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«La esperanza no defrauda, como ha dicho el Papa, y abrimos camino a la esperanza donde hay comunidades cristianas muy comprometidas con lo que es nuestra identidad. Donde se vive, se ve y se testa es en que los pobres lo noten». Así ha ... presentado el obispo de Palencia, Mikel Garciandía el Día de la Caridad que se celebra en la fiesta del Corpus Christi. «Este trabajo va más allá del asistencialismo, porque la profecía de la Iglesia lleva también un anhelo de transformación y por eso, ese compromiso es el de una red de personas que estén en el día a día trabajando. Necesitamos de todas las personas a las que nos toca asistir, pero también tenemos como sueño que ellas se incorporen a nosotros», ha dicho para referirse a los migrantes que están haciendo crecer los datos de población (España sumó casi 83.000 personas en el primer trimestre de 2024 y casi medio millón en un año hasta rozar los 49 millones de personas, aumento que se debe casi en su totalidad a la inmigración y las nacionalizaciones de extranjeros).
En línea también con el último documento de la Confederación Episcopal Española sobre lo que son migrantes, el obispo ha afirmado que «ya estamos dando un salto cualitativo, de considerar a los que vienen de fuera que son un complemento para nuestra sociedad interesantes desde el punto de vida laboral y el planteamiento de la Iglesia, que va mucho más allá, que habla de integración y de que todos tenemos la capacidad de enriquecer a los demás, con lo que nuestra visión del pobre no es solo sociológica sino que todos tenemos pobrezas, habilidades y recursos, por eso tenemos que crecer en sentido global porque siempre hay alguien que necesita de nosotros y nosotros necesitamos a los demás». ha señalado Mikel Garciandía.
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Por su parte, la directora de Cáritas Palencia, Gloria Alonso, ha presentado la memoria de la entidad diocesana correspondiente a 2023, en la que destaca que la red de apoyo principal sigue siendo el programa de acogida y atención primaria, al que se adscriben el 61% de las 2.252 personas beneficiadas, el 18% más que en el año anterior. Este programa se desarrolla en 23 Cáritas parroquiales de la ciudad y la provincia, en coordinación con la red pública de servicios sociales y con otras entidades sociales, para reforzar la intervención social que se realiza, proporcionando cobertura a las necesidades básicas de cada persona con el apoyo subsidiario y complementario de Cáritas.
Destaca en esta red el volumen de ayudas económicas directas entregadas, con un total de 134.924 euros, lo que supone un incremento de un 55 % más que en el 2022, «que nos ha desbordado», ha matizado. Cáritas dedicó 1.176.804 euros en total a los programas de 2023, cantidad de la que el 42,2% procedió de entidades públicas y se gestiona mediante subvenciones. El programa que más recursos requiere es el centro de acogida de personas sin hogar (312.000 euros).
Solicitantes de protección internacional pendientes de asignación de plaza; inmigrantes que quedan, al cabo de tres meses tres caducarse su visado de turista, en situación administrativa irregular no pudiendo acceder a las prestaciones de emergencia social por no cumplir requisitos de empadronamiento u otros criterios de valoración de estas prestaciones; quienes perciben pensiones mínimas PNC o IMV pero carecen de ingresos suficientes para cubrir todas las necesidades de vivienda y manutención; familias a las que les han suspendido prestación de IMV al revisar la misma con devolución de pagos y durante un tiempo, carecen de ingresos, y personas con mucha dificultad de acceso a una vivienda debido al incremento del precio de los alquileres y de los requisitos de acceso son los usuarios del programa de acogida y atención primaria.
El segundo programa, al que se adscriben el 25% de las personas beneficiadas en el 2023, es el de personas sin hogar (665 personas en el centro de acogida de Palencia y 264 personas atendidas entre Aguilar, Guardo, Saldaña, Herrera, Cervera y Carrión), y en el centro Nuestra Señora del Otero se atendió a 93 personas más que en el 2022 y se proporcionaron 4.122 estancias de alojamiento. «Son personas que viven en situación de calle, que carecen de ingresos económicos o tienen ingresos mínimos y no cuentan con apoyos familiares ni con redes sociales. Se detecta que llegan personas que han perdido la vivienda por falta de pago, así como otras que tienen dificultades para encontrar vivienda compartida por los exigentes requisitos de alquiler, y en general, unos usuarios cada vez más jóvenes que presentan problemas de salud mental serios: esquizofrenia, depresión y otros trastornos afectivos, alcoholismo y adicción a otras sustancias», ha dicho Gloria Alonso, quien ha destacado el trabajo en la línea de recuperación personal, «apostando por la persona y su reconstrucción en nuevos modelos de vida». De las 53 personas con las que ha trabajado Cáritas, el 89% han finalizado el proceso en el centro. «Lo más importante no es la primera atención y acogida, es el seguimiento de todos los usuarios», destaca Gloria Alonso.
En el programa de empleo y acciones formativas participaron 327 personas, de las que el 65 % fueron mujeres. Casi ocho de cada diez son inmigrantes, y entre ellos casi el 40% se encuentran en situación administrativa irregular o sin permiso de trabajo. Aún así, el número de personas que han accedido a un empleo a través de la intermediación o del itinerario realizado fue de 118 personas, pero solo 82 con contrato.
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