Los caramelos del Bautizo del Niño regresan a Palencia

Pero como esta joven, otros muchos palentinos y también visitantes se marcharon ayer de los entornos de San Miguel completamente satisfechos, tras haber logrado sentirse protagonistas de la primera fiesta del año en Palencia, algo que hasta ahora no siempre ha sido fácil, puesto que el traslado a hombros de la imagen de Jesús ha estado tradicionalmente reservada para integrantes de la cofradía y representantes de las instituciones públicas.

Ayer, el abanico se abrió por completo y todo aquel que quiso acercarse a cargar pudo hacerlo, ya que ese era uno de los grandes objetivos que se había fijado la dirección de la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús, en este regreso de la procesión, tras dos años de ausencia debido a las restricciones sanitarias fijadas para frenar la propagación de la covid.

Pero en esta ocasión, ya sin ningún tipo de limitación y con una climatología que acompañaba –«es un acierto que lo hayan trasladado a primavera», bromeaban algunos ante las altas temperaturas para la época–, la celebración del Bautizo del Niño pudo recobrar todo su esplendor, con una procesión multitudinaria y una posterior pedrea de caramelos, de la que nadie se marchó con los bolsillos vacíos.

Y fueron muchos los que seguían más tarde de las siete de la tarde en la plaza de San Miguel para participar en esta particular pedrea de caramelos, con la que se recuerda año tras año las clásicas celebraciones de los bautizos populares, en los que padres y padrinos regaban de dulces y dineros a los niños de los pueblos.

«Me he emocionado al ver a tanta gente, porque llevábamos dos años sin ver a nadie. Y ya solo con ver la iglesia llena y la plaza llena de gente queriendo bailar al niño, y la lluvia que no ha hecho acto de presencia, pues me he alegrado enormemente», señaló el hermano mayor de la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús, que se mostraba también muy satisfecho del desarrollo de la procesión. Se ha hecho más lenta porque precisamente eso es lo que queríamos, porque se trata de que al Niño lo disfrutemos todos los palentinos, no solo los cofrades, los palentinos y mucha gente que ha venido de fuera. Porque eso está muy bien, que vengan a ver al Niño y a disfrutar de nuestra fiesta», recalcaba el hermano mayor, quien recordó posteriormente que se trata de una celebración de interés turístico nacional.

Ángel Gutiérrez quiso destacar además que la actividad de la cofradía no se limita a la celebración del día de Año Nuevo, puesto que han desarrollado un importante número de actos culturales durante toda la Navidad y todavía restan otras iniciativas, como un concierto extraordinario de corte clásico, o la visita de los Reyes Magos a la sede de esta hermandad.

Tras la procesión, volvieron a abrirse las puertas de la casa rectoral de San Miguel, desde cuyos balcones, las madrinas, los alcaldes y mayordomos de la cofradía, así como los representantes de las administraciones públicas, a los que se sumó el obispo de Santander, Manuel Sánchez Monge, se esforzaron en lanzar los caramelos para llegar hasta el último de los asistentes.