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Dos niños se disponen a rodar la naranja. El Norte
Carrión de los Condes rueda la naranja para recordar al Cid

Carrión de los Condes rueda la naranja para recordar al Cid

Los vecinos veneran las reliquias de San Blas, a las que atribuyen una milagrosa curación del caballero burgalés

El Norte

Palencia

Domingo, 3 de febrero 2019, 21:01

El municipio de Carrión de los Condes ha renovado, en la fiesta de San Blas, una tradición muy singular, la de 'rodar la naranja'. Esta celebración se ubica en la iglesia del Real Monasterio de Santa Clara, que este año cumple 400 años, donde en la tarde del 3 de febrero se concentran cientos de fieles para venerar sus reliquias. De todas las celebraciones del monasterio, la que goza de mayor tradición entre los carrioneses y comarcanos es la de la fiesta de San Blas y el poder venerar su reliquia el 3 de febrero de cada año, día en el que abandona el relicario del monasterio para pasar por las gargantas de los fieles.

En la iglesia del Monasterio de Santa Clara desde la 16:30 horas, el sacerdote ofreció a venerar la reliquia de San Blas, que se pasa por la garganta de los fieles. Posteriormente se celebró la eucaristía ofrecida por los devotos del santo. El sacerdote permaneció en el templo hasta las 18:45 horas. Pasada esta hora, los fieles que desearon venerar las reliquias del santo y cumplir con la tradición local, tuvieron que hacerlo en la misma iglesia, pero a través de la cratícula por donde las mojas de clausura recibieron la comunión.

El día de San Blas se mantiene la tradición de 'rodar la naranja', tras venerar las reliquias. Según relata una tradición de origen incierto, los niños van a besar las reliquias de San Blas con los bolsillos llenos de naranjas. Tras el acto religioso, los niños ruedan las naranjas en el atrio del monasterio.

Dicho acto de rodar la naranja se justifica con una fantasiosa leyenda . Erróneamente se supone que el origen de esta tradición local sería la visita del Cid Campeador a sus hijas, que estaban casadas con los Infantes de Carrión. El Cid, tras conquistar Valencia, decidió volver a Castilla a ver a sus hijas y entre los regalos que les traía venían las famosas naranjas de Valencia. Cuando llegó a Carrión de los Condes, no las encontró, lanzando todo tipo de insultos a sus yernos. Con el enfado, el noble burgalés tiró los presentes, entre ellos las naranjas que rodaron por el suelo. Éstas, al ser una de fruta exótica para los niños castellanos, originaron entre los pequeños una gran pelea, con enorme alborto. Con el enfado y los gritos, perdió el Cid la voz y al salir de Carrión, extramuros de la ciudad, entró en el Monasterio de Santa Clara la Real, donde al venerar la muñeca de San Blas y tras que la madre abadesa se la pasara por la garganta, el Cid recuperó su voz.

Tradición popular

Esto es lo que dice la tradición popular, aunque la historia lo desmiente, ya que las hijas del Cid no se casaron con los infantes de Carrión, tal y como se recoge en los romances, y lógicamente el monasterio de Santa Clara la Real de Carrión de los Condes no se funda hasta el siglo XIII y además el Cid Campeador vivió en el siglo XI.

Curiosa leyenda de origen incierto que es un guiño más del pasado en el presente y una buena excusa para acercarse en la tarde del día tres de febrero por el monasterio de Santa Clara de Carrión, venerar sus reliquias, conocer su interesante museo o degustar alguno de los dulces artesanos realizados por las monjas de forma especial para este día: las famosas corbatas o cuellos de San Blas.

Además el día de San Blas, será el último en el cual se pueda visitar la muestra de 'El Belén, sus personajes y sus símbolos', que ha permanecido abierta al público desde el 1 de diciembre de 2018 con gran éxito de público.

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