversión en Justicia no es un gasto sino «una inversión de grandes resultados económicos, de consolidación de población y de crecimiento».

–Llega usted al Decanato con un amplio conocimiento del Colegio. ¿Qué retos se plantea a corto plazo?

–Tenemos que buscar un Colegio más participativo, que implique a todos los compañeros, que sea una sede para compartir ideas, sueños e ilusiones para mejorar la profesión y la Justicia. Además tengo en mente un ambicioso plan formativo. Es muy importante mantener la actualización de los abogados, que tengan formación e información a su disposición, que podamos contar con grandes ponentes, que nos podamos actualizar. También seguiré impulsando proyectos colaborativos, como el que tenemos con el Colegio de Economistas de Valladolid, Palencia y Zamora (ECOVA) con el que tenemos un programa de formación en materia concursal y societaria que ha tenido muy buena acogida y tienen previsto replicar otros colegios de Castilla y León.

–Ya desde el vicedecanato ha impulsado el uso de las Nuevas Tecnologías y la transformación digital del Colegio. ¿En qué medida es esto importante?

–El mundo está cambiando y la Justicia también y la relación de los abogados con la Administración de Justicia cada vez es más digital y se aplican herramientas tecnológicas que tenemos que aprender a usar y entender. Nos tenemos que formar en habilidades digitales porque eso marca diferencias entre la capacidad de acceso y de gestión de los abogados que saben manejar las herramientas digitales con fluidez y los que no saben.

–En este sentido, ¿cómo va a cambiar la Administración de Justicia a corto plazo?

–Estamos esperando con muchas ganas el acceso completo al Expediente Judicial Electrónico, que va a ser un antes y un después en nuestra relación con la Administración de Justicia. El Ministerio de Justicia está implementando una herramienta llamada HORUS para que los abogados podamos acceder de forma completa e inmediata a todo el expediente electrónico, incluyendo los vídeos de las vistas para poder presentar un recurso de apelación. Tener un archivo en una nube judicial en el que automáticamente podamos ver todo el expediente desde el comienzo hasta la fase en la que estés de todo el procedimiento va a ser un avance enorme. Es un paso muy importante que situará a la Justicia española a la cabeza en el avance tecnológico en relación con otros países del entorno. Pero ya se han hecho cosas importantes y muy ambiciosas en esta materia. Hasta hace no mucho con el Juzgado todo se hacía en formato papel y todo ha cambiado con el lanzamiento de la Sede Judicial Electrónica del Ministerio de Justicia, Lexnet, con la que algunos fueron reacios. Ahora todo el mundo echaría el grito al cielo si desapareciera. Para eso hubo que formar a la gente, aprender a usar el certificado electrónico y perder el miedo. Todos los Colegios hemos participado en un programa formativo enorme y sin el Colegio el colegiado hubiera estado un poco desvalido.

–¿En qué posición está el Colegio de Abogados de Palencia en esta materia?

–Somos un Colegio muy pequeño, con pocos colegiados, aproximadamente 245 ejercientes y unos 160 no ejercientes, y tenemos una estructura que mantener con un presupuesto pequeño. Pero siendo pequeño, tenemos un nivel de actividad muy importante y estamos en una posición bastante avanzada en la apuesta por la implantación de las nuevas tecnologías. Para conseguirlo hemos contado con la implicación del personal que siempre ha apoyado este proceso. Hace ocho años empezamos a implantar sistemas de gestión documental en la nube que nos permitieron mantener la actividad durante la pandemia. Algo que no pudieron hacer muchos colegios de España. Tenemos ya unos programas de digitalización importantes. Un programa de gestión integral administrativa que desarrolla el Consejo General de la Abogacía que permite hacer comunicaciones electrónicas de los expedientes de Justicia gratuita. Ya no usamos papel, todo el expediente de Justicia gratuita es electrónico, lo que agiliza los procedimientos.

–¿Cómo es la relación con la Administración de Justicia en Palencia?

–Las relaciones con la Audiencia Provincial, con el Juez Decano son estupendas, y en general con toda la Administración de Justicia y los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Siempre hemos tenido una colaboración muy constructiva y un trato muy cercano que me gustaría mantener.

–Apuntaba Santiago González Recio en una entrevista a este periódico que uno de los problemas es que Palencia es una ciudad de paso para jueces y fiscales. ¿Comparte esta opinión?

