Borrar
Los alumnos de segundo atienden en clase. Marta Moras
Coronavirus Palencia: Un día de clase en la segunda ola de la covid

Un día de clase en la segunda ola de la covid en Palencia

El colegio La Salle, con más de 800 alumnos entre Infantil, Primaria y Secundaria, muestra cómo se han adaptado para impartir presencialmente en la pandemia

Domingo, 15 de noviembre 2020, 08:24

Acuérdate de coger la mochila con los deberes y el almuerzo». Así arranca el día de 'cole' de muchos pequeños, instantes antes de abrir la puerta para salir. «¡Y la mascarilla!». Esta última coletilla, tan repetida en los últimos tiempos, se ha convertido en parte de la rutina diaria para salir de casa e ir a clase en plena segunda ola de la pandemia. Ya lo tienen todo listo para comenzar.

El coronavirus ha variado el día a día de todos, desde los más mayores a los más canijos de la casa. La Salle cuenta actualmente con más de 800 alumnos entre Infantil, Primaria y Secundaria. A primera hora entran los estudiantes de ESO y de Bachillerato –a las 8:30 horas–. Sin aglomeraciones, siguiendo las flechas, cada uno acude a su aula. Las modificaciones horarias comienzan quince minutos más tarde, a las 8:45. Es el turno de los de tercero a sexto de Primaria. En filas, ordenadamente y con gel hidroalcohólico que les facilita su profesor. Y los últimos en entrar hacen su aparición en el colegio a las 9:00 –todo Infantil junto con primero y segundo de Primaria–.

La profesora María Jesús Fuentes, con sus alumnos de segundo de Infantil. MARTA MORAS

El patio, lugar favorito de pequeños y no tan pequeños por sus porterías, sus canastas y su espacio de juego, está dividido por unos pivotes y unas cuerdas. Marca hasta dónde pueden llegar los padres para dejar y recoger a los niños, y también delimita los recreos de los distintos aulas –con el objetivo de que no jueguen distintos grupos de convivencia–.

Comienza la jornada. Después de que les tome su profesor la temperatura en la puerta de clase, es hora de quitarse el abrigo y sacar la cantimplora de agua y el gel hidroalcohólico, que cada uno pone en su pupitre. Eso sí, la mascarilla siempre en su sitio. En La Salle es obligatoria desde primero de Primaria, aunque los de Infantil también la suelen llevar todos –aunque muchos pequeños no aguanten demasiado tiempo con ella–.

La clase de segundo de Primaria, en fila en el pasillo para bajar al polideportivo a almorzar. MARTA MORAS

En este curso tan atípico el aula de audiovisuales ya no es eso. Ahora se ha convertido en una clase de Bachillerato. Las sillas iniciales han dado paso a los pupitres de los mayores. La zona de las clases de Bachillerato albergan este año un grupo de ESO y otro de Primaria. Un 'Tetris' de grupos, clases y desdobles. «Reorganizar las aulas y crear más espacio fue bastante complicado», señala Javier Abad, director de La Salle. «También lo fue adaptar todos los grupos de los mayores para que tuvieran la menor movilidad social. Antes mezclábamos bilingües y no bilingües en algunas asignaturas, pues ahora están separados», argumenta, rememorando las reuniones y los protocolos que arrancaron allá por el mes de agosto.

Algunos profesores del centro han optado por ponerse un micrófono delante de la mascarilla para que se les entienda mejor y para no tener que estar forzando la voz tantas horas al día. La tecnología está a la orden del día, por eso todas las aulas –a partir de quinto de Primaria– cuentan con cámaras para retransmitir vía telemática la clase, en caso de que algún alumno tenga que permanecer en cuarentena, haya dado positivo o, simplemente, porque se ponga malo por otra causa y tenga que quedarse en casa. A través del ordenador, con la plataforma Sallenet, sigue la explicación y no pierde materia.

Estudiantes en el recreo por grupos. MARTA MORAS

«Estamos dando clases de refuerzo a los niños que han pasado de cinco años a primero de Primaria, haciendo hincapié en la lectoescritura y en las matemáticas », afirma Javier Abad, señalando un pequeño aula en el que está un alumno leyendo con la profesora. Y es que el confinamiento de marzo ha provocado que los alumnos tenga un nivel muy dispar.

