Tian Lara, a la derecha, con Pablo Chiapella, en el escenario. El Norte
Tian Lara | Humorista

«Soy más cómico de carretera, bares y teatros que de televisión»

Acompañado por un invitado de lujo, el actor Pablo Chiapella, presenta este viernes su espectáculo en el Ortega

Jose Rojo

Palencia

Viernes, 31 de mayo 2024, 06:48

Tras once años de carrera como humorista, Tian Lara (Barcelona, 1981) recala por primera vez en Palencia para presentar este viernes, a las 21 horas, en el teatro Ortega 'El anticoach', un espectáculo que ha estado en cartelera en distintos coliseos de nuestro país y ... con el que gira desde hace cuatro temporadas, las dos primeras en solitario y las dos restantes acompañado por un invitado de lujo, el actor Pablo Chiapella –uno de los pilares de la exitosa serie 'La que se avecina'–, con el que ha creado una mágica simbiosis tanto dentro como fuera del escenario. En este show el guion se disipa para dar rienda suelta a la improvisación y a la interacción con el público.

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–¿De dónde viene su nombre artístico?

–Eso es algo que explico en 'El anticoach'. Mi padre se llama Sebastián y cuando yo nací, me pusieron su mismo nombre, pero mi familia decidió acortarlo y llamarme Tian.

–¿Cómo le gusta que le denominen profesionalmente: cómico, comediante, humorista, monologuista..?

–Me da igual cómo se dirijan a mí, que lo hagan como quieran; mi objetivo es que la gente venga al teatro para convertir el drama en risa.

–Fue enfermero…

–Con 18 años me seleccionaron para estudiar arte, pero me di cuenta de que el sistema educativo no iba dirigido a guiarme en mi vocación y opté por apuntarme a los estudios del sector sanitario porque yo me quería independizar lo antes posible y acabé trabajando como enfermero. De hecho, en el show cuento anécdotas de mi paso por el campo sanitario en tono humorístico; impartimos un taller de reanimación cardiopulmonar.

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–¿Y cómo recaló en el humor?

–Fue algo progresivo. Hice un curso de escritura en el que también impartían improvisación y otras cosas relacionadas con la farándula. Y a mí lo que más me gustó fue escribir e interpretar comedia en formato americano, la 'stand up comedy'. Empecé con cinco minutos, se alargaron cinco más y aquí sigo después de once años.

–¿Cómo se fraguó la hermandad con el actor Pablo Chiapella para girar en 'El anticoach'?

–Este espectáculo cumple su cuarta temporada y en la segunda, estando en la cartelera de Madrid, Pablo se vino un día de invitado porque nos conocíamos de antes y nos lo pasamos muy bien. Le comenté si quería volver otro día y ya llevamos dos temporadas juntos. Ahora el show es de Pablo, que es un icono del humor, y el invitado soy yo (risas).

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–¿Y qué tal la experiencia de compartir escenario?

–La profesión de cómico es muy solitaria y suele ser complicado compartir escenario, pero con Pablo resulta todo demasiado fácil. Desde el primer día nos llevamos muy bien, tanto fuera como dentro del teatro. Lo que hacemos sobre el escenario es lo mismo que hacemos fuera de él. Todo ha fluido a la perfección. Es una maravilla trabajar así. Casi nos lo pasamos mejor que el público.

–¿Cómo definiría a Chiapella como profesional del humor y como persona?

–En el espectáculo nos metemos el uno con el otro, bajándonos los humos mutuamente. Pablo me gusta por igual como artista que como persona. En 'El anticoach' no interpreta ningún papel, es él mismo y es tan bueno como persona que como artista. Y, además, lloro de la risa con él; hay veces que tengo que meterme entre bambalinas para carcajearme.

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–¿Qué porcentaje de improvisación tiene 'El anticoach'?

–En las primeras funciones tenía muy poca improvisación, tan sólo estaban abiertas un par de ventanas para interaccionar con el público. Pero el monstruo ha ido creciendo solo y ahora el espectáculo es totalmente imprevisible. Y eso nos gusta a nosotros dos y también al público, así que seguiremos dejándonos llevar.

