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Elsa Gutiérrez coloca unos trajes de Primera Comunión en el escaparate de Cres, en la Calle Mayor. Manuel Brágimo

Palencia

La celebración de la comunión recupera la normalidad y dispara su coste a 3.000 euros

Este acto supone un auténtico desembolso de dinero para las familias que llevan meses preparando el gran día

Carmen Aguado

Lunes, 8 de mayo 2023, 00:52

Primer fin de semana de mayo y, como es tradición, Palencia inaugura el mes en el que se celebra un mayor número de primeras comuniones. Una ceremonia que, además de ser muy especial para los niños, también lo es para sus padres y resto de ... familiares, quienes esperan con la misma ilusión que ellos la llegada de este día tan emotivo.

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La importancia que tiene para las familias la celebración de este sacramento supone también un importante desembolso económico que, en el caso de Palencia, asciende a los 3.517 euros de media por familia, aunque varía en el caso de cada una de ellas, dependiendo del precio de los servicios que contraten.

El traje o vestido es una de las partidas a las que más dinero se destina y es, además, uno de los elementos esenciales de la celebración y al que más importancia dan los padres. Uno de los elementos clave de la celebración que, cada año, se va adquiriendo con una mayor previsión de lo que se venía haciendo.

En los últimos tiempos y a consecuencia de la pandemia, las familias habían comenzado a dejar para los últimos meses los preparativos, sobre todo por la incertidumbre reinante debido al virus. Pero este 2023 ya se ha recuperado la normalidad total y las tiendas de ropa han vuelto a percibir que los clientes quieren tenerlo todo listo unos meses antes de la ceremonia.

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Procesión del Corpus Christi del año pasado en la capital. M. B.

«Hemos empezado a vender a partir de octubre, antes que ningún año y con mucha diferencia. Se ha vuelto a la previsión que tenían las familias antes de la pandemia y estas quieren tenerlo todo cuanto antes, aunque siempre hay alguien que viene a última hora», explica Ruth Lozano, de la tienda Módena.

Como cada año, las tendencias van cambiando y, por tanto, su oscilación también lo hace. Para este año, esta se encuentra entre 165 y los 572 euros en el caso de las niñas, y entre 150 y 423 euros en el caso de los niños. Aunque ya hay familias que optan por aprovechar el de algún familiar o alquilarlo, lo cierto es que todavía la gran mayoría prefiere comprarlo.

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«Cada vez vendemos más vestidos cortos porque hay niñas que los prefieren así y para ellas son más cómodos. Los tradicionales se venden igual de bien todos los años, pero cada vez les gusta más distinto. Este año se han llevado más vaporosos, aunque hay quien compra el de toda la vida y clásico», señala, por su parte, Mari Mar Gutiérrez, de Cres Moda.

Tendencias que van variando en moda de niñas, pero también de niños y que este año han optado por trajes de color de hilo granate o verde turquesa. «Hay miles de combinaciones disponibles tanto en trajes de almirante como en trajes de calle para aquellos que prefieren optar por algo así», agrega Mari Mar Gutiérrez.

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El regalo de los abuelos

En las tiendas de moda destacan que, desde hace unos años, gran parte del peso de la elección recae sobre los propios protagonistas, que son quienes eligen lo que más les gusta para llevar en ese día tan importante. Aunque hay cosas que no cambian y los abuelos siguen siendo en muchas ocasiones quienes compran el vestido o traje como regalo.

«El 90% de los vestidos y trajes que vendemos los pagan los abuelos. Es su ilusión y lo hacen encantados. De hecho, muchos de ellos ya habían comprado aquí también la ropa de sus hijos y ahora lo hacen de igual forma para sus nietos, por lo que la emoción para ellos es doble», destacan desde Cres Moda.

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Una cifra a la que hay que sumar los correspondientes complementos en ese día tan especial para los pequeños de la casa, como son las medallas, las biblias, los relojes, los bolsitos limosneros, los adornos para el pelo, los anillos, los zapatos, los calcetines o, también, la ropa interior.

«Hubo un tiempo en el que complementos como los bolsitos y limosneras cayeron bastante, pero ahora los están volviendo a pedir. Tanto cortitos como largos que ya se cruzan. En cuanto al pelo, lo que más se lleva son las coronas. Antes los hacían los prendidos y las diademas», asegura Ruth Lozano.

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Un presupuesto previo adaptado a cada economía familiar

Desde la Unión de Consumidores de Palencia (UCE) recomiendan elaborar un presupuesto previo acorde con las posibilidades económicas de cada familia y ceñirse a él todo lo posible. Así se pueden evitar excesos y endeudamientos innecesarios. Además, también se decantan por introducir en el presupuesto los gastos previstos y un margen para posibles añadidos.

UCE Palencia explica que no hay que dejarse influir por los reclamos publicitarios ni por el consumismo cada vez más presente en este tipo de celebraciones.

Es importante valorar la relación calidad-precio en todos los productos y servicios y, para ahorrar, es muy conveniente comparar lo que cuesta en distintos establecimientos. La organización también asegura que es importante adquirir cada artículo necesario en la tienda más económica y no realizar toda la compra en un mismo establecimiento, reservar el banquete con antelación y no recurrir a créditos rápidos, ya que aumentarán el endeudamiento familiar.

