«Un claro ejemplo de economía circular porque lo que era un residuo pasa a ser un recurso y que viene a intensificar las actuaciones de impulso a la utilización de la biomasa forestal, al contribuir a la descarbonización de la economía, a la defensa ... de los bosques y a la creación de empleo en el medio rural de Castilla y León». Así definía el consejero de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, Juan Carlos Suárez-Quiñones, la red de calor con biomasa recién estrenada en el campus de La Yutera.
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La nueva red –ahora «en una fase de ajustes y optimización para alcanzar el funcionamiento más eficiente», como recalcó el rector de la Universidad de Valladolid (UVA), Antonio Largo– da servicio de calefacción y agua caliente a los edificios de Ingenierías Agrarias, el Vicerrectorado, el Aulario, y los departamentos y las facultades de Educación y Ciencias del Trabajo. El campus atendía sus necesidades térmicas mediante calderas individuales de gasóleo y gas natural, que ya se encuentran en el final de su vida útil.
Desde el pasado 4 de noviembre, fecha en la que se firmó el acta de puesta en marcha e inicio de la explotación de la nueva red de calor, durante el mes que lleva funcionando la nueva red, se han ahorrado más de 80.000 kWh de gas natural y gasóleo, que económicamente suponen aproximadamente unos 20.000 euros. El ahorro que la Universidad de Valladolid ha calculado funcionando con esta red de biomasa respecto al anterior combustible asciende al 35%. Además, en este periodo de mes y medio, se han dejado de emitir a la atmósfera unas 90 toneladas de CO2 (se calculan unas 700 toneladas de CO2 al año en el campus de Palencia). La Junta ha promovido, a través de Somacyl, esta nueva infraestructura térmica sostenible, que ha supuesto una inversión de 1,36 millones de euros, cofinanciada con fondos europeos Feder.
Tanto el consejero de Medio Ambiente como el rector recalcaron que con la nueva red de calor no solo se va a conseguir reducir el impacto ambiental, el consumo de energía y el coste económico asociado a la calefacción y al agua caliente en el campus de Palencia, sino que «también se ha apostado por un recurso energético renovable y de origen 100% regional. Además, se ha implementado un potente sistema de control y regulación que estará totalmente automatizado, sustituyendo a unas instalaciones de producción térmica existentes obsoletas, con unos bajos rendimientos energéticos y que empleaban combustibles fósiles como el gasóleo y el gas natural», argumentó el rector.
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El proyecto permitirá potenciar el uso de la biomasa forestal con fines energéticos, como recurso local, sostenible y con nula emisión de gases de efecto invernadero, que, a la vez, disminuye la dependencia energética de la región de los combustibles fósiles.
También incrementar la eficiencia energética de todas las instalaciones térmicas de los edificios del campus, al utilizarse una caldera de biomasa de alta tecnología que funcionará de forma mucho más continua, mejorando el rendimiento energético de las instalaciones actuales.
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Otra ventaja es que se reducen los costes de mantenimiento preventivo y correctivo, y se dispone de un moderno sistema de control y telegestión de energía térmica en los edificios del campus, lo cual permitirá reducir los consumos de energía y mejorar el confort térmico de los usuarios.
El consejero destacó que en los próximos años, con el horizonte del año 2026, la Consejería de Medio Ambiente, a través de Somacyl, tiene previsto invertir cerca de 150 millones en nuevos proyectos en materia de energías renovables, al pasar de doce redes de calor sostenible actuales (con 40 kilómetros de red) a 25 redes (con 180 kilómetros de red), y pasar de 65 megavatios instalados a 215. Además, se construirán cinco plantas de biogás (actualmente se ha acometido una planta de este tipo) y se instalarán 100 plantas fotovoltaicas (actualmente hay cinco ya instaladas), así como la planificación de construir tres plantas de hidrógeno verde. La producción de energía pasaría de 100.000 megavatios hora térmicos renovables anuales a 400.000, y se pasaría de reducir en 41.000 toneladas la emisiones de CO2 a 150.000 toneladas.
En Palencia, se prevén otros proyectos de eficiencia energética en la provincia, como es el caso de la red de calor para edificios públicos y de servicios en Aguilar de Campoo, que se suma a la construcción de un centro logístico de biomasa en el norte de la provincia.
El consejero destacó que la biomasa es una «fuente de energía limpia, autóctona y renovable», que reporta «indudables beneficios energéticos», como la reducción de la dependencia respecto a los recursos fósiles y la geopolítica; ambientales, al reducir la huella de carbono y mejora el estado selvícola de los montes ayudando a prevenir incendios; y socioeconómicos, «porque contribuye al ahorro y estabilidad en la factura energética y a la generación de actividad y empleo en el medio rural».
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En cuanto a las tensiones políticas internacionales que complican la gestión de los combustibles, el consejero destacó que «la biomasa no va a solucionar este grave problema mundial, pero sí puede ayudar a mejorar la situación de muchos de nuestros hogares, de parte de nuestra industria y, en este caso, de centros universitarios, dado que las redes de calor producen ahorros entre el 30 y el 50%», añadió Suárez-Quiñones.
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