!['Los desposorios de la Virgen' (siglo XVI), de Felipe Vigarny.](https://s1.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202106/29/media/cortadas/LUXCarrionCondes30-kPB-U140872651062KZB-1248x770@El%20Norte.jpg)
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Almudena Álvarez
Palencia
Martes, 29 de junio 2021, 11:55
La XXV edición de Las Edades del Hombre LUX ha abierto oficialmente sus puertas este martes en Carrión de los Condes, en una edición marcada por la pandemia de la Covid-19, en la que la localidad palentina comparte sede con Burgos y Sahagún ( ... León). La nueva edición de la exposición, organizada por la Fundación Edades del Hombre, se ha planteado como un proyecto territorial que recorre las tres provincias castellano y leonesas por las que transcurre el Camino de Santiago Francés y está hilvanada por dos grandes acontecimientos, el VIII Centenario de la colocación de la primera piedra de la Catedral de Burgos y la celebración del Año Santo Jacobeo, donde se construyeron múltiples templos dedicados a la Virgen María. Por eso el relato tiene como hilo conductor la figura de la Virgen María, presencia constante por las advocaciones marianas de muchas de las catedrales y de multitud de iglesias, ermitas y monasterios que jalonan la Ruta Jacobea, tal y como señalo ayer el secretario técnico de la Fundación, Enrique Martín, antes de iniciar un recorrido para la prensa en el día previo a la inauguración.
Por eso, la iglesia de Santa María del Camino y la iglesia de Santiago de Carrión de los Condes, dos de las cinco sedes de la vigesimoquinta edición, acogen tres capítulos de LUX: 'Ave, María', 'Tota Pulchra' y 'Virgo et Mater', con medio centenar de obras, que bajo el epílogo 'Ecce Mater Tua' están dedicados por completo a la Virgen María.
De esta manera, en la localidad palentina se muestran piezas maestras del arte de Pedro Berruguete y su hijo Alonso Berruguete, Alejo de Vahía, Fernando Gallego, Diego de Siloé, Felipe Vigarny o Gregorio Fernández, además de otras medievales de una gran importancia artística y religiosa, y piezas contemporáneas creadas por «una pléyade de artistas que van a garantizar el éxito de esta edición porque son grandes maestros que estarán expuestos en Carrión de los Condes», aseguraba ayer José Luis Calvo, delegado diocesano de Patrimonio y comisario de la exposición en Carrión de los Condes.
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Piezas de gran importancia artística y religiosa en su conjunto, realizadas entre los siglos XIII y XXI, por grandes artistas de Castilla y León, algunos muy relacionados con la diócesis de Palencia. Esculturas, pinturas, textiles y hasta un libro de horas y un nacimiento Napolitano, cedidas por catedrales, colegiatas, conventos, cofradías y museos, que enriquecen la exposición de Carrión de los Condes, donde la figura protagonista es la Virgen María.
En concreto, en la iglesia de Santa María del Camino, que fue construida en el siglo XII junto a la puerta medieval de entrada a la ciudad y a pocos pies de la muralla, se exhiben dos capítulos, los titulados Ave María y Tota Pulchra, con 22 obras, mientras que la iglesia de Santiago, una de las más antiguas de la ciudad, construida en el siglo XII en plena ruta jacobea, muestra el tercer capítulo, Virgo et Mater (Virgen y Madre) compuesto por otras 28 piezas.
IGLESIA DE SANTA MARÍA DEL CAMINO. CAPÍTULOS UNO Y DOS
El recorrido arranca con el cartel anunciador de Lux, que reproduce una vidriera del convento de Las Úrsulas de Salamanca, y recibe al visitante a la entrada de Santa María del Camino, iniciando una visita en que van a estar muy presentes el color azul y el blanco, muy relacionados con la Virgen y las telas transparentes que construyen un relato expositivo abierto que no impide admirar la arquitectura de este templo, el más antiguo de los que se conservan en Carrión.
PRIMER CAPÍTULO, AVE MARÍA
Dentro de la iglesia, el primer capítulo, Ave María, está dedicado a la narración evangélica de la Anunciación o Salutatión y lo componen una serie de Anunciaciones, entre las que destacan las del escultor paredeño Alonso Berruguete y el pintor manierista vallisoletano Gregorio Martínez. La primera Anunciación, «una obra maestra de Alonso Berruguete que procede de la iglesia de Santiago de Valladolid» destaca por el dinamismo y el movimiento tan característicos del artista de Paredes de Nava. Y la segunda, una Anunciación de Gregorio Martínez que pone fin al capítulo y procede del Museo Nacional de Escultura de Valladolid es «una pintura sobre tela en la que el ángel flota portando un ramo de olivo ante una virgen en actitud mística», sostuvo Calvo.
