Cuatro empresas pugnan por el contrato del Plan de Urbanismo de Palencia

Se trata de un contrato jugoso, ya que se eleva a casi 850.000 euros, con el IVA incluido, pero que al mismo tiempo entraña una enorme complejidad técnica. Por ello, entre los cuatro licitadores que han presentado ofertas figuran algunos de los estudios de arquitectura de mayor renombre del país, que acumulan numerosos galardones y que concurren de forma conjunta con especialistas en aspectos como la ingeniería y la topografía digital. La Mesa de Contratación del Ayuntamiento de Palencia ya ha abierto los primeros sobres de la oferta, con los apartados correspondientes a la documentación y la propuesta económica y los expedientes han sido remitidos al Servicio de Planeamiento Urbanístico para su examen detallado con el fin de determinar qué empresa será finalmente la encargada de redactar el nuevo Plan de Urbanismo de Palencia.

La primera de las firmas que figura en las actas de la Mesa de Contratación es la formada por C. Andrés + LL. Masiá, que aporta el compromiso de concurrir en UTE con Grupo de Estudios y Alternativas 21 y Clothos. El segundo nombre corresponde al estudio Ezquiaga Arquitectura, Sociedad y Territorio, que concurrirá también en UTE con Jornet Llop Pastor. La tercera oferta está firmada por la empresa Omicron-Amepro. Y la cuarta, es la UTE formada por las sociedades Territorio y Ciudad y Centro de Observación y Teledetección Espacial.

El objetivo del Ayuntamiento es que esta licitación quede resuelta en este mismo mes de noviembre o a lo sumo en los primeros días de diciembre, con el fin de que a principios de años, el estudio de arquitectura elegido pueda comenzar los trabajos de redacción del planeamiento urbanístico de la capital palentina, que debe sustituir a la planificación vigente, que se aprobó en el año 2008, con el socialista Alberto Combarros como edil de Urbanismo.

Aquel PGOU no responde a las necesidades actuales de la ciudad de Palencia, presenta numerosos problemas de interpretación de normas vinculadas a la edificación, ha recibido numerosas críticas por sus restricciones urbanísticas y las calificaciones del suelo no se corresponden con los intereses de la sociedad palentina. Así, el nuevo documento, para el que debe esperarse todavía algo más de dos años, debe corregir todos estos aspectos y, entre otras medidas, dar respuesta a las peticiones de los sectores vinculados a la construcción con respecto a la normativa urbanística que debe regir en la zona que se encuentra bajo el paraguas de la declaración de bien de interés cultural, que afecta a todo el casco histórico y otras zonas como el Cristo y Allende el Río.

La empresa que se encargue de la redacción dispondrá de un plazo global de 26 meses para entregar los trabajos al Ayuntamiento, pero en el pliego de condiciones se fija un cronograma estricto de plazos que deben ir cumpliéndose para que el Consistorio vaya dando los pasos administrativos que son necesarios para que el nuevo planeamiento pueda entrar en vigor.

En primer lugar, los redactores del nuevo PGOU dispondrá de un periodo inicial de ocho meses para facilitar al Consistorio un primer avance, que se debe presentar a exposición pública. Desde ese momento, se abre un nuevo plazo de 18 meses destinados a completar la elaboración del planeamiento y deben cumplirse hitos importantes como la aprobación inicial por parte del pleno, posteriormente la provisional (en torno a un año después), antes de que se entregue la propuesta que se debe llevar al pleno para una aprobación definitiva. Si se cumplen todos estos plazos, el futuro Plan General de Urbanismo de Palencia debería estar aprobado en la primera mitad del año 2027.

El documento va a plantear importantes cambios en la calificación de los terrenos de la capital palentina, dado que el crecimiento previsto para la ciudad poco tiene que ver a estas alturas con las proyecciones que se plantearon para diseñar el plan de 2008. Así, el Ayuntamiento de Palencia se plantea una redefinición para muchos de los terrenos y sectores hasta ahora marcados como urbanizables que incluso han aprobado instrumentos de desarrollo, pero que finalmente no se han impulsado urbanísticamente. «Si en quince años, con instrumento de desarrollo aprobado no se han desarrollado, habrá que plantearse si realmente tienen interés como suelo urbanizable», explica el concejal de Urbanismo, quien señala también que se van a tener en cuenta variables como los riesgos de inundación a la hora de definir los posibles usos.

«Hay algunas zonas que tienen una catalogación que no es muy razonable, porque existen informes de la Confederación del Duero que son desfavorables porque se trata de zonas de flujo preferente, con lo que el riesgo de inundación es muy elevado. En estos lugares hay que estudiar qué se puede autorizar. Nos hemos encontrado algún caso, como el del Sector 10R, que es la continuación del Paseo de Julia. En el anterior mandato se inició un proyecto de desarrollo y al llegar nosotros preguntamos qué había pasado y comprobamos que había informes desfavorables de la Confederación, por ser zona de flujo preferente, que obligaban a paralizarlo por completo. Pues hay que definir qué tipo actuación puede autorizarse», manifestó el concejal de Urbanismo, quien indicó que se ha dado también un caso similar en la parcela elegida por el Grupo Recoletas para la construcción de un hospital privado, cuyas licencias han sido denegadas, al tratarse también de una zona de riesgo elevado de inundabilidad.