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Crece el interés por la cría de abejas como segunda actividad económicaPalencia
Crece el interés por la cría de abejas como segunda actividad económicaCarmen Aguado
Palencia
Jueves, 16 de marzo 2023, 00:35
La apicultura se ha convertido durante los últimos años en una actividad que ha comenzado a fijar población, sobre todo en los núcleos rurales. Tras su recuperación, el sector busca ahora profesionalizar y rejuvenecer una práctica todavía muy desconocida. Con este objetivo arrancó ayer una ... nueva edición del curso sobre apicultura que pone en marcha el Centro Integrado de Formación Profesional Viñalta, dependiente de la Junta de Castilla y León. Con la participación de quince personas, esta formación de catorce días pretende ser eminentemente práctica.
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Desde que comenzase su andadura en el año 2002, más de trescientos alumnos han participado ya en un curso que se centra en la cría de abejas reina, así como en la sanidad del colmenar, su tratamiento y limpieza y la técnica de realización de enjambres. Tras las 56 horas formativas, los alumnos conseguirán el 7 de junio el diploma que acredita su formación. «La teoría es necesaria pero también es más fácil de encontrar, por eso nos centramos en la práctica y más porque tenemos un colmenar propio que aprovechamos para compensar la falta de formación que tienen los profesionales de ese sector», explica Gonzalo Álvarez, profesor del curso.
Durante la primera jornada, los alumnos visitaron el colmenar donde pudieron observar el estado en el que se encuentran las abejas después de todo el invierno. Además, se desarmaron las colmenas para limpiarlas y poder trabajar correctamente con ellas durante el resto del curso.
El perfil de los alumnos participantes es bastante heterogéneo, ya que el rango de edad varía desde los 25 años hasta los 65, pero lo que sí que tienen en común es que la mayoría de ellos ya cuentan con un colmenar propio y están interesados en recibir esta formación para dar el salto a la profesionalización de esta actividad. «Me he inscrito en el curso para poder aumentar los conocimientos que tengo de apicultura ya que llevo un año con ocho colmenas como afición. De momento no me lo planteo como actividad económica ya que tengo muy poquitas», aclara la alumna Silvia Núñez, natural de Dueñas, donde tiene actualmente el colmenar.
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Muchos de ellos están pensando en hacer de la apicultura su segunda actividad económica, por lo que el curso está plenamente adaptado a este nivel debido a que los alumnos inscritos se plantean esta actividad como algo más que una afición y hay algunos alumnos que ya tienen algún tipo de formación previa. «Nosotros trabajamos únicamente en esta actividad y vivimos de ella. Aunque estamos muy metidos en este mundo creemos que es necesario hacer cursos y aprender cosas nuevas y distintas», asegura la pareja formada por Sergio Díez y Beatriz Carreto.
«A quien viene aquí con la inquietud de dedicarse de manera profesional hay que darle una formación específica, nociones económicas o sanitarias. Tratamos de satisfacer las necesidades con las que llegan al curso y de que puedan aplicar al colmenar lo que hablamos en las clases», señala Gonzalo Álvarez. El docente hace hincapié en que la apicultura es una profesión en la que es esencial observar, ya que las abejas no son un animal tan intuitivo como otros, por lo que es necesario que el apicultor pueda saber cómo facilitar el funcionamiento de la colmena y prever así cualquier problema.
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Gonzalo Álvarez recomienda esta como una segunda actividad profesional y económica, ya que no requiere excesiva inversión como necesitan otros tipos de ganaderías y tampoco requiere tanto tiempo.
Las abejas no requieren de una atención diaria. En primavera, lo ideal es visitarlas cada dos semanas mientras que después las visitas se pueden dilatar, según recalca. En verano, una cada veinte o treinta días, y en invierno, este margen se aumenta hasta los tres meses. Mientras que en diciembre, enero, febrero y marzo apenas se abren las colmenas. «La apicultura también tiene mucho trabajo de casa y se puede aprovechar estos meses de menor actividad para ello. No todo el trabajo es en el colmenar, pero es la única ganadería en la que los animales te dejan tres meses libres para dedicarte a otros aspectos de la explotación o a otras actividades», destaca Gonzalo Díez.
Los profesionales recalcan que no se trata de una actividad que requiera de grandes inversiones iniciales, lo que hace que sea una buena alternativa para alguien que quiere comenzar de cero. Si se quiere ser profesional, con más de 300 colmenas, la cifra asciende hasta los 40.000 euros. Actualmente, el precio por enjambre ronda los 80 euros.
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La producción de un apicultor profesional se encuentra en torno a los 9.000 kilos de miel anuales, que ahora mismo se está pagando a unos 3 euros el kilo si se hace al por mayor. Actualmente el sector está trabajando por dar una marca de garantía que identifique la miel de Palencia y pueda dotarse de un valor añadido que aumente el margen de beneficio para los apicultores.
Este curso tiene una parte final en el mes de septiembre, cuando se realiza la cosecha del colmenar y cuando se aprovecha para analizar otros factores como la venta de la miel.
Según los últimos datos, en la provincia de Palencia hay un total de 742 explotaciones apícolas de las que 590 son de autoconsumo (menos de 15 colmenas), 127 no profesionales (de 15 a 149) y tan solo 25 de carácter profesional (más de 150). Respecto al número de colmenas, como muestra el reflejo del censo apícola del año 2019, 3.200 corresponden al autoconsumo, 5.000 a la actividad no profesional y 8.400 al profesional. «El abandono de los pueblos ha dejado detrás de sí muchos colmenares tradicionales, aunque se han ido recuperando en los últimos años como una alternativa profesional, que se ha acentuado en los últimos diez o quince años», afirma Gonzalo Díez.
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El docente destaca la calidad de la miel que se produce en la provincia y que tradicionalmente no ha sido tan valorada como las de otras zonas del país, debido a que se ha tratado una producción para consumo propio o que apenas ha salido de los municipios productores y que apenas ha llegado a comercializarse.
La mayor parte de la actividad apícola en la zona de la provincia de Palencia se concentra en los meses de marzo a junio. Durante estas cinco semanas, se produce más del 80% de la miel que sale de la provincia anualmente, siendo la de mil flores la variedad más comercializada.
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