Palencia

El centro de Viñalta utiliza 330 ovejas y 50 vacas para formar ganaderos

Esta formación se ha centrado en dos tareas. La primera, colaborar en el cuidado de animales en explotaciones ganaderas: alimentar, vigilar la salud, controlar la reproducción... La segunda, acondicionar, limpiar, desinfectar y mantener las instalaciones, los equipos, herramientas y útiles de una explotación.

La formación, centrada tanto en las ganaderías de vacuno como de ovino, ha tenido una duración de tres días y se ha desarrollado en las explotaciones propias del centro. Las plazas han estado limitadas a la participación de diez personas y ha sido de carácter gratuito.

El curso ha sido planteado de forma que, durante la primera jornada, solo se han impartido conceptos teóricos para después centrarse los otros dos días en una formación completamente práctica, dividiendo el grupo en dos para poder asegurar una mayor individualización del aprendizaje. «Los alumnos que primero estuvieron trabajando con la explotación vacuna luego han estado en la ovina, y viceversa. De esta forma, pueden realizar todas las tareas de forma individual y en diferentes ocasiones», explica César Sánchez, profesor del curso y oficial pecuario de la escuela.

El objetivo principal que se persigue con el desarrollo de esta actividad ha sido proporcionar los conocimientos teóricos y prácticos necesarios para desarrollar tareas de manejo de ganado vacuno y ovino, así como la correcta utilización de maquinaria de uso habitual en explotaciones ganaderas. «Es todo muy práctico y se centra en las tareas que se realizan en el día a día en una explotación. Hemos identificado a las recrías, ordeñado y también hemos aprendido el manejo y la selección del ganado vacuno y ovino. Al final, es a lo que se van a enfrentar en una granja», afirma Raúl García, profesor y oficial pecuario de la escuela.

La identificación oficial se lleva a cabo con el crotalado, el procedimiento que se realiza para poder tener controlado al ganado de forma exhaustiva. Mientras que a las vacas se le colocan dos crotales, uno en cada oreja, a las ovejas solo se le pone uno, ya que estas llevan además un bolo ruminal. Esta identificación electrónica de rumiantes está diseñada especialmente para esta especie, se administra por vía oral y se posiciona en el retículo o segundo estómago de los rumiantes, donde permanece durante toda la vida. Para la implantación de los bolos se utiliza un aplicador especialmente diseñado para cada especie.

Este procedimiento es esencial, aseguran los docentes, ya que de esta identificación dependen todo el resto de los procedimientos. Actualmente, la explotación ganadera del CIPF de Viñalta cuenta con 50 cabezas de vacuno, 25 de ellas de ordeño, y 330 cabezas de ovino.

Además, los alumnos también tienen la posibilidad de conocer todo el proceso del ordeño. Diariamente, se ordeña dos veces. Mientras que las vacas dan unos quince litros por ordeño, las ovejas dan alrededor de medio. Es decir, de cada vaca se obtienen unos treinta litros diarios y de cada oveja, algo más de un litro.

El ordeño de las primeras varía de los cinco a los seis minutos y el de las segundas se realiza en solo un minuto. La producción exacta de cada día va cambiando y depende de muchos factores, aunque suele ser bastante regular y no presenta ninguna alteración reseñable por parte de los trabajadores agropecuarios.

El centro cuenta con una explotación agrícola cuyo objetivo es mostrar a los alumnos nuevas técnicas agrarias. Así, y a través de la práctica y experimentación, se crea un espacio convergente que responde a diferentes tipos de explotación y con el que pretende ser 'un aula viva'.

Este curso va dirigido a trabajadores que ya están trabajando en explotaciones ganaderas o a futuros peones ganaderos ya que, actualmente, el sector asegura que se encuentra en dificultades para encontrar personal preparado para trabajar en sus explotaciones. De esta forma, el CIFP Viñalta quiere dar respuesta a esta demanda.

«Es el primer curso que realizamos y aunque esta vez solo contamos con diez alumnos, sí que queremos aumentar estas plazas para las próximas ediciones. Ahora mismo no se encuentran trabajadores medianamente preparados y esto es un handicap», señala José Manuel Ruiz, director del centro, que asegura que el ejemplo a seguir con este tipo de formaciones le tienen en el curso de apicultura que el centro lleva realizando desde hace años y que ahora mismo cuenta con una gran aceptación, incluso con lista de espera, ya que es mayor la demanda de los alumnos que las plazas disponibles.