Cigüeñas por San Blas... y naranjas

Esta festividad es también muy especial para los niños, que después de la Eucaristía, el sábado cumplieron con la tradición de ‘rodar la naranja’. Pese al frío, participaron en esta costumbre una veintena de jóvenes. Algunos eran muy pequeños, otros ya habían hecho la comunión, pero todos se divirtieron jugando con su cítrico hasta que se rompió. Por su parte, las hermanas clarisas endulzaron la jornada con la venta de un bollo conocido como ‘cuello de san Blas’, a la puerta de su edificio, a escasos metros donde correteaban los escolares.

El origen de esta curiosa actividad se remite a una leyenda que narra una visita del Cid Campeador a Carrión de los Condes. Esta comienza con la llegada de Rodrigo Díaz de Vivar a la localidad para encontrarse con sus hijas, que estaban emparentadas con los infantes carrioneses. El Cid traía naranjas para sus hijas, pero las acabó tirando porque no las localizó, lo que provocó que los vecinos, sobre todo los más jóvenes, se agacharan para recogerlas. El relato añade que de los gritos que dió don Rodrigo, se quedó sin voz, pero que pasó por el conventos Santa Clara antes de marcharse y curó sus dolencias, de ahí que esta fruta y las reliquias del santo estén unidas en este municipio jacobeo.

No obstante, está demostrado que este relato no se ajusta a la realidad histórica, ya que las hijas del héroe castellano no se casaron con los nobles de Carrión, como indica el Cantar del Mío Cid, y el citado monasterio no se fundó hasta el siglo XIII, mientras que el burgalés que dominó la capital del Turia falleció dos centurias antes, por poner algunos ejemplos.