–¿De qué hablan sobre el escenario que pueda herir la sensibilidad de los menores de 18 años?

–En este espectáculo –recomendado para mayores de 18 años– se habla sin ningún tipo de censura de cualquier tema y algunos quizás no sean muy apropiados para niños. Pablo es archiconocido por la serie 'La que se avecina', que se puede ver en la tele a diario y a cualquier hora y en familia, y tanto los padres como los niños adoran al personaje que representa. Entonces, hay veces que los padres traen a sus hijos a las funciones, eso sí, pocas veces, pero cuando les vemos, dejamos claro durante el show, siempre con tono humorístico, que es bajo la responsabilidad de los progenitores (risas).

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–¿Ha aprendido mucho de su 'partenaire'?

–Hemos aprendido el uno del otro sin darnos cuenta, pero yo he aprendido de Pablo muchísimo. Se ha creado una simbiosis natural, espontánea, tanto dentro como fuera del escenario. Pablo es un actor muy popular y reconocido en nuestro país y, a la vez, es una persona tan maja… Yo espero seguir aprendiendo mucho más de él. Además, la gira nos va fenomenal, aunque es un auténtico 'tetrix' encajar la agenda profesional de Pablo con este espectáculo. En ese sentido, es una gira milagrosa por los compromisos laborales de Pablo, ya que, en mi caso, vivo exclusivamente del teatro.

–¿A quiénes recomendaría no perderse este espectáculo?

–A todo el mundo mayor de 16 años (risas); no dejaría a nadie fuera. La mayoría del público sale encantada. En este espectáculo los espectadores ven al Pablo de verdad, no al de la serie, y en él combinamos dos estilos de humor diferentes. Por otro lado, el tema del coaching siempre ha sido recurrente en mis espectáculos hasta convertirse en uno propio. No es una crítica a las técnicas de motivación, sino una parodia que encanta a los profesionales del coaching que han venido a vernos. Es un soplo de aire fresco que aborden tu profesión con un toque de humor; a mí me encantaría que lo hicieran con la mía, para mí sería una terapia. El espectáculo se anuncia con una duración de hora y media, que sería lo ideal, pero siempre se alarga un poco más; menos, nunca. Aun así, se nos pasa 'volao'.

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–¿Viene a Palencia por primera vez?

–Yo diría que sí y la verdad es que me apetece mucho; tengo muchas ganas de actuar en Palencia.

–Patilargo con corbata mal puesta que alardea de lo imbécil que ha sido en cada etapa de su vida. Así figura en su carta de presentación.

–Eso lo escribimos hace cinco años y ahí se quedó; a lo mejor tendría que actualizarlo (risas). El show con Pablo no tiene nada que ver con mis espectáculos en solitario. De hecho, en 'El anticoach' suelo mencionar algunos errores de mi etapa anterior, siempre con orgullo de haberlos cometido, para convertirlos en risas y así animar a la gente a que haga lo mismo con sus propias experiencias.

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–¿De pequeño también acostumbraba a hacer el gamberro en casa o con los amigos?

–Dedicarme al humor no lo vi venir ni yo mismo. De pequeño era introvertido, reservado y tímido y el enlace con el mundo exterior era la imaginación y la invención. Siempre he consumido mucho contenido relacionado con la comedia, pero jamás hubiera imaginado subirme a un escenario. De hecho, en mis inicios pasaba mucha vergüenza, incluso llegaba a casa con todo el cuerpo con contracturas de la tensión que me provocaba, aunque con el tiempo me he ido acostumbrando a actuar delante del público. El hecho de grabar dos monólogos para Paramount Comedy fue el punto de inflexión de mi carrera como humorista.

–¿Continúa participando en programas televisivos?

–Ahora mismo, no. Intervengo en algunos programas de Cataluña, pero ahora estoy centrado en el teatro, en los directos, que es con lo que más disfruto, aunque estoy abierto a cualquier proyecto audiovisual. Yo soy más cómico de carretera, de bares, de pequeñas salas, aunque ya he pasado a los teatros, que de televisión.

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