Los danzantes de Tabanera de Cerrato estrenan trajes

El sábado fue el día grande de la localidad y los tabanos celebraron con todos los honores su fiesta en honor a la Virgen de los Remedios. La celebración de la eucaristía estuvo amenizada por la soprano Natalia Bravo, el pianista Alberto Ruiz y el clarinetista Rubén Cabreras, que hicieron las delicias de todos los fieles. La celebración congregó a numerosos vecinos y a diversas autoridades, pues desde el Ayuntamiento tuvo lugar el homenaje a todos los alcaldes de la democracia.

Por la tarde, se celebró la procesión en honor a la patrona por las calles de la localidad, con gran afluencia de fieles que quisieron danzar a la Virgen. Además, los niños de la localidad de la localidad bailaron el lazo y los jóvenes el paloteo, manteniendo una tradición que ya se había perdido y que después de más de cuatro décadas se recuperó en 2013. Los más pequeños danzaron de blanco y con fajín y lazo rojo, mientras que los jóvenes lo hicieron con los nuevos trajes de los danzantes, realizados siguiendo el patrón de los originales. «Ha sido una tarea costosa, en la que hemos contado con la colaboración de Carlos del Peso y la Diputación de Palencia. Hemos conseguido la tela en Sevilla y la confección se ha realizado en un taller burgalés. El resultado es muy similar al que usaban los danzantes y el birria, por lo que ha sido un momento muy emocionante para todo el pueblo», destacó Jaime Gutiérrez Castrillejo, alcalde de Tabanera de Cerrato.

La localidad aún conserva algunos trajes originales, de gran vistosidad y colorido. De hecho, uno de ellos está expuesto de manera permanente en el teleclub de la localidad. Entre los danzantes del paloteo, juega un papel fundamental el birria, que asume la tarea de ordenar la procesión.

La danza de Tabanera se dedicaba a San Isidro Labrador, patrón de la localidad junto a la Virgen de los Remedios. Esta danza nació en el seno de la propia Sociedad de San Isidro Labrador, que realizó una importante labor formativa, social y caritativa en la localidad. Esta danza también se representaba cuando acudía el obispo o alguna autoridad civil a la localidad.

Su ejecución y coreografía la convierten en una de las muestras más originales del folclore palentino, muy curiosa y casi única dentro de las danzas palentinas. El baile comienza al son de la flauta de tres agujeros y el tamboril. Posteriormente se danza al ritmo de la dulzaina o con un tambor y un embudo cuando no hubo más. Este baile contaba con tres partes: 'La pasada', es decir, el pasacalles en el que se iban intercambiando de filas los danzantes; 'el lazo', un tejido de cintas y 'el paloteo', en el que ocho mozos -en su origen siempre varones- bailaban e iban paloteando, cambiando de sitio hasta efectuar 'la rueda', un cruce en mitad de este juego de palos que podía deshacer la danza si no se estaba atento, dada la complejidad coreográfica. Desde este año, los danzantes lucen nuevos trajes, dando así vistosidad a uno de los momentos más especiales para los tabanos.