Consulta la portada del periódico en papel
Alumnos participantes, con su profesor Pablo Fernández-Merino. Adolfo Fernández

El colegio Filipenses de Palencia cree en el poder curativo de los libros

Alumnos de la ESO del centro se basan en la experiencia de la enfermera que creó la biblioteca en el hospital de campaña de Ifema y concursan en un proyecto sobre biblioterapia

Lunes, 17 de mayo 2021, 08:06

Decía el escritor Günter Grass que hasta los malos libros son libros, y por tanto sagrados. ¿Cómo no guardar respeto hacia unos objetos que acompañan, que curan, que cicatrizan? Después de más de un año de fatiga pandémica, de depresión y de ojos que miran ... al techo, el concurso Es De Libro -que busca los mejores trabajos de investigación en línea de alumnos de ESO, Bachillerato y Grado Medio- ha propuesto la biblioterapia como tema de estudio. Los estudiantes de primer curso de la ESO del colegio Filipense Blanca de Castilla han recogido el guante del certamen. Uno de sus grupos ha presentado un proyecto sobre el mal uso del lenguaje en Whatsapp, y los otros dos se han volcado en descubrir y explicar qué es aquello de la lectura con fines terapéuticos. Uno de esos equipos, el compuesto por Nicolás Iglesias de Godos, Mar Fernández Lorenzo y Rodrigo González Rivero, ha conseguido entrevistar a Ana María Ruiz López, la enfermera que impulsó la creación de una biblioteca en el hospital de campaña de Ifema.

Publicidad

«¿Alguna vez te has sentido tan mal que no has podido encontrar ninguna solución para encontrarte mejor?», preguntan los adolescentes al usuario nada más aterrizar en su presentación. Para divulgar información sobre esta disciplina terapéutica, los tres compañeros llevaron su proyecto más allá: no solo prepararon una cuidada presentación o se esforzaron por encontrar fuentes fiables para sus definiciones, sino que colgaron entrevistas que hicieron a sus profesores, a un librero y a la célebre enfermera. «Se nos ocurrió la idea de hacer entrevistas y aprovechamos para grabarlas entre hora y hora, buscando los huecos en los que ellos podían», resume Rodrigo.

Nicolás muestra satisfecho el volumen 'Libros que salvan vidas'. Ana María Ruiz, que también es conocida por haber entregado un Goya en representación y homenaje a todos los sanitarios, lo escribió a partir de aquella experiencia en Ifema. Sostiene que observó un efecto medicinal de los libros sobre los enfermos. Así, los adolescentes se lo leyeron para documentarse, y subrayan su agradecimiento hacia ella y hacia su ayuda en varias ocasiones, felices de encontrar a una profesional tan «cercana y simpática». Ella también expresó en Facebook todo su apoyo a lo que los niños habían construido: «Espero que ganen», escribió. De ellos recibía, confesó, «unos honorarios emocionales impagables». Por eso, también animaba a asomarse a su página de Genially para comprobar por qué iniciativas así eran «de lo más bonito» que le ha pasado en este tiempo.

El proyecto apunta hacia algunos libros 'biblioterapéuticos' como 'El viejo y el mar' o 'El Principito', aunque los jóvenes anotan que también existen otros más específicos como 'Superar la esquizofrenia', del doctor Edwin Fuller. Los propios autores del trabajo admiten haberse dejado cuidar alguna vez por los libros. «Durante el confinamiento no tenía mucho que hacer y me puse a leer muchísimo porque notaba que me ayudaba a olvidar lo que estaba pasando», cuenta Mar. Ahora se está terminando la trilogía 'Cuentos de Bereth', de Javier Ruescas. «Siempre me ha relajado leer por las noches y siempre he sido de las que se empiezan un libro y lo tienen que terminar», sonríe bajo la mascarilla. Sus compañeros también se han dejado acunar por las líneas de la escritora Laura Gallego o por la serie 'Las pruebas de Apolo', aunque Rodrigo agradece que ahora las librerías estén abiertas porque es «más fácil hacerse con libros nuevos».

Publicidad

Su profesor de Lengua Castellana y coordinador, Pablo Fernández-Merino, los mira con orgullo y valora la creación de contenido de la que han hecho gala los tres amigos: «Han sabido escuchar y recoger muchas ideas que les lanzaba en clase, y han organizado las entrevistas ellos mismos, algo que les ha hecho destacar, aunque el reto es valioso para todos», comenta. «Cada alumno y cada grupo tiene maneras muy diferentes de acercarse a los libros».

¿Y el concurso? En cualquier momento se fallará el premio, que se traducirá en tablets y cheques regalo para los alumnos, el profesor y la biblioteca del centro ganador. La suerte también podría ser para otros centros, o bien para sus compañeros, ya fuera para el grupo de Ángela Burón, Elisa de la Torre y Andrea Díez; o para el cuarteto formado por Mario Miguel, Daniel de Castro, Carlos Franco y Pablo Fernández. «Tenemos claro que nuestro proyecto está bien, pero sabemos que no tenemos todas las posibilidades de ganar, porque hay muchos otros proyectos que no conocemos», desliza un prudente Nicolás. «Si ganamos, obviamente lo vamos a celebrar, pero si perdemos tampoco estaremos tristes, porque sabemos que nos hemos esforzado mucho y que lo que hemos hecho está en Internet para todo el mundo», completa.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

0,99€ primer mes

Publicidad