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La llegada del otoño y poco a poco del frío se traduce en horas de calefacción de combustible o en calentadores eléctricos para mantener las viviendas a una temperatura ya no alta, pero sí habitable. El incremento del precio de las energías, unido a la guerra entre Rusia y Ucrania, con los consecuentes problemas de suministro de gas a Europa, preocupan y afectan a muchas familias, a la vista de la llegada del invierno.
«Las rehabilitaciones se han incrementado desde la pandemia, después de que la gente pasase tanto tiempo en casa y viese muchas pegas y cosas que mejorar. Pero desde que han subido los combustibles, mucho más», argumenta David García, delegado en Castilla y León de la Plataforma de Edificación Passivhaus. «A nivel europeo se pretende reducir los gases. Si no consumimos calefacción, reducimos el CO2. Ahora se construye cada vez más eficientemente», agrega.
Este tipo de construcciones se caracterizan por ser como un termo, que son capaces de mantener el calor durante mucho tiempo en el interior. «Las viviendas que no están aisladas pierden el calor, así que lo primero es reducir las pérdidas para hacerlas lo más eficientes posibles», argumenta David García. Lo más importante es aislar las zonas que están en contacto con el exterior, como las paredes que dan a la calle, los suelos si es una planta baja y los techos en las últimas. Esto se consigue con poliestileno en las paredes o incluso con pladur. «Las ventanas también son más estancas que antes, que por ahí se perdía mucha energía», argumenta.
Las ayudas para la mejora de eficiencia energética de la Junta llegan a las rehabilitaciones de pisos, viviendas o unifamiliares, con el objetivo de «contribuir a la lucha del cambio climático, ayudar a las familias con el ahorro de consumo, mejorar la calidad de vida de los habitantes de los inmuebles y reactivar el sector y lograr la creación de empleo a corto plazo», explica el delegado de la Junta, José Antonio Rubio Mielgo.
Carmen Álvarez ha pedido estas ayudas para rehabilitar su piso en Palencia y lograr el ahorro energético. «Entre las actuaciones para optimizar el aislamiento, se va a mejorar la envolvente térmica, además de cambiar las ventanas por unas mejores que no dejen escapar el calor», explica David García, que incide en que para optar a estas ayudas de la administración regional es necesario «comunicar el estado de la vivienda y lo que se va a hacer para mejorar el consumo de la energía del edificio».
El delegado de la Plataforma Edificación Passivhaus subraya que su casa posee unos paneles fotovoltaicos en el tejado, algo viable para viviendas unifamiliares o comunidades de vecinos. Así, puede calentar su vivienda de casi 200 metros con tres toalleros que casi no utiliza y dos sistemas de aerotermia. «Todo el consumo es eléctrico y pagamos 17 euros al mes. Sin los paneles fotovoltaicos el precio tampoco superaría los 30 o 40 euros», subraya.
La Junta de Castilla y León presentó ayer en Palencia sus tres líneas de ayudas, a través de la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, para la mejora de la eficiencia energética, el alquiler de vivienda y la mejora de la accesibilidad.
Las ayudas para mejorar los aislamientos, la eficiencia energética y no tener que utilizar tanto combustible para calentar las viviendas se abrieron el pasado 8 de julio, y continuarán hasta el 30 de junio del año que viene tanto para viviendas como unifamiliares o comunidades de vecinos. El objetivo es reducir el consumo en los hogares con una serie de actuaciones de rehabilitación de inmuebles ya construidos. Las solicitudes serán estudiadas según el orden de entrada y también se apoyará la redacción del libro del edificio existente.
El 1 de diciembre (y hasta el 31 del mismo mes) comienza el plazo para solicitar las subvenciones al alquiler, que el año pasado pidieron 744 personas en Palencia. Este apoyo económico, que supera los 16 millones, lo pueden pretender los mayores de edad con contrato de alquiler de vivienda en vigor o habitación –la novedad de este año– , siempre y cuando sea la residencia habitual.
Los ingresos tienen que situarse entre 0,5 y 3 veces el Iprem (Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples). La cuantía se ha incrementado al 50%, al 60% si son menores de 35 años y hasta al 75% en el medio rural para fomentar el asentamiento en la provincia.
La mejora de la accesibilidad a las viviendas, cuya construcción tiene que ser anterior a 2006, fomenta la instalación de ascensores, rampas o incluso productos de apoyo como grúas, con un importe de dos millones. También es posible mejorar la comunicación con dispositivos electrónicos como videoporteros. Un total de 248 viviendas se beneficiaron de esta ayuda el año pasado.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
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