«A ver, el de polis y cacos, pero los que no han hablado aún», señala Marifé a sus alumnos, de segundo de Primaria A, que dentro de pocos minutos podrán bajar al recreo. La clase de B sale antes al pasillo, con las mascarillas, con el abrigo sin atar que hace bueno, se van colocando en fila, pegados a la pared y mirando hacia la escalera, como marcan las flechas del suelo. Todos llevan el almuerzo en la mano. Es otra de las novedades de estos grupos.

Los primeros días del inicio del curso cada uno almorzaba en su mesa, pero era imposible evitar que alguno se volviera y hablase con el de atrás o el de al lado, mientras daba un mordisco al bocadillo o se metía una galleta en la boca, sin mascarilla, claro. Por eso, ahora almuerzan en el polideportivo, sentados en las gradas, cada uno a distancia del compañero. Y en cuanto acaban con el tentempié, mascarilla de nuevo y a jugar.

El patio está dividido para que se mantengan distancias entre las clases. MARTA MORAS

En el patio de fuera, mientras, juegan los alumnos de quinto y sexto de Primaria. Dividido en varias zonas y partido por los pivotes y las cuerdas, no se oyen los ruidos de los balones, al botar o al dar una patada, no hay el típico 'pásamela' o 'goooool'. «Me da mucha pena que no puedan jugar con balones», reconoce el director del colegio. Una vez más, la pandemia. Pero, entre todo lo malo, aparece algo bueno. Un grupo de compañeros juegan en círculo a saltar una cuerda. «Algo impensable hace un año», afirma, señalando a los chicos con una sonrisa. El profesor de Educación Física les ha pedido una comba individual para que se ejerciten en clase, y han encontrado la manera de jugar todos juntos con ella.

Este curso, no hay centro educativo sin equipo covid. «Lo forman varios trabajadores del colegio. Están los jefes de estudio, el secretario, la recepcionista... Y yo también entré en el equipo cuando saltó el primer caso», argumenta. Actualmente permanece confinada un aula de Infantil –es el segundo grupo de convivencia que tiene que ponerse en cuarentena desde septiembre– con once positivos en total, entre los alumnos, la profesora titular y la de prácticas.

Este curso no ha habido hinchables para la fiesta de Halloween ni otras celebraciones multitudinarias en el patio

«Todo el procedimiento tras conocerse un positivo se alarga por la burocracia», afirma. Sanidad advierte a Educación Provincial, que llama al centro para avisar del caso covid –aunque la mayoría de las veces ya lo han notificado las propias familias–. Y ahí comienzan los documentos, anexos, los contactos estrechos y las PCR. Otra rutina de este curso.

Más allá de pruebas, resultados y cuarentenas, el colegio ha tenido que dejar de hacer muchas actividades, con las que disfrutaban grandes y pequeños cada año. No ha podido celebrarse la fiesta del Magosto, con sus correspondientes colas para disfrutar de un cucurucho de castañas recién asadas, mientras los niños corretean todos juntos por el patio. Tampoco este curso ha habido hinchables por Halloween en el polideportivo con los pequeños disfrazados y sudando, de un lado para otro. Ni foto de clase, con todos los compañeros juntos, sonriendo a la cámara.

Es el curso de la covid, el de las medidas y las distancias. Pero grandes y pequeños siguen aprendiendo día a día en su pupitre y ante sus profesores, que continúan dando lo mejor de sí mismos. Llega la hora de salir, han acabado las clases de hoy. Unos pocos –este curso menos– se dirigen al comedor. El resto, por turnos y en fila, van apareciendo en el patio, con sus mascarillas y con una sonrisa escondida, porque han aprendido, se han divertido y han jugado con sus amigos.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Premios Goya

La quiniela de los premios Goya 2025

Equipo de Pantallas, Oskar Belategui, Borja Crespo, Rosa Palo, Iker Cortés | Madrid, Boquerini, Carlos G. Fernández, Mikel Labastida y Leticia Aróstegui

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elnortedecastilla Un día de clase en la segunda ola de la covid en Palencia