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Edificio de departamentos de Agrarias, el más próximo a la carretera, con la cubierta gris y la corona roja tras su rehabilitación. A. Quintero
El campus de la Yutera muda su piel para acabar con las grietas y los defectos

El campus de la Yutera muda su piel para acabar con las grietas y los defectos

La Universidad acometerá la mejora de la fachada en el edificio de Educación, similar a la que se hizo hace dos años en el de Agrarias

J. Olano

Palencia

Domingo, 5 de mayo 2019, 09:10

Una segunda piel. El campus de La Yutera muda hacia una estética exterior diferente, con una envolvente de perfiles metálicos y placas cerámicas que taparán las grietas y defectos que las paredes dejan traslucir con el paso del tiempo. Aunque es un campus joven (ya que se estrenó en 2002), la Universidad de Valladolid se ha visto obligada a ejecutar estas mejoras. Las primeras se hicieron en 2017 en el edificio de departamentos de Agrarias, el situado más próximo a la carretera a Valladolid, y este próximo verano se llevarán a cabo unas similares en el edificio gemelo, el que alberga los departamentos de Educación y Ciencias del Trabajo.

La idea es que las obras, que tienen un plazo de ocho semanas, se ejecuten durante el periodo de vacaciones de verano para no interferir en la actividad lectiva. Así lo ha planteado la Universidad de Valladolid, como confirma el vicerrector de Patrimonio e Infraestructuras, Julio Grijalba, quien recuerda que la institución ya ha licitado esta reforma. Cuenta con un presupuesto de 257.000 euros, y son unas obras financiadas totalmente por la Universidad de Valladolid.

Se trata de aplicar una especie de segunda piel, una segunda fachada que ya se aplicó durante el año pasado al edificio de departamentos de Agrarias. Por segunda piel hay que entender la solución que la Universidad de Valladolid ha decidido aplicar para solucionar el problema de agrietamiento que sufren los edificios departamentales, es decir los que están a ambos lados del aulario. Las grietas obedecen a un problema de asentamiento de los edificios y a la proximidad que el campus tiene respecto al río Carrión, lo que indica un nivel freático elevado.

Los problemas se concretan en fisuras en cerramientos exteriores, grietas en la fachada oeste, un desplome de cargaderos de las puertas en la zona del ático, desprendimientos de los revestimientos en aseos, y otras grietas en varios despachos, más significativas en los de la planta baja de la mitad norte del edificio.

Hay algunos aspectos que diferencian los problemas aparecidos en este edificio con el otro. Las patologías sobre fisuras de forjados, craquelado de enfoscados en fachadas, la entrada de agua por algunas ventanas y el descenso de los cargaderos en los áticos se repiten en ambos. En cambio, en el edificio que ahora va a repararse aparecen otros problemas más acusados, como son unas grietas oblicuas en los áticos y las grietas verticales en aseos y planta baja, así como otras horizontales que rompen tabiques también en la planta baja.

No obstante, el problema de las grietas no afecta a la estructura. Lo corroboró la empresa especializada de ingeniería que elaboró un informe antes de las obras ejecutadas en el primer edificio y cuyo resultado coincide con un anterior estudio elaborado desde la propia Universidad cuando comenzó a ser visible el problema.

El estudio concluyó también la necesidad de aplicar una especie de segunda piel, una envolvente, que se trata de un recurso arquitectónico común, que se colocará a través de una estructura con perfiles metálicos sobre la que se instalarán unas placas cerámicas. La actuación permitirá tapar esas grietas que afean las fachadas de los edificios. El de Agrarias se revistió con una cornisa de color rojo, también de placas de cerámica que otorga un nuevo aire estético al campus. Sin embargo, el vicerrector de Patrimonio e Infraestructuras del equipo de Antonio Largo, Julio Grijalba, no asegura que en el caso del edificio de Educación 'el sombrero' vaya a ser rojo. Aunque va a ser de color, el color está aún por definir y puede que la Universidad se decante por otro para diferenciar los dos edificios a la hora de dirigirse a ellos. Porque aunque el de Educación y Ciencias del Trabajo, en el que se van a ejecutar las obras ahora, es el D, apenas se conoce por la letra, igual que el otro, el de departamentos de Agrarias es el edificio E.

