Así actuaron los estafadores con el método 'scalping' en Palencia

Los delincuentes que actúan en cajeros automáticos, eligiendo como víctimas a personas de avanzada edad utilizan una técnica de estafa que se denomina 'scalping'. Consiste en que uno de ellos, educadamente, simula ayudar a la víctima con cualquier excusa.

Para ello, se hace físicamente con la tarjeta y tras manipularla, le dice que ya está arreglado, que ha metido la tarjeta y que ya solo queda meter el número PIN, cuando en realidad la tarjeta se la ha quedado.

A continuación, un segundo integrante observa discretamente el número PIN que teclea confiada la víctima, mientras otro tercer integrante de la organización criminal se encuentra en el exterior en actitud vigilante para evitar que nadie más entre en el cajero.

En el tiempo que tarda en reaccionar la víctima, desde que se da cuenta de que el cajero automático no le permite hacer la operación, ya que piensa que se ha quedado la tarjeta en su interior, hasta el momento en que va a reclamarla a la oficina bancaria, los delincuentes, ya en posesión de la tarjeta y del número PIN, proceden a hacer extracciones de efectivo en otros cajeros e incluso compras.

Es lo que hicieron los presuntos autores de dos delitos de estafa cometidos en Palencia entre los pasados días 13 y 16 de octubre. Los delincuentes consiguieron hacerse con un total de 2.000 euros en efectivo y realizaron compras con una de las tarjetas por valor de 998 euros.

La investigación policial permitió la identificación de los tres presuntos autores de los hechos ocurridos en Palencia, dos hombres y una mujer de origen hispanoamericano sin residencia en España. Además, se detectó la comisión de otros 19 hechos de similares características por parte de esta organización criminal entre mediados del pasado mes de agosto y principios del mes de octubre.

Otra fórmula utilizada bajo el nombre de 'scalping' es cuando los delincuentes localizan a personas en cajeros automáticos y dos de ellos se sitúan a ambos lados de la víctima y, cuando ésta teclea su número personal, colocan una carpeta sobre el teclado con la excusa de pedirle una firma para una asociación de sordomudos. Una vez distraído el cliente, solicitan reintegros de dinero. En los casos detectados, de entre 300 y 600 euros. Los miembros de la banda insisten en ese momento a la víctima para que se aparte del cajero y poder coger así el dinero. En caso de encontrarse resistencia, no dudan en apartarla a empujones.

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