Cevico de la Torre: tres pinchazos, cero casos de covid

Esperando completar el ciclo de dosis estaba desde primera hora de la mañana Áureo López, que tuvo el honor de ser el primer vacunado de toda la comunidad. A sus 89 años (umplirá los 90 el próximo 11 de marzo), este palentino estaba expectante ante la llegada de los enfermeros. «Nunca pensé que llegara a esta edad», explicaba asombrado Áureo, que ya no se olvidará de tres fechas claves más en su vida. «Aún recuerdo la fecha de la primera dosis el 27 de diciembre y de la segunda el 17 de enero», señalaba este residente que a partir de ahora sumará también la fecha del 24 de septiembre.

Durante los días previos a la primera dosis, Áureo López se dedicó a animar a sus compañeros porque eran reacios a la vacuna. «No adelantábamos nada con vacunarnos si el resto no lo hacía, pero al final se concienció todo el mundo. Tuve un poco de dolor de cabeza, pero eso solo fue el primer día, después ya nada. Además, vacunarse está bien para todos. Gracias a eso aquí en la residencia no ha habido nada», reconoce. Y es que la residencia de Cevico de la Torre también cuenta con ese honor.

Atrás quedan los días grises encerrados en la residencia sin poder salir. Medidas estrictas que han mantenido a los usuarios de la misma sin enfermar a causa de la covid. «Estuvimos mucho tiempo sin poder salir. A los que como yo estamos ágiles aún se nos cayó el mundo cuando nos dijeron que no podíamos salir, menudo frenazo. Con esas medidas hemos conseguido que en la residencia no hubiese un solo caso, aunque después de un año entero sin andar, las piernas se han quedado entumecidas, pero todavía sigo dando mis paseos».

Aunque la pandemia ha marcado la vida de este palentino, no ha sido ni mucho menos lo peor que ha vivido. «Durante la posguerra no comías ni el pan que querías. No entiendo que existiese aquella falta de alimento si solo había trigo. Lo exportaban y nosotros, a pasar hambre. Que no vuelvan esos tiempos. Ahora no nos falta la comida ni el aseo. Parece que de un extremo pasamos al otro», reconoce.

La directora general del centro, Amada de Salas, reconoce que los usuarios de la residencia fueron un referente para las posteriores vacunaciones en toda la comunidad. «Estamos orgullosos de haber sido los primeros. Hemos estado escuchando todo el verano que no hacía falta una tercera dosis y nos hemos encontrado con que al final era necesaria. Además este verano tuvimos casos cercanos y por prudencia, nos pareció importante tomar precauciones y suprimir las visitas para impedir la propagación del virus dentro y se ha demostrado que al final funcionó» explica la directora. «Con la primera dosis hubo muchas incertidumbres pero ahora no hay nada que pensar. Se ha demostrado que es eficaz. Es necesario que estemos tranquilos y que la gente esté segura. Es probable que tengan que ir poniendo dosis de recuerdo en un futuro», afirmaba.

A sus 97 años (98 dentro de un mes), Teresa Asensio aseguraba no haber notado el pinchazo. «He tenido de todo en la vida y ahora no me falta de nada», reconocía la usuaria tras recibir la tercera dosis. «Vacunarse no es nada del otro mundo y es necesario que todos lo hagan. Tenemos que seguir hacia adelante por la gente que queremos», explicaba Teresa que como el resto de los 83 usuarios recibían este viernes la tercera, y de momento última, dosis de la vacuna.