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'A todo cerdo le llega su San Martín', reza la castellanía popular, que atribuye el inicio de las fechas de la matanza allá por ... el mes de noviembre, teniendo otro de los momentos claves para el sacrificio del gorrino el 17 de enero, festividad de San Antón Abad. Sin embargo, varias localidades de la provincia de Palencia aprovechan el mes de marzo para celebrar las tradicionales fiestas de la matanza, buscando una mejor temperatura y aprovechando los límites legales para realizar la matanza domiciliaria, que finaliza este mes primaveral. La Fiesta de la Matanza también llegó a Castrillo de Don Juan, con gran acogida entre los vecinos que desafiaron a la lluvia para disfrutar de un animado fin de semana.
Castrillo de Don Juan se vistió de fiesta el sábado para celebrar su XVIII Jornada Gastronómica de la Matanza, organizada por la Asociación Cultural y Deportiva 'San Antonio de Padua', en colaboración con el Ayuntamiento de la localidad. «Este tipo de fiestas congregan a numerosos vecinos y sirven para mantener la tradición heredada de nuestros mayores, lo que nos permite disfrutar de un día de convivencia y hermandad unido a los productos que nos ofrece el cerdo. La colaboración de todos los vecinos es muy positiva, lo que nos anima a seguir apostando por este tipo de actividades. El cerdo forma parte de la historia de nuestros pueblos y ha servido como sustento para nuestras familias, por lo que es importante reivindicar estas fiestas y que los jóvenes conozcan todo el proceso relacionado con la matanza», destacó Mariano Antolín Niño, presidente de la asociación en este municipio de Palencia. De hecho, este colectivo trabaja activamente durante todo el año para dinamizar la vida socio-cultural de Castrillo de Don Juan.
Los actos comenzaron la víspera de la fiesta en la Plaza de Castilla y León. A primera hora de la tarde, un grupo de mujeres se reunió para pelar las patatas y preparar la comida de hermandad que congregó a más de trescientos vecinos.
La Fiesta de la Matanza contó con varios actos festivos. Desde primeras horas de la mañana, numerosos vecinos se aglutinaron en la plaza para colaborar en las diversas tareas de la fiesta. Como es tradición, la asociación preparó un buen desayuno compuesto de café, orujos típicos de la localidad, pastas caseras y rosquillas. Todo ello animado por la música típica de la tierra, destacando las canciones compuestas por el castrillero José Antonio Gómez, que evocan los sentimientos propios de su pueblo natal. A media mañana, decenas de vecinos aguardaban impacientes los bocadillos de panceta. Un total de 260 bocadillos sirvieron como almuerzo.
El acto central de la fiesta gastronómica fue la comida de hermandad celebrada en La Panera, que reunió a centenares de vecinos. Los castrilleros degustaron un menú típico castellano elaborado por varios vecinos durante la mañana. Costillas con patatas y parrillada de lomo y otras partes nobles del cerdo hicieron las delicias de todos los comensales, que además disfrutaron del pan y el vino de la tierra. Como colofón, una agradable sobremesa regada con orujos y pastas artesanas, que se prolongó en un ambiente familiar que congregó a numerosos vecinos. Todas las viandas se asaron al aire libre por miembros de la asociación.
En la comida se emplearon más de 30 kilos de costillas de cerdo adobadas, 20 kilos de costillas frescas, 50 kilos de filetes de aguja de cerdo, 20 kilos de panceta, 120 kilos de patatas, 20 kilos de pimientos rojos y verdes y 8 kilos de cebollas, entre otras viandas. Los voluntarios lucieron unos vistosos delantales realizados por la asociación.
Implicar a los más pequeños
Con el fin de preservar la tradición, niños y mayores participaron en la elaboración tradicional de chorizos. Un total de 15 kilos de picadillo fueron amasados días previos para proceder a la elaboración de chorizos frescos siguiendo el método transmitido de generación en generación.
La sobremesa contó con un animado monólogo y un bingo musical. Por la noche, los castrilleros continuaron con la diversión gracias a la música de Juan Sinde, prolongando la fiesta hasta altas horas de la madrugada, en un ambiente de hermandad y buena armonía. Un año más, los castrilleros han disfrutado de unas jornadas gastronómicas relacionadas con la matanza que han congregado a centenares de vecinos.
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