Parcelas cultivadas de colza en Fuentes de Valdepero. Ical

Un cultivo aún «demonizado» que se hace hueco en Palencia

La demanda aumenta pese al estigma que arrastra desde 1981 esta herbácea con el envenamiento masivo por aceite adulterado

El Norte

Palencia

Sábado, 20 de abril 2024, 12:39

La colza es un cultivo cada vez con más peso en Castilla y León. Basta con salir al campo a dar un paseo para comprobar cómo las tierras se han teñido de un vibrante color amarillo. Las perspectivas para esta campaña son optimistas gracias a las últimas lluvias caídas y los agricultores confían en que sea una buena cosecha. De hecho, la colza está a punto de ser recogida.

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David Aguayo fue uno de los primeros agricultores palentinos en apostar por esta herbácea natural. «Se creía que la zona del Cerrato no era apta para este cultivo porque no se le creía capaz de sobrevivir a las bajas temperaturas del duro invierno palentino, pero se ha demostrado que se trata de un cultivo en alza y capaz de crecer en casi cualquier tierra, independientemente de su calidad», señala a Ical.

Aguayo apostó por la colza atraído por sus múltiples ventajas pese a que todavía, a día de hoy, sigue estando «demonizada». Aunque han pasado más de 40 años desde el mayor envenenamiento de la historia de España, la colza arrastra todavía una mala y, sobre todo, injusta publicidad, ya que la semilla no fue la culpable de aquella intoxicación. Aquel aceite contenía anilina, una sustancia tóxica y prohibida. Por eso, Aguayo lamenta que, aunque se demostró que el envenenamiento masivo de 1981 se focalizaba en botellas adulteradas, el daño ya estaba hecho y todavía en la actualidad se siguen pagando las consecuencias.

Aunque es prácticamente imposible encontrar una botella de aceite de colza en los lineales de los supermercados españoles, en países como Alemania, Francia, Canadá o Reino Unido su consumo es habitual por tratarse de un aceite barato, rico en Omega 3 y con efecto antiinflamatorio.

«La colza es muy útil para poder llevar a cabo la rotación de los cultivos y no depender siempre del trigo o la cebada. Además, no existe ningún problema a la hora de venderlo. La demanda es muy alta y tanto las cooperativas como los distribuidores nos lo quitan de las manos», asegura el también agricultor palentino Luis Javier López. En su caso, se animó a probar hace tres años y no se arrepiente, menos teniendo en cuenta las perspectivas.

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Según el último censo agrario elaborado por el INE, Castilla y León pasó de 88.000 toneladas de este cultivo en 2020 a 108.000 en 2021. Cifras que han continuado en crecimiento hasta convertirse en una de las opciones preferidas por los agricultores. Así ha quedado patente en Palencia, que ha pasado de ser una de las provincias con menos superficie de colza sembrada a ser una de las que ha registrado mayor crecimiento en los últimos cuatro años.

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