Entre las dos grandes obras, pueden verse una Anunciación realizada en piedra policromada en el siglo XIII, que procede de la catedral de Zamora; un libro de Horas del siglo XVI procedente de Ciudad Rodrigo y una Anunciación del Arcángel San Gabriel a la Virgen María, procedente del Museo Lázaro Galdiano de Madrid. «Una obra castellana del siglo XV, que destaca por la riqueza de sus detalles y colorido, pero sobre todo por la composición, porque aparecen Dios Padre, Dios Hijo en el vientre de la madre y el Espíritu Santo fecundando a la Virgen. Y entre la Virgen y el Ángel el típico jarrón de las azucenas que significa la pureza de la Virgen», explicó José Luis Calvo.
CAPITULO DOS, LA TOTA PULCHRA
El capítulo dos, la Tota Pulchra (Toda Limpia), está dedicado a la belleza espiritual de María, la criatura elegida por Dios para ser madre de su Hijo. Por eso a lo largo del recorrido se descubre a «la nueva Eva» en su concepción inmaculada, su natividad y su presentación en el templo.
El relato arranca con un tapiz flamenco, tejido con hilos de seda, oro y plata, de comienzos del siglo XVII, procedente de la Catedral de Burgos, que representa a Dios creando a Eva y presentándosela a Adán. Frente a este tapiz flamenco el visitante se topa con un cuadro del siglo XXI, de Luis Mayo, que representa las cinco mujeres importantes del Antiguo Testamento y las prefiguraciones de la Virgen María sobre fondos azules, entre ellas Judith con la cabeza que cortó a Olofernes para salvar al pueblo de Israel.
Continúa el recorrido con dos obras procedentes de la Diócesis de Ávila, ambas de Pedro de Salamanca, que representan el abrazo de San Joaquín y Santa Ana ante la puerta dorada y la Concepción de la Virgen.
Y justo en el crucero, se enfrentan dos vírgenes, una del siglo XVIII del pintor Salvador Maella, y otra del Siglo XXI, de Isabel Guerra que procede de la Catedral de la Almudena. «Dos piezas muy importantes que reflejan la manera de concebir la imagen de la virgen en dos siglos distintos», explicó Calvo. Por eso la primera es una representación mística de la Virgen rodeada de ángeles y la segunda representa un rostro de mujer actual, con ojos azules, sin ángeles y el único adorno de una estrella iluminado su rostro, añadió.
Unos pasos más adelante nos topamos con una Anunciación de Gregorio Fernández, otro de los grandes de la muestra, máximo exponente de la escuela castellana de escultura. La obra procede del convento de las Carmelitas Descalzas de Valladolid y da paso a lienzo de la alegoría de la Virgen Inmaculada Concepción que habitualmente puede verse en el Museo Nacional de Escultura y que resume todos los argumentos y atributos que exponía la iglesia desde la Edad Media para que la virgen fuese declarada Inmaculada, algo que se consiguió en 1854 con la declaración dogmática de la Virgen.
De la parroquia de San Lesmes Abad de Burgos se puede contemplar una Inmaculada en la que destaca la belleza de la Virgen rodeada de ángeles, uno de ellos portando el ramo de azucenas como símbolo de la virginidad y una serie de círculos que narran la historia de la Virgen, desde el nacimiento hasta su coronación. Junto a ella, otra Inmaculada, en esta ocasión procedente de Ciudad Rodrigo y firmada por Pedro de Mena, otra de las joyas que pueden verse en Carrión.
Otra de las obras extraordinarias presentes en esta edición es la Sagrada Familia del maestro Luca Giordano que representa a San Joaquín, Santa Ana y la Virgen niña y destaca por su policromía y composición. Junto al pintor barroco italiano, otro de los grandes, Juan de Juni, que formó junto a Alonso Berruguete la gran escuela de la escultura castellana, y está presente en Carrión con una representación de Santa Ana enseñando a leer a la virgen, una obra de piedra policromada procedente de la Catedral de Salamanca.
Finaliza el recorrido en Santa María del Castillo con «dos obras extraordinarias». Una del maestro escultor y tallista Felipe Vigarny, procedente de la iglesia de San Gil de Burgos, que representa la Presentación de la Virgen Niña subiendo los peldaños del templo cuando va a ser recibida por el sumo sacerdote. Y la Presentación de la Virgen en el templo de Pedro Berruguete, que habitualmente puede visitarse en el Museo Diocesano de Palencia y «representa a una virgen casi adolescente y destaca la belleza de los rostros, el colorido y la composición».
IGLESIA DE SANTIAGO. CAPÍTULO TRES: MARÍA, VIRGEN Y MADRE
Para continuar el relato de LUX en Carrión, solo hay que caminar unos pocos metros hasta la iglesia de Santiago y adentrarse en un capítulo dedicado a María, virgen y madre. De la mano de grandes maestros, como Pedro Berruguete, Felipe Vigarny, Fernando Gallego, Gil de Siloé, Alejo de Vahía o Gregorio Fernández, y a través de 28 obras, el visitante podrá contemplar secuencialmente a María virgen y madre a la vez, en sus desposorios con José, la anunciación, la visitación de Isabel, su gestación, el nacimiento de Jesús, la adoración de los pastores y de los magos, la circuncisión, la presentación de Jesús en el Templo y su purificación, la huida con los doctores y finalmente, acompañando a su Hijo pequeño, como expresión de su maternidad divina.