Grietas que presenta el edificio de departamentos de Educación y Ciencias del Trabajo, en la imagen, el que se va a rehabilitar. Antonio Quintero
Imagen principal - Grietas que presenta el edificio de departamentos de Educación y Ciencias del Trabajo, en la imagen, el que se va a rehabilitar.
Imagen secundaria 1 - Grietas que presenta el edificio de departamentos de Educación y Ciencias del Trabajo, en la imagen, el que se va a rehabilitar.
Imagen secundaria 2 - Grietas que presenta el edificio de departamentos de Educación y Ciencias del Trabajo, en la imagen, el que se va a rehabilitar.

El color no es determinante a la hora de ejecutar las obras porque se aplicará justo al final. Como actuación previa a la colocación del acabado tipo cerámico, se plantea el picado y resane de todas las áreas que plantean fisuras, por lo que tendrá que balizarse y señalizarse la obra para la colocación de un andamio modular en todo el perímetro del edificio. Y es por eso que la Universidad quiere ejecutar la obra durante el periodo vacacional.

Según han constatado los expertos, los problemas han aparecido derivados de la forma de construcción de los edificios, que se hicieron según un proyecto adecuado y bien desarrollado, pero no se dispusieron por ejemplo unas juntas de dilatación a las que entonces no obligaba la normativa, que es lo que ha derivado en la aparición de grietas. Y estas consecuencias en el asentamiento de los inmuebles han acarreado también que algunas puertas y ventanas no cierren bien, ajustes que se realizan también cuando se acomete la obra.

Déficits del proyecto

Con un campus nuevo, de este siglo, vienen a colación muchas reflexiones. El profesor y geógrafo urbano Enrique Delgado, vicerrector durante los años en los que se construyó el nuevo campus (1998 a 2002), hizo un análisis en el que hablaba de déficits del proyecto. «Un número insuficiente de sondeos en el terreno impidió hacer las previsiones adecuadas en materia de cimentación. La circulación de las aguas subterráneas procedentes del páramo obligó a la construcción de una plataforma sobre la que levantar el edificio D y construir muros de pantalla en el edificio A (aulario central), en el pabellón de Enología y en el edificio E, así como a desplazar la biblioteca del edificio A, hechos que no estando previstos en el proyecto supusieron un incremento del coste de ejecución de 1,38 millones de euros y un retraso de los trabajos de casi cuatro meses».

El campus supuso una inversión final de 18,7 millones de euros, casi el doble de la prevista inicialmente. La construcción del nuevo campus contaba en 1998 con una financiación de 1.650 millones de pesetas (9,9 millones de euros), que se vieron posteriormente disparados por la modificación del proyecto inicial y por los problemas de filtraciones de agua surgidos en 2000 durante los trabajos.

Con una superficie total construida de 23.000 metros cuadrados, la construcción del campus palentino fue sufragada en una tercera parte por la Junta de Castilla y León, mientras que el resto de la financiación que permitió desarrollar las obras procedió de los fondos europeos Feder.

Recuerda Enrique Delgado en su trabajo de análisis de la construcción del campus que el proyecto contaba inicialmente con un presupuesto de licitación de 10,53 millones de euros(1.752 millones de pesetas), y que el presupuesto de adjudicación de la obra de rehabilitación se cerró en más de 1.461 millones de pesetas. En julio de 2000, ante la evidencia de que la reserva presupuestaria no alcanzaba, se decidió separar el edificio E, el de departamentos de Agrarias, del programa de fondos Feder (1995-2000), redactar un proyecto complementario e incorporarlo al programa Feder del 2000 a 2006, a lo que se agregó la urbanización y el equipamiento. Inversiones que sumaron costes hasta la puesta en marcha del nuevo campus, pero aún así, y aun teniendo en cuenta los proyectos complementarios, los retrasos de la obra y los inconvenientes, Enrique Delgado, entonces vicerrector, subraya que el precio final del metro cuadrado del nuevo campus fue de 617 euros (el de la vivienda en Palencia en el año 2000 era de 926 euros), es decir un buen resultado final.

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