La catedral de Palencia abre mañana por obras

Las obras se han convertido desde septiembre del pasado año en todo un engorro para el visitante de la catedral de Palencia. Los andamios han tapado los elementos principales de la seo, el ruido de las máquinas ha roto la quietud del templo y no se puede acceder a varias zonas porque los operarios se encuentran trabajando en la restauración. Pero las labores de rehabilitación no solo van a dar problemas a los turistas que decidan conocer la Bella Desconocida y es que, desde mañana y hasta el 8 de diciembre, los andamios dejarán de ser un contratiempo para convertirse en todo un aliado para aquellos que se acerquen a Palencia hambrientos de arte y cultura.

Las estructuras metálicas que se han instalado en el crucero servirán para que los visitantes suban por un ascensor de obra a 22 metros de altura, hasta las labores de restauración de las cúpulas, donde restauradores de las dos empresas que están llevando a cabo las obras se encargarán de explicar a grupos de un máximo de 12 personas las actuaciones que se están llevando a cabo para engalanar la Catedral antes de 2021, fecha en la que el templo cumplirá 700 años.

Ver las cúpulas a una altura de 22 metros es todo un privilegio, pero lo más espectacular de esta visita, bautizada bajo el nombre 'Descubre las obras', es la posibilidad que ofrece al visitante de contemplar las piezas pictóricas y escultóricas del retablo mayor de la catedral a una distancia de unos dos metros. Y es que, tan solo Gregorio Fernández, Alejo de Vahía, Juan de Valmaseda, Felipe Vigarny y pocos afortunados más han podido ver hasta ahora las piezas del altar mayor de la catedral a una distancia tan corta, en la que se aprecia perfectamente el trabajo de los artistas.

Los visitantes bajarán los 22 metros del andamio por una escalera de obra con 99 peldaños en la que se han instalado tres miradores en tres alturas que se corresponden con el Cristo de Juan de Valmaseda, con la Asunción de Nuestra Señora de Felipe Vigarny y con el San Antolín de Gregorio Fernández. Esta es una oportunidad única para conocer la catedral desde un punto de vista distinto, y para atender toda la demanda que se espera se han programado cada día seis pases –dos en horario de mañana y cuatro de tarde– para todos los jueves, viernes y sábados hasta el 8 de diciembre. No obstante, la organización no descarta aumentar los pases si las reservas superan a las previsiones, que señalan que 5.000 serán las personas que pasarán por los andamios durante los más de cuatro meses que el templo estará 'abierto por obras'.

Aquellos que decidan realizar esta curiosa visita deberán firmar un protocolo de acceso en el que se exige a los visitantes llevar puesto el casco durante todo el recorrido, así como calzado adecuado para caminar por las obras. Y es que, el itinerario es cautivador, pero no es apto para todos los públicos, ya que la altura a la que se asciende no es recomendable para personas con vértigo y la entrada está prevista para mayores de 18 años y menores de entre 12 y 18, acompañados de adultos.

La visita a las obras se realizará en pases con una duración máxima de 45 minutos que se llevarán a cabo en grupos de hasta doce personas. Aquellos que estén interesados en vivir esta experiencia de altura deben formalizar una reserva, bien de forma telemática a través de la web de la catedral, o bien de manera presencial en la propia seo.

En la tarde de ayer se realizó un pase para la prensa y hoy se inaugurará esta iniciativa de forma oficial con la presencia de diferentes representantes políticos del ámbito local, provincial y regional. La Bella Desconocida estará abierta por obras a partir de mañana y los visitantes podrán disfrutar de un recorrido único del que solo se podrán llevar sus recuerdos ya que, por seguridad, está prohibido hacer fotos y grabar vídeos durante la visita. «No nos podemos arriesgar a que alguien se caiga por estar haciendo un selfi y por eso hemos decidido prohibir tomar fotografías desde que se sube al ascensor hasta que se baja el último peldaño», explicó ayer el delegado diocesano de patrimonio, José Luis Calvo Calleja.