Si el segundo capítulo terminaba con una obra de Pedro Berruguete, el tercer capítulo también comienza con una obra del artista paredeño, La Presentación de la Virgen en el Templo, un tema sacado de los Evangelios Apócrifos y una de las obras maestras procedentes del Museo Diocesano de Palencia. De nuevo el sumo sacerdote, la Virgen, cuatro doncellas y todos los pretendientes de la Virgen, entre ellos San José con su característica vara en una composición hecha en óleo sobre tabla hacia el año 1490, en la que destaca la distribución, la policromía y la elegancia y minuciosidad característica de la pintura de Pedro Berruguete.
De la iglesia de San Gil Abad de Burgos proceden los Desposorios de José y María, otra escultura en madera policromada firmada por Felipe Vigarny en 1530, con el sumo sacerdote en el centro bendiciendo el matrimonio entre José y María. Continúa el recorrido con dos esculturas talladas en el siglo XII, en la época del auge de las catedrales, el arcángel San Gabriel y la Virgen de la iglesia de Gamonal, en Burgos; una pintura al oleo sobre tabla en la que el Maestro Alejo representa, con una calidad extraordinaria, la Visitación de la Virgen a su prima santa Isabel y que ha sido cedida por la parroquia de Monzón de Campos; y una Virgen en cinta procedente de Medina del Campo y otra firmada por Luis Salvador Carmona de Medina de Rioseco.
Del pintor gótico Fernando Gallego, destacado exponente del estilo hispano flamenco en Salamanca, y contemporáneo de Pedro Berruguete, se puede contemplar la Natividad, con la Virgen y San José arrodillados ante el Niño, con un paisaje al fondo y cuatro ángeles que proceden de los cuatro puntos cardinales. Hilvana el relato el gran maestro del Barroco castellano, Gregorio Fernández, que llega a Carrión con el Nacimiento de Cristo y la adoración de los pastores, cedida por el Real Monasterio de las Huergas Reales de Valladolid y está presente también con Santa María de las Victorias, una escultura en piedra policromada que es la titular de la iglesia de Santa María de Carrión de los Condes y la Sagrada Familia procedente de Tordesillas.
También hay presencia de pintores flamencos como Hans Memling del que puede verse una representación de la Adoración de los Magos procedente del convento de Santa Clara de Medina de Pomar (Burgos) en la que destacan los característicos paisajes idealizados de ciudades centroeuropeas, la distribución de los personajes, el colorido y la profundidad que dan los distintos planos pictóricos.
Como curiosidad en el conjunto, puede verse un nacimiento napolitano del siglo XVIII, que ha sido cedido por un particular y que está hecho en terracota y ricas telas que dan un valor teatral a todo el conjunto.
Otra de las maravillas de la exposición es un pinjante de Gil de Siloé que representa, en madera policromada, la Circuncisión del Niño y que procede de la Catedral de Burgos. Mientras que el pintor y escultor Alonso Cano, otro de los grandes del siglo XVII, está en Carrión con una representación de la Virgen con el Niño procedente de Medina del Campo. Y del retablo de la iglesia de Santa María del Azogue, de Valderas (León) puede verse una composición en madera tallada de Jesús entre los doctores, de autor desconocido.
También incluye este capítulo una obra de Eduardo Palacios, autor de numerosos carteles de las Edades del Hombre, entre ellos el que ilustró la edición de las Edades del Hombre que se celebró en Aguilar de Campoo. De este artista contemporáneo se puede ver una pintura de la Maternidad de la Virgen que da paso a otras imágenes más barrocas, la de una Virgen Apocalíptica con el Niño en brazos, rodeada de rayos, junto a San Joaquín y Santa Ana firmadas por Felipe Bigarny, Diego de Siloé y León Picardo, que proceden del Monasterio de Santa Clara de Medina de Pomar y que fueron concebidas en el siglo XVI para formar parte de un retablo.
Continúa el relato dedicado a María con una Virgen de la Leche de Alejo de Vahía que llega a Carrión desde la parroquia zamorana de Morales del Vino, está realizada en madera policromada a finales del siglo XV y representa a la Virgen dando de mamar al niño.
Una Santa Ana triple de piedra policromada del siglo XIV es otra de las joyas de esta exposición. La pieza, de autor anónimo, «representa a las tres generaciones, la abuela, la hija y el nieto» y procede del monasterio de Santo Domingo de Silos. El mismo tema que eligió en pleno Barroco Esteban de Rueda para su representación de Santa Ana, la Virgen y el Niño en madera policromada que ahora puede verse en la iglesia de Santiago de Carrión.
El capítulo finaliza con La Muerte de San José, de Cristóbal Rodríguez, una representación del siglo XVIII procedente del Hospital de la Piedad de Benavente. Una escultura de madera tallada, policromada, dorada y estofada como máxima expresión del realismo y del dramatismo que representa el momento de la muerte de San José asistido por María y que hace un hueco en LUX a la figura de San José, coincidiendo con la celebración en este 2021 del Año litúrgico de San José.
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