–Sí, Palencia es una ciudad de paso para jueces, fiscales, notarios, registradores. Los abogados vemos pasar a mucha gente con la que nos relacionamos porque hay una movilidad enorme entre jueces, fiscales, notarios, registradores. Es comprensible, en el ámbito de Justicia cada uno tiende a irse a su lugar de origen. Pero en algunos casos hay mucha interinidad. Ahora mismo toda la jurisdicción social se está cubriendo con jueces sustitutos porque no hay titulares. Y eso repercute en los tiempos de los procedimientos.

–En cuanto a la estructura, ¿cuál es el principal problema de la Administración de Justicia en Palencia?

–Creo que el gran problema es la falta de especialización de los Juzgados y la densidad de trabajo. Llevamos mucho tiempo pidiendo el Juzgado número 8, que permitiría desdoblar la Jurisdicción y tener Juzgados de Primera Instancia y Juzgados de Instrucción. También sería bueno tener un Juzgado de Familia y de Asistencia a la Discapacidad y uno Mercantil. El Mercantil es mixto, de Primera Instancia, Instrucción y con competencias en mercantil y lo mismo puede llevar un concurso de acreedores que un procedimiento de modificación de medidas en familia que abrir diligencias de un delito de asesinato. Además de estar de guardia cuando le toque. Por eso es uno de los juzgados donde más cambian los jueces. La solución depende únicamente de una cuestión presupuestaria y es una situación que se repite en las capitales pequeñas. Por eso insisto en que en el ámbito de la Justicia debería haber un trato diferenciado en función de la territorialidad y la población más allá de los números y los índices de delincuencia. Hay que prestar un servicio de calidad al ciudadano teniendo en cuenta el reto demográfico también en el ámbito de la Justicia. Y sobre todo hay que tener en cuenta que la inversión en Justicia es una inversión de grandes resultados económicos, de consolidación de población y de crecimiento, como demuestra Juan Mora en el análisis que hace en su libro 'La Factura de la Justicia'. No tenemos que ver la inversión en Justicia como un gasto, es una inversión porque si funciona bien la Justicia se genera confianza en el ciudadano y avance económico. Hay que reflexionar desde esa perspectiva.

–Mejorar las condiciones del turno de oficio es una reclamación constante...

–Sí, debemos seguir reclamando un mejor trato a la Justicia gratuita. No solamente económico (en Barcelona se puede pagar el doble que en Palencia por el mismo servicio), sino también que el Ministerio tenga en cuenta las diferencias territoriales y de población porque no es lo mismo organizar unas guardias en Palencia, con poca población y muchas distancias, que en Sevilla, con mucha más población y muchos más partidos judiciales. Prestar una asistencia en San Salvador de Cantamuda supone más de una hora y media de desplazamiento. Hay que tener en cuenta las realidades sociales y territoriales para prestar el servicio de calidad que merecen todos los ciudadanos. El Ministerio que en otras cosas funciona mejor, como puede ser el ámbito tecnológico, aplica una partida presupuestaria inferior y el baremo retributivo en el territorio Ministerio es menor. Además el abogado que presta Justicia gratuita tiene un compromiso y una disponibilidad que no se cobra si no te llaman. Son cosas que tienen que ir mejorando. A pesar de las dificultades, la percepción que hay es francamente buena en el ámbito de la Justicia gratuita.

–Desde su punto de vista ¿Qué más necesita la Abogacía en Palencia?

–Confianza en que podemos hacerlo. A veces en las ciudades pequeñas ya vamos achantados. Tenemos que tener confianza para afrontar problemas con valentía, pensando en grande para llegar lejos y saber que podemos hacer lo mismo que los más grandes y mejor incluso. A veces nos parece que lo de fuera es mejor, pero en Palencia hay grandes profesionales y despachos que prestan un servicio de la misma calidad que puede prestar una multinacional pero con dos elementos esenciales, la cercanía y la formación. Un gran reto y una oportunidad que tenemos que aprovechar es el teletrabajo. También tenemos que conseguir retener talento. Para eso es necesario ofrecer unos buenos servicios públicos y conectividad para desarrollar proyectos con otras partes de España o del mundo y para poder trabajar sin los inconvenientes de una gran urbe.

–¿Qué imagen tiene el ciudadano de la Abogacía en Palencia?

–Yo creo que la imagen en general es buena, porque es una Abogacía muy cercana, nos conocen por nombre y apellido. Es una relación muy personalista y tienen confianza porque nos conocen. Somos la cara visible de la Administración de Justicia y el resorte para que la Justicia se mueva porque la Justicia no se mueve si el abogado no interpone la demanda o intenta defender los intereses de su cliente.