Comienzan las obras de reparación de 11 kilómetros de la autovía de Palencia a Cantabria

Los trabajos se han reanudado para rehabilitar el firme en ambas calzadas en el tramo entre Villaprovedo y Herrera de Pisuerga. Hasta la fecha no han afectado al tráfico, pero ya en esta primera semana de mayo se ha iniciado la fase de recrecido del firme, que requiere el corte completo de ambas calzadas de manera alternativa. Para ello, se ha desviado el tráfico por la calzada contraria, con doble sentido de circulación, y se utilizarán los pasos de mediana, según confirmó ayer el Ministerio de Fomento.

El enlace E-71 de Sotobañado y Priorato y Santa Cruz de Boedo, que da acceso a través de la carretera autonómica P-232, quedará parcialmente inutilizado durante parte del periodo que duren los cortes de calzada, por lo que se dará acceso a la A-67 mediante el enlace E-80 de Herrera de Pisuerga, al norte y por el enlace E-55 de Osorno hacia el sur.

Fomento ha asegurado que las afecciones al tráfico estarán debidamente señalizadas para minimizar las molestias al usuario. La actuación contempla la rehabilitación del firme mediante la solución de fresado y reposición de las capas de mezcla bituminosa existentes en la calzada, mayoritariamente en el carril derecho.

Para dotar al conjunto de la calzada de una continuidad y homogeneidad que regularice la superficie de rodadura, en esta fase se inicia la extensión de una capa de mezcla bituminosa de 4 centímetros a modo de refuerzo en toda la calzada. Posteriormente, se procederá a la extensión de una nueva capa de rodadura de 3 centímetros. Una vez concluida la actuación sobre el firme, se procederá al repintado de marcas viales.

Las obras de rehabilitación de la autovía han sido bien recibidas por los usuarios y profesionales del transporte, pero hay también voces críticas que opinan que esta inversión, de 6,95 millones en total para 62 kilómetros de vía (2,65 para los 11 kilómetros entre Villaprovedo y Herrera iniciados estos días), solo servirá para hacer un lavado de cara a una autovía que tiene un problema estructural que no se puede arreglar con la reparación superficial iniciada por el Ministerio de Fomento.

La A-67 es una autovía joven, que se inauguró en 2009, por lo que la multitud de problemas que ha dado en su corta existencia no parecen motivados por su antigüedad. La densidad de vehículos, relativamente baja exceptuando los fines de semana y fechas puntuales, tampoco parece significar un motivo de importancia para explicar la proliferación tan exagerada de baches. En ese sentido, Fomento ya reconoció e la existencia de «fallos técnicos de la construcción» también en los 11 kilómetros situado entre Villaprovedo y Herrera, donde se invertirá más de un tercio (2,53) de esos 6,95 millones del importe total de las obras.

Las obras tienen como objetivo mejorar un firme que estaba taqueado y presentaba numerosas irregularidades, unos defectos que se pretenden subsanar con el fresado y la reposición del firme en todo el ancho de la calzada, «mejorando así la calidad de la rodadura en las zonas que presentan un mayor deterioro», indican desde el Ministerio.

Minimizar los perjuicios que las actuaciones pueden causar en la seguridad es la mayor prioridad de Fomento, pero los vecinos de la zona tienen claro que seguir con la autovía en el pésimo estado en el que estaba era mucho más peligroso para la seguridad de los conductores que lo que puedan suponer las obras, a tenor por los testimonios de varias de las personas que pasan a diario por la autovía.

A la petición de reforma integral que plantearon los ayuntamientos, se unieron también diferentes colectivos profesionales, como los transportistas.

La intervención forma parte del programa de conservación y mantenimiento de la red viaria estatal del Ministerio de Fomento, que recordó ayer que destinó en 2020 a Castilla y León un total de 166 millones de euros.