Bouzán y Geringer reeditan su victoria del año pasado en la Regata del Carrión

Desde el inicio de la competición, la atención se centró en los piragüistas que se aventuraron en el río. Sin embargo, no todos lograron cumplir rigurosamente con las normas de salida, lo que derivó en penalizaciones y, en algunos casos, descalificaciones. Esos momentos de tensión fueron anunciados a través de la megafonía, añadiendo un factor de suspense a los primeros minutos de competición.

Se trata de una picaresca de algunos de los palistas, que se dejan arrastrar por la corriente del río rebasando la línea de salida en vez de mantener la posición como sus compañeros.

Tras dar finalmente la salida de las primeras categorías, las piraguas K-2 de Bouzán y Geringer, Luis Amado Pérez y Miguel Fernández Castañón y Becerro y Losada pasaban casi juntas por la primera ciaboga, dejando la incertidumbre hasta el último momento.

El clímax del evento llegó con la victoria de la pareja de K-2 del año anterior, compuesta por Walter Bouzán y Roberto Geringer, del Club Piragüismo El Sella. Su impresionante tiempo de 29 minutos y 37 segundos les permitió asegurar su título nuevamente y dejar su huella en la historia de la regata. Sin embargo, tuvieron que entrar remando con tremenda intensidad, pues entraron al sprint con los del Fluvial O Barco, Luis Amado Pérez y Castañón, a tres segundos.

Además de esta destacada victoria, otros palistas demostraron su habilidad y determinación. Entre los ganadores se encontraba Alejandro Moreno, de la Escuela de Piragüismo Aranjuez, que obtuvo el primer puesto en Hombre Senior K-1 con un tiempo de 32 minutos y 8 segundos. Por su parte, la palista local Mara Santos García, del club palentino Lurpelan, no solo destacó en la categoría Mujer Senior K-1, sino que también logró vencer a una multitud de hombres, resaltando su impresionante destreza y demostrando que es una deportista de élite y que es merecedora de todo cuanto ha conseguido.

La competición estuvo marcada por desafíos en el río, como las algas y la poca profundidad, algo que fue remarcado por los vencedores, lo que añadió una dimensión adicional de dificultad para los participantes. Los ganadores reflexionaron sobre la dureza del río y la incertidumbre que enfrentaron en cada tramo de la carrera. La resistencia, la estrategia y la capacidad de mantenerse enérgicos fueron clave para alcanzar el éxito en este exigente entorno.

«Venimos del mar y ese pelín de diferencia de presión y de falta de oxígeno la acusamos», explicaban los vencedores de la prueba, visiblemente satisfechos con el trabajo realizado, aunque admitiendo que habían estado «un poco incómodos al principio de la prueba por todas las dificultades, la cantidad de piraguas y la estrechez del río».

Las dificultades en la clasificación hicieron que los resultados se retrasasen y que la entrega de premios comenzase con unos minutos de retraso en la Plaza Mayor de Velilla, donde los palistas pudieron recoger sus premios.