

Secciones
Servicios
Destacamos
Desde el primer momento tuvo claro que tenía que ser un mensaje optimista, algo esperanzador, por la situación actual. La diseñadora de moda, arquitecta y ... docente palentina, Raquel Buj (también trabajó en el proyecto del monumento homenaje a las víctimas del 11-M de Madrid inaugurado en Atocha en 2007), desconoce si habrá un antes y un después profesional tras vestir a Cristina Pedroche en Nochevieja (crear la capa para acompañar al vestido de Manuel Piña), pero sabe que para ella sí que lo ha sido. No se olvida de nombrar a Paloma Martínez, Andrea Rehbein y Daniela Camacho, las compañeras con las que trabajó en Buj Studio, para crear la sobreprenda que simboliza la metamorfosis de la naturaleza.
–¿Cómo llegó usted a ser la diseñadora de la capa de Cristina Pedroche?
–Fue muy inesperado. Se puso en contacto conmigo Josie (diseñador de moda) porque quería ver la última colección que habíamos presentado en el estudio y para proponerme una colaboración. Me contó su idea de recuperar un vestido del museo de Manuel Piña y poner un poco en valor su figura. Me encantó la idea y, a partir de ahí, comenzamos a trabajar. Él vio claro que Buj Studio podía dialogar con el vestido de Manuel Piña, que también trabajaba con materiales diferentes.
–¿Y por dónde se empieza a trabajar?
–Me imponía respeto trabajar sobre un trabajo de un diseñador que ya no está aquí, con el que no podía dialogar y al que tengo admiración y respeto. La primera parte fue investigar en el trabajo de Manuel Piña. Todo fluyó más cuando desde el museo me trajeron el vestido al estudio y ya lo visualicé mucho más. Investigando sobre el vestido, leí que Manuel Piña se había inspirado en un insecto y esa parte me pareció muy misteriosa porque en el estudio investigo mucho sobre temas de la naturaleza. Y el mundo de los insectos es fascinante.
–¿Decidió hacer un diseño basado en los insectos?
–Sí, traté de buscar esa parte mágica, en plan, vamos a envolver esa piel de insecto. Tenía muy claro que tenía que ser un mensaje optimista, dentro de la situación que estamos viviendo. El propio material de Manuel Piña me inspiró mucho porque se trata de una malla metálica y de unos tonos irisados, que algunas alas de mariposa tienen esos brillos extraños. Necesitábamos una cobertura con ese brillo, con ese color, que nos diese esperanza. Buscamos la metáfora de ciertos insectos como las libélulas y los caballitos del diablo, como te conectas con otros mundos, que puede ser con las alas. Cogió más forma conceptual la idea de la metamorfosis.
–¿Qué material se utilizó para este diseño tan especial?
–Tenía claro que no tenía que ser textil. Quería que fuera esos tonos irisados, pero orgánico, construido por el propio insecto y la importancia del reciclaje. Utilizamos los materiales que teníamos en el estudio y los reciclamos, los cortamos a láser, además cortamos materiales de fachadas de arquitectura y fibras reactivas al calor, también reciclado.
–¿Y lo cortaron a láser?
–Sí, y luego utilizamos el lápiz de impresión 3D, para crear texturas. Este lápiz era con un trazo manual, como a puntitos, como si estuviera hecho por el mismo insecto. Así que, en total utilizamos varias formas, corte láser, lápiz 3D, las formas las moldeábamos con calor y todo cosido a mano.
–¿Y qué pensó cuando por fin lo vio terminado?
–La verdad es que le dedicamos mucho tiempo porque solo en manipulación fueron más de 480 horas. Pensé '¡Qué maravilla!'. Viéndolo en el estudio lo teníamos muy cerca y al verla a ella con el diseño puesto ya parecía otra cosa, estaba increíble y fue un momento muy alegre.
–¿Y qué dijo Cristina Pedroche cuando lo vio?
–Ella cuando lo vio por primera vez fue muy maja, no se me va a olvidar nunca porque dijo: '¿Esta pieza de arte me la voy a poner yo?'. Y yo le dije: 'Pues claro, tú vas a conseguir elevar el trabajo'. La verdad es que fue muy humilde y muy simpática.
–Supongo que habrá recibido muchas felicitaciones desde Nochevieja...
–Sí, la verdad es que sí. Los días siguientes fueron bastante bonitos. Gente que te conoce y también a nivel profesional, de gente que admiro. Ha sido increíble.
–¿Vestir a Cristina Pedroche puede marcar un antes y un después en su carrera profesional?
–Las cosas que hemos hecho hasta ahora han sido más 'petit comité'. Todas han sido siempre muy importantes y a todas les damos el mismo amor, pero nunca hemos tenido a tanta gente viéndolo a la vez y eso para mí también era un reto porque no suelo manejarme en esas aguas. No sé si supondrá un antes y después a nivel de trabajo, pero sí que lo voy a recordar siempre.
–¿Se acordó mucho de su socia, Elena Zapico, que desgraciadamente no pudo ya vivir con usted este momento?
–Me acordé mucho de ella porque lo habría disfrutado también muchísimo. Fue muy difícil continuar sin ella, pero también el trabajo me ha ayudado mucho, siempre es una vía de expresión.
–¿Cuándo fue la primera vez que sus diseños se expusieron en la pasarela?
–Fue en la Samsung Innovation Project en 2017. Fue un concurso al que nos presentamos Elena y yo, que era de innovación y tecnología. Y recuerdo que estábamos muy nerviosas, además era una propuesta arriesgada porque tenían que vestirse las propias modelos en la pasarela y tenía tecnología. Quedó muy bien, eran materiales reciclados de arquitectura y se entendió la propuesta.
–¿Siempre le gustó la arquitectura y la moda?
–Supongo que me gustaban las dos cosas desde pequeña. Cuando hacía Arquitectura, me hacía mi ropa, iba a clases de patronaje y siempre he tenido ese componente artístico. Son disciplinas diferentes, pero tienen muchas cosas en común, al menos en el trabajo intento que estén unidas de alguna manera. Me gustaba mucho la arquitectura, pero también necesitaba fabricar con las manos, esa relación con los materiales.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.