La tendencia, como en años anteriores, son los tocados estrella para el pelo de las pequeñas de la casa, que siguen siendo las coronas de flores y, para los niños, la pajarita antes que la corbata. A todo ello hay que sumarle también el gasto aparte que supone la peluquería para todos los miembros de la familia. Un corte de pelo para un niño supone unos 18 euros y para una niña, 50.

En toda ceremonia religiosa no puede faltar la presencia de uno o varios fotógrafos que inmortalicen un día tan especial y dejen un recuerdo de toda la jornada festiva, por lo que este se ha convertido en uno de los servicios esenciales para todas las familias. El presupuesto final asciende a unos 500 euros de media.

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Durante este último año y en comparación con el pasado, lo que más se ha encarecido ha sido el precio del convite, debido al incremento tanto en los alimentos y materias primas como también de la luz y el gas. Algo que también ha animado a las familias a reducir el número de invitados.

La mayoría de los restaurantes de la capital cuentan con reservas para el mes de mayo de año en año, ya que la mayoría de los padres en cuanto son informados de la fecha de la comunión reservan directamente el convite, por lo que es prácticamente imposible poder encontrar un lugar en el que celebrarlo con menos de un año de antelación.

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El precio por cubierto para este día es de unos 65 euros para los adultos y el del cubierto infantil, de 38. Todo ello dependiendo de lo que se contrate y del lugar en el que se celebre, ya que hay todavía quien decide hacerlo en una finca o casa familiar, mientras que otros quieren celebrarlo con un vino español que incrementa el coste hasta los 425 euros.

Los trajes, para niñas entre 165 y 572 euros y en el caso de los niños, entre 150 y 423, se han vendido con mucha antelación

Dentro de esta misma celebración, cada vez son más las familias que contratan un servicio de animación infantil. Este servicio puede conllevar la contratación de uno o varios profesionales para amenizar la fiesta con espectáculos. Y hay quienes incluyen castillos hinchables o un 'photocall', por lo que el coste dependerá de las horas contratadas, rondando los 50 euros por hora.

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Los regalos para los niños de primera comunión también han cambiado en los últimos años, ya que mientras antes se prefería regalar una joya, ahora los padres deciden comprar a sus hijos aparatos tecnológicos o organizar un viaje a algún tipo de parque temático como Disneyland París.

Por su parte, los regalos destinados a los invitados también han ido evolucionando y ya quedan lejos los tradicionales recordatorios que han sido sustituidos por otro tipo de detalle que sirva para conmemorar este día. Hay padres que optan para que los familiares recuerden este día tan especial por personalizar ropa, accesorios o algún objeto.

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Pedro Brouilhet, párroco de San Antonio, con unos niños tras la catequesis. Manuel Brágimo

Dos años de preparación religiosa para el gran día

La celebración de la primera comunión tiene lugar después de dos años de preparación por parte de los niños para recibir este sacramento. Tras dos cursos acudiendo a catequesis, tanto los párrocos como los catequistas de las iglesias palentinas comparten con las familias la importancia que para ellos tiene este día. En la parroquia de San Antonio comenzaron este domingo las primeras comuniones y se extenderán hasta finales de mayo cuando reciban el sacramento el último grupo de niños de nueve años, que, desde hace dos, se están preparando junto al sacerdote de la Iglesia, Pedro Brouileht, y sus catequistas.

«Ya con la normalidad absoluta hemos recuperado más niños en cada grupo y en cada celebración. Solo podemos sentir gratitud de ver cómo los chavales han recibido estos valores humanos y cristianos y se han preparado para recibir por primera vez a Jesús», reconoce Pedro Brouileht.

Este año en San Antonio tomarán por primera vez la comunión un total de cincuenta niños repartidos en grupos de una media de entre doce y catorce niños por ceremonia. Todos ellos tienen nueve años y, aunque en muchos casos no pertenecen al barrio de San Antonio, sí que tienen un vínculo por la parroquia, lo que anima a las familias a elegirla para este día.

«Estamos muy ilusionados, después de dos años tenemos muchas ganas. Mi hijo acaba de hacer nueve años y lo espera con mucha emoción y con ganas de que salga todo bien. Nosotros no somos de San Antonio, pero nuestra otra hija también se preparó aquí y nos gustó mucho y por eso hemos querido repetir otra vez», afirma Julio Rubio.

Los catequistas son también clave dentro de toda esta preparación, ya que son los que han acompañado a los niños durante todo este proceso. Una de ellas es Nuria Ibáñez, quien lleva casi quince años impartiendo catequesis y es una de las que este año ha preparado a los niños de segundo curso, los que reciben la primera comunión en la parroquia de San Antonio.

Recibir a Jesús

«Es cierto que cuando empiezan están muy pendientes de si ese día va a haber regalos, pero luego van descubriendo la verdadera importancia de ese día que, además de recibir a Jesús, es sentirse protagonistas de lo que está pasando y poderlo vivir con toda su familia», destaca Nuria Ibáñez.

Desde la Iglesia de San Antonio recalcan la buena relación que se establece en la comunidad con una comunicación constante entre ellos y un fantástico ambiente entre todos. «Se establece una relación muy familiar y además luego muchos de ellos continúan con nosotros», concluye la catequista.

En esta parroquia de la capital se puede seguir con la formación gracias al movimiento de acción católica, que permite que los niños nada más tomar la comunión puedan seguir vinculados de esta forma con la Iglesia y sigan reuniéndose con el mismo grupo tiempo después de haber recibido los diferentes sacramentos.

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