Un hombre echa una moneda a una máquina tragaperras. Manuel Brágimo
Palencia

Menos clientes y una recaudación a la baja en el sector del juego privado

El envejecimiento de la población, la pérdida de poder adquisitivo y las apuestas 'online' juegan en contra

Almudena Álvarez

Palencia

Domingo, 15 de octubre 2023, 00:12

No hay duda de que los juegos de azar representan la cara y la cruz de una realidad que se mueve entre el «hagan juego» de las empresas y el «con el juego no se juega» de las asociaciones de jugadores rehabilitados.

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Por una parte, ... los propietarios de bingos, casas de apuestas, salones de juegos, máquinas recreativas y demás establecimientos dedicados a los juegos de azar y las apuestas afirman que el juego sufrió un duro golpe durante la pandemia del que aún no se han recuperado y que recaudación y clientes no acaban de alcanzar las cifras que se registraban en 2020 mientras los costes no dejan de subir.

Y por otro, las asociaciones de jugadores rehabilitados no se cansan de insistir en el incremento constante de jugadores enganchados a todas las modalidades que existen, presenciales y 'online', cada vez a edades más tempranas, y de poner el foco en el pozo negro al que puede llevar el azar si se cruza la línea entre el ocio y la adicción.

Así pues, en una cara de la moneda, los empresarios aseguran que el negocio del juego privado sigue sin recuperarse. En Palencia hay 13 salones de juego, un bingo, 47 cafeterías, siete almacenes de máquinas y 'corners' y un centro de recreo familiar, autorizados por la Junta de Castilla y León, con 932 máquinas recreativas de azar en activo en la capital y la provincia, según recoge la Memoria del Juego de Castilla y León relativa a 2022.

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Y aunque parezca un negocio boyante, los empresarios aseguran que la recaudación ha caído entre un 20% y un 30% –de media un 25%–, con respecto a los números prepandemia y que la caída de clientes, el envejecimiento de la población y la pérdida de poder adquisitivo, los nuevos hábitos de juego online y la competencia del juego público no dejan de jugar en su contra.

Tanto desde la Asociación de Empresarios de Salas de Juegos de Castilla y León (SAJUCAL) como desde la Fundación Social del Juego Privado reconocen que es evidente que el juego 'online' es uno de los factores que incide en esta caída en la recaudación, pero tanto para los empresarios de los bingos como para los propietarios de salas de juegos, el factor fundamental es «la competencia con los productos que ofrece el juego público (SELAE y ONCE)». Así lo afirma Jesús Serrano, secretario de la Fundación Social del Juego Privado que representa a los bingos, que señala que el juego público está experimentando un «crecimiento desmedido» porque tiene ventajas publicitarias y fiscales que no tiene el juego privado. Lo comparte Luis González, secretario de la asociación SAJUCAL, que asegura que frente a lo que se pueda pensar «el juego presencial está hiperregulado en Castilla y León» desde el año 2005 mientras que para «la Once o SELAE todo vale», sin tener en cuenta que «uno de los juegos más adictivos es el Rasca de La ONCE». «No se nos trata igual y pagamos impuestos en Castilla y León» continúa González, mientras reivindica la legalidad de sus negocios y el cumplimiento riguroso de la normativa que regula el juego y las apuestas. «Somos una opción de ocio y entretenimiento, no somos el diablo», afirma con contundencia.

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También el envejecimiento de la población y la despoblación en general están jugando en contra del negocio privado del azar, así como la caída del poder adquisitivo de los ciudadanos debido la inflación en los dos últimos años. «Es cierto que la comunidad autónoma nos ha permitido mantener una fiscalidad bonificada, pero a pesar de eso, continuamos con una caída del 20% respecto a 2020», sostiene Serrano como representante de los bingos.

Sin embargo, desde los salones de juego sostienen que también ha hecho mucho daño al juego presencial privado las tasas que se mantuvieron en Castilla y León durante la pandemia, a pesar de que los establecimientos estaban cerrados, lo que ha ocasionado muchas reclamaciones y pérdidas millonarias que han llegado hasta el Tribunal Supremo. «Castilla y León ha sido la única comunidad autónoma donde ha pasado esto, la única donde hemos pagado las tasas con el establecimiento cerrado, mientras en el resto hubo bonificaciones y condonaciones», asegura González, que insiste en «el enorme daño» que ha hecho esto al sector.

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Tanto que, entre unas cosas y otras, se ha puesto en peligro la viabilidad de los negocios abocando incluso al cierre a más de uno. En Palencia, al menos un salón de juegos ha cerrado en el último año, como recoge la Memoria de la Junta de Castilla y León.

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