El Colegio de Enfermería, con 1.180 asociados, renueva la directiva y pide más ratio de profesionales

Patricia Pérez Andrés trabajará con Julio César Andrés Gutiérrez como vicepresidente; Eva Andrés Doyague como secretaria; y Eva Varona Callejo, como tesorera. Como recuerda la presidenta saliente, todo el trabajo gira en torno a una reivindicación, «que se reconozca la labor y la figura de los enfermeros porque tras las loas sociales hacia los sanitarios por su labor durante la pandemia, tuvimos un desgaste muy intenso, y ahora tenemos menos profesionales para dar una mayor asistencia a todo lo que se demoró por la covid más el trabajo actual».

La directiva entrante, que tomará posesión a mediados de este mes de mayo, marcará sus líneas de trabajo, pero todo girará «en continuar con lo que estábamos, que es mejorar la formación, actualiza la profesión para que cada vez los profesionales estén mejor preparados, luchar contra el intrusismo y exigir a las administraciones que la población goce de una asistencia sanitaria de calidad», señala Carmen Bárcena. Además, apunta la presidenta saliente que queda mucho trabajo por hacer por desarrollar concretamente las competencias de la enfermería, «además de implementar la hermana pobre, que es la investigación».

«Velar para que la actividad profesional se adecue a los intereses de los ciudadanos, representar y defender los intereses generales de la profesión, especialmente en sus relaciones con la administración y otras profesiones, velar por la satisfacción de los intereses generales relacionados con el ejercicio de la profesión de Enfermería, promover la constante mejora de la calidad de las prestaciones profesionales de los colegiados, a través de la formación y el perfeccionamiento, cooperar en la mejora de los estudios para la obtención del título que habilita para el ejercicio de la profesión y sus especialidades, y colaborar con las administraciones públicas en el ejercicio de sus competencias en los términos previstos en las leyes», enumera Carmen Bárcena los objetivos del colegio.

«La luche por nuestras competencias es permanente, cada uno debe ocupar su lugar, los técnicos TCUE no son enfermeros, son técnicos y no se debe confundir a la población, cada uno tenemos nuestras competencias», afirma respecto a los antiguos auxiliares, ahora técnicos de cuidados en enfermería.

Asimismo, el Colegio de Enfermería considera insuficiente la ratio de enfermeros por pacientes. En la actualidad, hay 17.500 profesionales en la región, «en torno al 6,1% por cada 1.000 pacientes», mientras que en la Unión Europea la media se sitúa en el 8 y a nivel nacional en el 5. «Necesitaríamos unas 1,9 enfermeras por cada 1.000 pacientes más, alrededor de 3.500 enfermeras, para estar al nivel de Europa, pero estamos a la cola de los países europeos» subraya. «Además hay otro problema importante, que es la distribución del personal, porque hay que saber si la enfermera está haciendo lo que le corresponde solamente o si está haciendo otras cosas que le están quitando tiempo para el paciente, por lo que es muy importante escuchar a los profesionales que están al pie del cañón», plantea Bárcena.

A esto hay que sumarle que muchos profesionales se van a ejercer fuera de la región y del país (12.000 se calcula que están fuera de España trabajando) y que muchos de los egresados que salen cada año no trabajarán en Castilla y León y volverán a sus lugares de origen a desarrollar su labor. «Es una ratio muy por debajo de las necesidades de la población, y se veía venir que la sanidad pública está sin recursos humanos y son los que dan valor a las instituciones. Tenemos que asegurar que haya unas ratios mínimas para dar un buen servicio porque la sanidad es lo primero en el estado de bienestar, y la sanidad debe ser además de calidad», afirma, a la vez que resalta la importancia de contar con enfermeros especialistas geriátricos, fundamentalmente por la población envejecida de Castilla y León, «porque las enfermeras estamos presentes en los cuidados de la vida de las personas mayores, pero a la vez es un trabajo que no está valorado económicamente ni tiene prestidio social», lamenta.

También insta a la población a que se queje, a que proteste cuando debe hacerlo «para que la sanidad progrese, porque es la única manera, con las quejas de los pacientes, de que las administraciones tomen nota de las necesidades», agrega.